Atrapada en South Park.

El atrevimiento de los detalles.

Renoir fué un pintor expresionista. En sus creaciones muestra la alegría de vivir, incluso cuando los protagonistas son trabajadores. Siempre son personajes que se divierten, en una naturaleza agradable; Renoir solía tener una filosofía y esta consistía en buscar los más altos y bellos valores en los detalles que ofrece la vida.

Pero a nadie le importa, así que olvidenlo.

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Justo cuando el sol comenzaba a darle en la cara a Rose, su teléfono interrumpió su pequeña reflexión con el tono de llamada. Ella se sobre saltó y con nerviosismo y prisa tomó el aparato en sus manos para atender la llamada.

-¿Q-qué?- Tartamudeó Rose en cuanto respondió la llamada.

-¡Respondiste! ¡Que alivio!- Exclamó Gregory del otro lado de la llamada.

-¿Qué?

-¡Nada!- Rose se rascó el cuello mientras escuchaba a Gregory reír y toser un poco. -Eh... Yo sólo quería decirte, ya resolví el asunto que estaba pendiente, así que, ¿puedes venir directo a la guarida?

-¿A la guarida? Creí que tenías algo preparado.

-¿Quieres hacerlo? Por que son varios acertijos y vueltas al pueblo entero.

Aún a través de la llamada telefónica, Rose pudo imaginarse la expresión que tendría Gregory. Tal vez una ceja levantada y una de sus sonrisas pedantes.

-De acuerdo, directo a la guarida.

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Rose caminó a la guarida. En el camino no podía dejar de pensar en que le pudo haber preparado. Tal vez sólo estarian ellos dos sólos, tal vez invitó al Topo, Kyle, Kenny y Stan, tal vez Stan trajo a Wendy o Wendy vino aparte junto con Bebe, Nicole y Rebecca. Tal vez se corrió la voz y Butters invitó a Pip, Craig, Tweek, Clyde y Token, aunque a Token ya lo había visto...

Y se detuvo a pensar bien.

¿Y si era una fiesta? Como, una fiesta, fiesta, dónde los invitados bailan y asustan al cumpleañero con un salto y grito sorpresa. Ya no sería una sorpresa, sería un cliché. Y uno muy escandaloso; siguió caminando con la idea de que tal vez debería volver a casa y decirle a Gregory que el comerse todos los pastelillos le dio indigestión. El problema era que ya estaba a un par de calles de la guarida cuando pensó en esa excusa y no podía hacer que sus pies se detuvieran.

Por que ¡maldita sea! ¡Se moría por saber que había preparado Gregory!

Tal vez tenía la cabeza de Mickey Mouse en una charola de plata, tal vez tenía todas las temporadas de Sherlock o Dr. Who en DvD, tal vez el si consiguió el character mook de Rei y Nagisa que ella no alcanzó a comprar.

Se le ocurrían mil y un cosas con las que Gregory se pudo haber molestado.

Y cuando estuvo a 2 cuadras de la guarida, podía escuchar unas cuantas risas y a The Smiths terminar una canción para darle paso a Sexy sadie de The beatles.

Rayos, Gregory si la conocía. Eso, o Brad había escogido la música, por que su auto aún seguía estacionado en la banqueta; Cuando entró todos estaban hablando entre sí, tomando refrescos de lata y comiendo papas fritas, algunos notaron su presciencia y la saludaban deseándole feliz cumpleaños, pero nunca sintió todas las miradas sobre ella; El lugar se sentía más cálido que de costumbre, y del techo colgaban lámparas chinas de color rojo y series navideñas de color amarillo, dándole un toque más alegre a la vieja guarida. Detrás de la barra estaba el padre de Rose, conversando animadamente con Randy Marsh y tomando lo que parecía ser cerveza de raíz. Ambos voltearon al mismo tiempo y el padre de Rose le sonrió. Hacía tanto tiempo que Rose no lo veía sonreír de esa forma.