Capítulo 40

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Callie.

Desperté por los rayos de sol entrando por la ventana, decidí que me voy a tomar una semana de descanso, no ir a trabajar, no estresarme. Quiero tomarme esta semana para mi y mi familia. Conectar de nuevo conmigo misma y con mi esposa, disfrutar a mis hijas y pasar tiempo de calidad. Aunque hoy no lo disfrutaré totalmente, ya que tengo que asistir al cóctel de empresarios, Arizona dijo que me acompaña, así que mucho mejor.

Ayer Arizona fue tan buena conmigo, tan comprensiva.

Salí de la cama y me puse ropa cómoda, un short de jean, blusa azul de mangas largas y mis tenis Adidas Stan Smith, ya que más de rato nos arreglaríamos más producidas.

Arizona aún seguía durmiendo, la dejé que siguiera, al parecer ayer Lu no quería dormir y ella se durmió hasta tarde. Bajé a la cocina encontrándome con Margarita.

Margarita: Buenos días señora! Desayuna?

Callie: Buenos días, no aún no. Ya que despierte mi esposa y Sofía

Margarita: Está bien. Necesita ayuda con Luciana?

Callie: No Margarita, gracias. De hecho vengo por su biberón, no tarda en despertarse.

Tomé dos de las bolsitas de leche, y las puse en un biberón a baño maría. Son de leche materna, Arizona dijo que le daría formula hasta que tenga máximo seis meses, por lo que ella se la saca y así la guardamos. Esperé unos minutos a que estuviera con la temperatura exacta y volví arriba.

Callie: Donde está la nena de mamá?

Ya estaba despierta y con los ojos bien abiertos, en cualquier momento lloraría, así que la saqué de la cuna y me senté en la mecedora con la bebé y el biberón en mano. Se lo acerqué y rápido succionaba.

Callie: Si que tienes hambre!

Mis movimientos hacia atrás y delante en la silla creaban un balanceo que iba ocasionando se quedara dormida poco a poco.

Arizona despertó y encontró mis ojos con la mirada.

Arizona: Buenos días!

Callie: Buenos días!

Arizona: Llevas mucho despierta?

Callie: No más de dos horas. Ya está alimentada y cambiada.

En lo que yo colocaba a Luciana en la cuna Arizona fue al baño, se lavó la cara y los dientes y al salir se sentó sobre mi en la mecedora, me comenzó a besar de una manera muy dulce y después se trasladó a mi cuello.

Arizona: Te amo.

Callie: Te amo.

Arizona: Hoy tienes el cóctel verdad?

Callie: Si, me acompañarás?

Arizona: Claro que si, solo tenemos que dejar ya dormida a Luciana. Ohh! hoy vendrá Daian.

Callie: Se la quieres dejar a ella?

Arizona: No amor, pero dejaremos a las chicas solas?

Callie: No están solas, tienen a todo el personal de esta casa, pero si te hace problema le digo a mi madre si pueden ir a su casa.

Arizona: No, no tranquila.

Callie: Segura?

Arizona: Si. - No me sentía segura de sus palabras. Y podía ver su nerviosismo debido a sus dedos entrelazándose rápidamente.

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