0.34 Por qué duele mucho

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A escondidas de todo el mundo la determinada rubia se coló por nueva cuenta en la habitación de los archivos importantes dentro del Periódico dónde trabaja, asegurándose que está vez su molesta jefa con aires de grandeza no estuviera en el edificio, de hecho a esta altura de la noche nadie que considerase sus horas libres estaría en el edificio, vigilantes, sí, pero ya se había escabullido en más de una ocasión.

Sabía que la Alfa hubo reorganizado todo dentro de esa habitación, fueron largos días en los que se encerró allí entre las carpetas que contenían información importante acerca de todos los sucesos ocurridos en el pueblo dispuestos para ser noticia en la región, incluso aquellos que no llegaron a ser publicados por falta a de verificación, o los que especialmente Solar estaba buscando, aquellos que habían mantenido ocultos para jamás ser revelados a la luz...

Esos preciados folios contenían gran información acerca de los personajes menos apreciados por la rubia, lo sabía por qué ya había encontrado y revisado algunos con anterioridad, y los tenis bien protegidos en su habitación, y respaldados de manera digital en su computadora, bajo una clave.

Como tal, su objetivo era desenmascarar a ese par de Alfas, no solo por amor a desenterrar los secretos que podían ser primicias, sino por la cercanía que ese duo de hombres mantenía hacía dos de los suyos.

-¿La Familia Park es desterrada del Pueblo, acusados de la desaparición de un Omega? - Leyó la primera línea con una mueca espantada, revisando el resto del contenido encontrando unas fotos viejas y más escritos.

Sin meditar demasiado, tomó la carpeta y la guardó en su bolso, haría copias en su casa y luego devolvería el documento.

Con el mismo sigilo salió por la parte trasera del edificio, usando una gorra negra junto a un hoddie con capucha del mismo color, y para distraer la atención, se puso una peluca de color castaño oscuro, sí las cámaras le llegaron a captar al menos no estarían seguros de que fuera ella, ya que la día siguiente se presentaría al trabajo tan rubia como siempre.

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-¡Oh vamos pequeño! ¿Por qué ya no me dices Alfa? - Protestó con un puchero el rubio.

Park Jimin lucía su look mañanero de recién levantado, el rostro un poco hinchado debido al desveló de la noche anterior, su cabello despeinado apuntando a todas partes, la camisa con la que se fue a dormir sin ganas de usar una pijama estaba arrugada y con el cuello hecho girones. Pero lo más resaltado de su aspecto era su marcado entrecejo fruncido ante el rechazo que recibía de parte del Omega de cabellos mentas. Hace menos de 24 tenía al menor dedicándole miradas tiernas y juguetonas, de vez en cuando le exigía un abrazo, y le sonrió muy bonito cuando le regaló chucherías.

¡Pero claro! ¡Tenía que abrir su bocota y arruinarlo todo!

"¡Jodido J-hope!" Gruñó en su mente culpando al tercero que ni sabía de su existencia.

-Por que usted ya no será mi Alfa, señor Park, así que déjeme en paz - Sentenció el pálido cubriendo hasta su cabeza con la cobija ignorando la presencia contraria con toda la premeditación que podía demostrar un pequeño y travieso Omega que solo quería ver hasta donde el Alfa sería capaz de demostrar su interés por él.

-¡Pero ayer me llamaste Alfa! - Recordó el mayor tanteando la cobija buscando una de las manitos pálidas, pero rápidamente sintió un tirón del menor rechazando el contacto.

-Yo no recuerdo nada - Mintió Suga con una bonita sonrisa que exhibía sus encías rosadas, imposible de ver para el contrario. Ah, como estaba disfrutando molestarle.

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⏰ Última actualización: Feb 04, 2022 ⏰

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Pandilla de Omegas - Vkook - JimsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora