0.26 Por un nuevo Jefe

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Jungkook se sentía flotar en una esponjosa nube rosa, el aleteo de cientos de mariposas causar revuelo en su estómago, una sonrisa honesta que le hacía lucir aún más joven de lo que es, regresar a casa había nunca había sido tan especial.

Desconocía el tiempo que le había tomado regresar, pues mejor uso de su atención era dedicarse a escuchar con admiración los cuentos e historias que cierto Alfa de cabellos rojos y divino olor a pimienta negra y carbón, rodó los ojos por lo tonto que se sentía al percibir como agradable aquellos fuertes olores, solo que desde siempre le ha fascinado el olor a papel y madera quemados, así que la mera coincidencia hacia todo más cautivador.

Hubiera deseado ser acompañado hasta la entrada de su hogar, pero para hacerse el irresistible denegó la oferta del mayor por ofrecer su compañía como resguardo, sin embargo él Alfa no se alejó de su lado hasta verlo subir al autobús que le dejaría cerca de casa. Con una sonrisa simétrica y perfecta que pronto quedaría estampada en lo profundo de su cerebro de tanto que revivía la imagen de los labios ajenos arqueados hacia arriba dejando a la vista esos blancos diente, y aunque estuvieran recogidos unos filosos e impecables colmillos.

Con un suspiro cargado de muchas emociones dignas de alguien tan inocente y soñador como lo era el castaño abrió la puerta principal de su casa, sonriendo y flotando, ausente en su propio mundo, casi podía jurar que estaba dando pequeños saltitos en lugar de pasos.

-Jungkook... - Con escuchar su nombre ser llamado, su esponjosa nube rosa se esfumó en aire haciendole aterrizar de nuevo en la realidad, las mariposas en su estómago se transformaron en náuseas y su sonrisa titubeó hasta desaparecer.

Con la mirada gacha, y su lobo sumiso y temeroso, caminó hasta la sala donde ambos mayores le esperaban.

-Namjoon Hyung, Jin Hyung - Saludó sin alzar la vista.

Jin le dió una mirada preocupada y volvió la vista a su marido buscando una explicación, pero el Alfa se mostraba igual o más preocupado que él, aunque claro que culpable también era una palabra que reflejaban sus ojos.

...

La preocupación de percibir como uno de sus mejores amigos se comía la cabeza a punta de dudas, angustias y por desgracia un lamentable anhelo por el alfa rubio de actitud prepotente, aunado al hecho que tanto el rubio como el de cabellos rojizos estaban metidos en algo que sin dudas era peligroso para los suyos, le impulsan sin miramientos a conseguir mayor información sobre dichos sujetos que tal parecen llegaron de quién sabe dónde por supuestas razones que apestaban a engaños y cortinas de humo.

Pues bien que era Solar, una Omega demasiado analítica, obstinada y con un fierro instinto que la llevaban a perseguir la verdad, lo que a veces podía confundirse como sus ganas de enterarse sobre el chisme más caliente, pero todo es parte del paquete, así que no hay mas.

Días habían pasado desde que se internó sin permiso en la oficina de uno de sus superiores dentro de Periódico dando con semejante información, sus intenciones fueron otras, pero fue en búsqueda de acero y termino encontrando oro.

Por eso una vez más aprovechando las circunstancias repentinas, divino azar, para volver a entrar en aquella oficina y hurgar entre las pertenencias del hombre con tal de conseguir más información crucial sobre el par de Alfas que tan poco estima les traía.

Sentada en la silla detrás del escritorio dando la espalda a la entrada, confiando en que nadie entraría por esa puerta, removia los documentos físicos almacenados en un archivo a lo vieja escuela.

-Me habían avisado que pronto vendría alguien de la limpieza para ayudar al antiguo redactor a sacar sus pertenencias... - Una femenina, imperativa, coqueta y nada conocida voz hizo sobresaltar a la rubia al ser encontrada con las manos en la masa.

Maldiciendo en un murmullo, cerró con poca delicadeza el gavetero perteneciente al archivo, dado que las sutilezas no servían de nada siendo descubierta, ahora solo quedaba actuar con naturalidad.

-Pero según leí, dentro del personal tú no ocupas ese puesto, Kim Yong-sun - Nombró la contraria y desconocida usando su nombre completo.

La Omega disimulo su crispación debido al encaró de la contraria, dejándola en una obvia desventaja, pues sí ya sabía hasta su apellido sin haberse cruzando nunca, no quería sospechar más allá, pero esa... Alfa.

-¿Y tú eres? - Demandó alzando una perfectamente depilada ceja, alejándose con tranquilidad del escritorio de su jefe.

-Tu nueva superior y jefa - La Alfa sonrió con superioridad extendiendo una mano a la rubia.

¿Cómo no reconocer a semejante mujer? Bien que su primo Taehyung se encargó de hacerle saber de la presencia de todos los Omegas que formaban ese singular grupo, no entendió al comienzo la relevancia que pudieran tener para lo que ella realmente fue contactada, pero bien que se alegraba de haber borrado la sonrisa de suficiencia en eso rojos labios cuál carmín. La menuda Omega le miraba con recelo alzando la mirada dado la diferencia de estaturas. Incluso sin hacer caso a todas las advertencias que le dió Park Jimin sobre la muchacha, ya podía leer muchas cosas tan solo de analizar su lenguaje corporal.

Era más que claro que estaba husmeando sin permiso entre los archivos principales del periódico, y eso bien podía considerarse una falta increíble de la trabajadora, dado que era clasificada como confidencial hasta que se decidiera publicar o no. Y Solar no contaba con el cargo para acceder a dicho archivo.

Volviendo a la rubia, su ceño levemente fruncido, junto a la barrida poco disimulada que le dedicaba de pies a cabeza a su supuesta nueva superior, le picaban como un mosquito cargado de esceptisismo y descontento. Bien que el anterior en el puesto era un beta, lo cual era una razón menos para preocuparse de ser descubierta.

-Pues no tenía ni idea del cambio - Admite ignora la palma extendida, conteniendo las ganas de soltar un comentario irónico al respecto, bien que le incómoda la presencia contraria - ¿ No piensa decirme su nombre?

La Alfa inclina el cuello con apreciando con deje burlón la actitud contraria reviviendo las palabras de Park. Quería verse imponente frente a las más baja, vestida de negro y usando aquellos tacones que añadían más valor a su altura.

-Puede llamarme Moonbyul - Anunció retirando la mano que tuvo extendida siendo ignorada.

-Bien, esperaré a que la información sea dicha formalmente junto a resto de mis compañeros - Con agilidad rodeó a la contraria evitando cualquier contacto o roce - Bienvenida - Soltó fingiendo agrado antes de poner una mano sobre el pomo de la puerta para huir.

-Le recomiendo, encarecidamente que no divulgue información que no deba señorita Kim - Advirtió reteniendo a la rubia con un leve toque sobre el hombro.

Solar percibió una doble intención en sus palabras, soltándose del contacto ajeno.

-Solar - Corrigió con un tono molesto - Llámame Solar.

Y sin más salió de la oficina, reprochando en su interior semejante estupidez y despiste de su parte.

Pandilla de Omegas - Vkook - JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora