Pandilla de Omegas - Vkook - Jimsu

0.25 Por la guarida en el cerezo

Habían transcurrido una semana desde la vez en que Namjoon había usado su voz de mando con su único hermano, resintiendo el pequeño corazón del chico, y por desgracia generando una necesidad de alejarse del Alfa para evitar una posible repetición, el animal dentro de Jungkook seguía cabizbajo cuando de ese tema se trataba, gimoteaba por las noches en lo profundo de su pecho con orejitas bajas y llantos de cachorro, generando una pequeña ansiedad en el humano.

Por suerte o desgracia Namjoon había estado demasiado ocupado durante todo ese tiempo apenas yendo a casa a comer, y llegando muy entrada noche, sí actuaba extraño o no Jungkook no lo sabía, ni tenía el valor para averiguarlo, temía volver a sentir lo que sintió ese día, que tan solo fue una llamada, ni imaginar cómo sería en persona.

No solo se sentía herido sino traicionado, no le daba excusas al comportamiento de su hermano mayor, por lo que estaba lejos cada que el mayor estaba en casa, y cenaba antes de que éste fuera a llegar. Todo se sentía distinto en casa y su lobito rebelde rasgaba desde su interior pidiendo aire limpio, sin esa carga de estrés al respirar y sentirse pesado o a la defensiva.

Asombrado de lo drástico que podían cambiar las cosas por causa de una sola acción.

-Lo siento Jk, estaré ocupado hasta las siete, y debo esperar a Kai, tenemos que hacer la compras - Se explicaba Dae a través del teléfono maniobrando por mantenerlo fijo entre su hombro y oreja mientras trabaja como peluquero - Puedes invitar a Beom y Yun, estoy seguro que también les gustaría - Ánimo sugiriendo.

-Desde ayer están ocupados con un proyecto escolar - Respondió haciendo un puchero, escuchando los sonidos de secadores de pelo a través de la línea - Y Suga trabaja e igual Solar... Y además... ¡La invitación era para tí! - Dijo con un pequeño berrinche sacando una sonrisa del mayor.

-Oh vamos, nosotros ya no somos unos críos Jk, tenemos obligaciones y casas que mantener, bueno Solar solo mantiene su línea de calzado pero no le digas que dije eso - Bromeó - Si quieres tengo libre la semana que viene, y vamos... ¡Debo colgar! -

-¡Pues iré solo, solin... Solito! - Pronunció con un marcado puchero a nadie en particular dado que la llamada había sido colgada antes.

Con las ganas de hacer muchos berrinches se dispuso a caminar, sí no tenía con quién ir, pues qué con eso, no cancelaría sus planes de no estar en casa, aunque se fuera a aburrir estando en la grata compañía de nadie más que él, Nochu y su sombra. Sus fieles seguidores y solo por qué no tenía como separarse de ninguno.

El trayecto hasta donde quería ir era largo pero disfrutaba siempre de una caminata por lo que no desaprovecharía la maravillosa oportunidad de deleitarse con el buen clima soleado y cálido, más con una suave brisa que refrescaba bastante bien sus partes más sudorosas.

Tras casi cumplir una hora yendo a su destino, sonrió complacido de su rendimiento físico llegando a la entrada de aquel bonito parque cargado de cerezos florecidos, sabía que adentro la vista era mucho más hermosa que lo que ofrecía la entrada, así que con las energías íntegras cruzó el portal de hierro forjado admirando distraídamente, embobado y cautivado por el sutil color de las delicadas flores que parecían caer en una lluvia de pétalos similar a la escena de una película romántica.

El Omega sonrió nuevamente imaginando la escena de amor perfecta dentro del parque, no era ningún secreto para los que allí habitaban los cuentos y mitos que entre generaciones eran narrados, y uno de los favoritos del castaño siempre habían sido los que involucran al antiguo cerezo ubicado en el lugar más remoto del parque, anteriormente era dejado de lado considerado como uno más de la vegetación, sin embargo, alrededor de unos 100 años atrás según la leyenda una pareja de destinados Alfa y Omega encontraron refugio a su Amor prohibido debido a la sociedad retrograda de la época. En la actualidad el enorme árbol había crecido inmensamente alojando en su interior hueco similar a una cueva, los restos del antiguo y trágico Amor... Según la leyenda se dice que aún en las noches de primavera se puede ver los fantasmas de ambos encontrándose para revivir su amor más allá de este mundo.