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Ileana junto a Nikolái estaban en el callejón Diagon, les hacían falta unas cosas para el nuevo año y fueron justo el mismo día que a la mayoría de alumnos se les ocurrió ir, solo estaban acompañados por Nicoleta pues su padre tenía unos asuntos en Rumania que no podía dejar de lado.

—¡Lena!— El singular apodo que Draco le había dado la hizo girar en su dirección.

—Nicoleta, ¿Ivan no está contigo?— Lucius Malfoy buscaba con la mirada a su amigo.

—No, tuvo que salir y nosotros buscamos lo que les hace falta.—

—Una pena.—

—Mamá.— Nikolái llegó sin darse cuenta de los Malfoy. —Me acompañas a ver una túnica nueva.— Su mamá le dio una mirada un poco apenada a Lucius ya que su hijo no hizo caso a su presencia.

—Tranquila, Draco debe de ir a Flourish y Blotts por los libros que les pidieron.—

—¿Puedo ir mamá, así también compro los míos.— Nicoleta aceptó y se fue con su hijo a Artículos de Calidad para Quidditch la tienda que cada año Nikolái se empeñaba en visitar aun si no comprara nada.

Lucius, Draco e Ileana caminaron hacia la librería, el mayor hizo una mueco al ver las filas de gente dentro de esta pues Gilderoy Lockhart como siempre hacia revuelo donde sea que fuera.

—Señoras y caballeros — en cuanto entraron al lugar oyeron a Lockhart decir en voz alta, pidiendo silencio con un gesto de la mano—. ¡Éste es un gran momento! ¡El momento ideal para que les anuncie algo que he mantenido hasta ahora en secreto! Cuando el joven Harry entró hoy en Flourish y Blotts, sólo pensaba comprar mi autobiografía, que estaré muy contento de regalarle. —La multitud aplaudió de nuevo—. Él no sabía —continuó Lockhart, zarandeando a Harry de tal forma que las gafas le resbalaron hasta la punta de la nariz— que en breve iba a recibir de mí mucho más que mi libro El encantador. Harry y sus compañeros de colegio contarán con mi presencia. ¡Sí, señoras y caballeros, tengo el gran placer y el orgullo de anunciarles que este mes de septiembre seré el profesor de Defensa Contra las Artes Oscuras en el Colegio Hogwarts de Magia!

La multitud aplaudió y vitoreó al mago, y Harry fue obsequiado con las obras completas de Gilderoy Lockhart.

—¿A qué te gusta, eh, Potter? —dijo Draco y Harry no tuvo ninguna dificultad en reconocer. Se puso derecho y se encontró cara a cara con Draco Malfoy, que exhibía su habitual aire despectivo—. El famoso Harry Potter. Ni siquiera en una librería puedes dejar de ser el protagonista.— Esa actitud era a la que Ileana ya estaba acostumbrada y hasta cierto punto entendía. ¿Qué tenia de especial Harry Potter? Su historia era complicada pero todos en la escuela la tienen. La cicatriz imponía con el simple hecho de que alguien la mirara pero, ¿Y si supieran de lo que ella padece le harían la misma fiesta que a él?

—¡Déjale en paz, él no lo ha buscado! —replicó Ginny Weasley. Estaba fulminando a Malfoy con la mirada.

—¡Vaya, Potter, tienes novia! —dijo Ileana tratando de sonar sorprendida Ginny se puso roja mientras Ron y Hermione se acercaban, con montones de los libros de Lockhart.

—Ileana.— La chica saludo con la cabeza cuando la atención de Potter y sus amigos pasó a ella. —¿Te paseas ya con los Malfoy?— La pregunta de Ron sonó a todo menos a lo que debía.

Y fue ahí cuando Ileana notó los problemas que la ideología de la supremacía de sangre puede afectar. Los Malfoy no eran malas personas, bueno con ella jamás lo habían sido, solo que ambas familias podían llegar a ser intolerantes.

*     *     *

—¡No puedo creerlo! —Desde el otro lado del campo, pudieron oír a Oliver Wood indignado—. ¡He reservado el campo para hoy! ¡Veremos qué pasa!

DALTONISMO ; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora