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—Vamos, este juego no va a ser entretenido—. Ileana asintió y se giró hacia donde su hermano.

—Fiara, ya nos vamos—. Llamó la atención de Niko, quien estaba hablando con Adrián.

—Ileana tiene frío y el juego se ve igual de desastroso que el clima—. Terence le aclaró a Nikolai.

—Sólo estoy aquí para ver si uno de los pelirrojos se cae de su escoba—. Dijo burlón. —Los veo en la sala común—. Ileana y Terence asintieron y salieron de las gradas tomados de las manos.

Desde que comenzó el año e Ileana y Higgs habían comenzado su relación la chica era volteada a ver cuando caminaba por los pasillos. Realmente desde que llegó había llamado la atención por el simple hecho de ser la hermana de Nikolai Albescu y su círculo de amistades era bien conocido en Hogwarts comenzando por Draco Malfoy. Pero por sí sola, su relación con Terence llamó la atención.

—¿Vamos a la sala común?—. Terence le preguntó, a lo que Ileana respondió asintiendo con la cabeza. —Todo el mundo va a estar en el partido de ahora. No tendremos amigos o hermanos molestos con nosotros—.

—¡Ey! No digas eso—. Ileana dijo divertida.

—Son molestos, no estoy diciendo mentiras—. Ambos rieron por el comentario mientras seguían caminando hacia las mazmorras.

Ileana

Tal como Terence lo había dicho la mayoría estaba en el partido y la sala común estaba casi vacía, a excepción de unos chicos y nosotros. Caminamos y nos sentamos en el sillón frente a la chimenea.

—Creo que te he visto menos ahora que estamos juntos, que antes—. Terence estaba recargado en el sillón y yo ligeramente recargada en el. —Me pegaré a tí como sanguijuela—.

—Ahora eres la sanguijuela de mis hermanos. No te quejes—. Le dijo divertida.

—¿Celosa de tus hermanos Albescu?—. Me dijo como retándome.

—Para nada Higgs—. Terrence se acercó demasiado a mi, tanto que pude sentir su respiración. Estaba tan cerca que podía oler aún el aroma de la lluvia. Hizo rozar su nariz con mi oreja causando que me quitara rápido, pero eso no lo detuvo porque lo volvió a hacer ahora con una risita acompañada. —Ey, basta —lo regañé. Él hizo un ruido en forma de negación y se acercó una vez más.

Terrence rozó con sus dedos mi mano, haciéndolo intencionalmente, para después entrelazarlas.

—Eres como un niño —comenté jugando con nuestras manos.

—¿Y? Así te gusto —sonrió de lado.

—Niño —ataqué.

—Te gusto. —Se acercó hasta mí oreja y la atrapó entre sus dientes causando que diera un pequeño gruñido.

—No hagas eso, me da cosquillas —dije, pero él no me hizo caso —. ¡Terence!—. Se alejó de mí y por un instante creí que se daba por vencido, pero me equivoqué, aún con nuestras manos entrelazadas, me jaló hasta su cuerpo, con su otro brazo me abrazó y pude sentir como dejó un beso en la parte trasera de mi oreja. Hacía cosquillas y enviaba pequeñas sensaciones a través de todo mi cuerpo, estaba erizando mi piel, dio una pequeña risa y mordió mi lóbulo. —Ya detente —dije entre risas, pero él seguía sin obedecer. Me removí de entre sus brazos y una vez que me soltó, me giré hacia él con una sonrisa. —¿Ves como eres un niño?—.

—Soy dos años más grande que tú—.

—¿Y? El que seas más grande que yo no te quita el hecho que eres un niño—. Me acomodé de nuevo a la posición en que estaba cuando recién llegamos.

DALTONISMO ; Draco MalfoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora