Capítulo 23

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Capítulo 23

Mierda, mierda, mierda

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Mierda, mierda, mierda.

Volví a mirar la pantalla de mi teléfono móvil. Ese «Está hecho 🤭» parecía burlarse de mi desesperación.

No me atreví a meterme en las redes sociales en toda la noche por miedo a la reacción de los demás.

—Eres una exagerada —se jactó Des a la mañana siguiente—. Además, has sido tú quien le ha permitido hablar de ello en Internet.

Tenía razón. ¿Por qué aquello me había parecido una buena idea? Me retorcí los dedos en un intento de detener el temblor de mis manos. Aquello no era bueno. No solía alterarme por nada, ni siquiera por un partido de gran importancia; pero ahí estaba Maxwell, que revolucionaba cada célula de mi ser con un solo gesto. Su manera de mirarme, de actuar, de hacerme reír... Todo era nuevo para mí y tantas emociones intensas llegaban a asustarme. No era de las que se mostraban tan abiertas.

—No me lo recuerdes.

Destiny se metió una gran cucharada de cereales en la boca.

—Métete en las redes. Sé que lo estás deseando —habló con la boca llena.

—¡Eres una guarra! ¿Podías masticar con la boca cerrada?

Para molestarme aún más, se metió otro puñado en la boca y masticó de manera exagerada mostrándome la mezcla pastosa de colores.

—Vas a conseguir que se me quite el apetito.

No volvió a hablar hasta que tragó y tomó un buen sorbo de su café.

—En serio, métete en las redes.

Me mordí el labio inferior.

—¿Y si...?

Aporreó la mesa con las manos con tanta fuerza que los cuencos y las tazas temblaron.

—¡Ya está bien! No te reconozco, amiga. ¿Desde cuándo te interesa tanto el qué dirán? Tía, has peleado contra cosas mucho más fuertes que lo que se cueza en las redes sociales. Quien no vea la felicidad que emana de vosotros es un tonto.

—Tienes razón. —Me limpié los labios con la servilleta, la dejé con determinación sobre la mesa y fui a mi habitación a por mi teléfono. Al regresar, una Des sonriente se encontraba sentada sobre la barra de desayuno—. Veamos qué han dicho.

Nada más conectar los datos —porque era de la clase de persona que los desconectaba por la noche— empezaron a llegarme muchísimas notificaciones: del grupo de clase de la uni, del grupo del instituto, mensajes en mi propia cuenta en Instagram...

Fruncí los labios.

Sentada junto a mi amiga, abrí primero el grupo de clase de la uni. Si no había más de cuatrocientos mensajes, no había ninguno. Me quedé de piedra al leer algunos:

Venus. Luz y oscuridad (Serie «Chicas guerreras» 1) (#PGP2021)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora