Mote-De-DeLorne

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Cómo solía ser natural, una tinta oscura era derramada sobre el cielo, y luego, si tenías tiempo o paciencia, podías notar pequeñas manchas de blanco que brillan sobre todo ese lienzo.

Sí, seguía siendo de noche, qué mierda.

Rose se había quedado mirando hacia la nada por un momento, y luego, algo le dijo que volteara a ver a la persona que creyó la estaba escuchando. El tipo la miraba como si estuviera completamente loca, ¿Y saben qué? Probablemente tenía razón. ¿Quién no amaba las 'member berries? Y antes de que el anciano raro pudiera llamar a la policía, o apuntarle con un arma, o lo que fuera, Rose simplemente se dió la vuelta y siguió caminando por el borde de la carretera.

Sólo eran dos kilómetros, ya había caminado más antes.

Le molestaba un poco la idea de que algo le pasara en el camino. ¿Que tan cagado sería que un oso la atacara antes de que siquiera se acercara a South Park?; Una ventizca se llevó ese pensamiento lejos, y Rose cubrió su cabeza con el gorro de su sudadera para cubrirse del frío.

En su lugar, otro pensamiento tomó lugar en su cabeza. ¿Qué diablos planeaba hacer exactamente? Sabía que es lo que hay que hacer, pero ¿Como iba a conseguirlo? ¿Qué le aseguraba que La Resistance o Coon & Friends estarían dispuestos a ayudarla?, ¿Seguirían estando juntos, siquiera?

Un pesado dolor se instauró en su estómago, al pensar en todos los que alguna vez llamó amigos. O mejor dicho, en todos los que no tuvo las agallas para llamarlos así. Incluso le avergonzaba admitir su relación con Gregory.

Y eso era lo peor de todo. ¿Por qué querría alguien ayudarla con lo que fuera? Nunca había llegado al punto de convertirse en una Eric, pero lo cierto es que tampoco era mejor que él. Con casi 18 años, Rose se sentía avergonzada de mirar atrás a ver a su yo de once años.

Los niveles de soberbia de esa niña eran impresionantes. Creía que ese pueblo no era lo suficientemente bueno para ella, que había lugares mejores en todos los malditos Estados Unidos. Qué no valía la pena gastar su tiempo con los demás, cayendo en el ocio eterno. A excepción de Gregory y Christophe, pero igualmente procuraba no dejar que la vieran con ellos dos por demasiado tiempo.

Rose iba tan distraída pensando en su propia estupidez, que chocó de bruses contra algo, lo suficientemente fuerte para hacerla caer al suelo de un sentón. Cerró los ojos un momento antes de regresar la vista hacia arriba, para ver qué fué lo que la había tirado al suelo.

Era el cartel que anunciaba que estaba entrando a South Park. En el bastante roido cartel, había un graffiti que anunciaba que el lugar era el mismísimo infierno. Rose se puso de pie para mirar detrás del cartel y se encontró con que los guardias que se supone deberían estar vigilando, estaban o muy borrachos o muertos, pero no había manera de diferenciarlo sin tocarlos para tomarles el pulso. Estaban tirados en el suelo, eso sí.

No tenía un plan claro. Pero sabía qué hacer.

Y bueno, ¿Qué podía perder? Si nadie estaba dispuesto a ayudarle, ella buscaría una manera.

Rose tomó una gran bocanada de aire, y retrocedió varios pasos. Luego se detuvo, y como su estuviera a punto de lanzarse al mar (o a un volcán) volvió a tomar otra bocanada de aire, en un intento de llenar su pecho de la valentía que carecía.

-Ay, a la chingada- susurró para sí misma y hechó a correr para atravesar el umbral de la posible única entrada y salida del domo, y no dejó de correr.

En el suelo del bosque había un sendero forjado con el paso de varios transportes a lo largo de los años, y a pesar de que la luna ofrecía poca iluminación, era suficiente para que Rose pudiera distinguirlo.

Y así, siguió corriendo sobre el tramo del suelo que estaba erosionado, y no paró hasta que sus pulmones ardientes le rogaron descanso.

* * * * * * * *

Si buscas la palabra "mote", te aparecerá esto:

Nombre que se da a una persona en vez del suyo propio y que, generalmente, hace referencia a algún defecto, cualidad o característica particular que lo distingue.

Enserio. Googlealo.

Ze mole. El topo. Ese era un apodo que Christophe DeLorne se había puesto a sí mismo, y aunque a nadie le importaba realmente saber toda la historia de fondo, era suficiente para él saber que su mote ahora iba de acuerdo a esa descripción

Cavar túneles fué su peor defecto cuándo niño, y ahora, era su mejor cualidad.

No sólo era Ze mole por que fuera excepcionalmente bueno haciendo túneles para escapar, si no que ahora, tenía una reputación por esa habilidad. Claro, la mayoría fuera de La Résistance le odiaba, pero eso no le quitaba que era una reputación respetable. Se había vuelto igual de temido que Gregory o Mysterion.

Pero dejando eso de lado, la verdad era que Christophe no tenía ni puta idea de qué carajos estaba haciendo o qué carajos esperaba.

En realidad, si sabía. El plan de Gregory había salido mal y el muy estúpido se quedó a distraer a los soldados, mientras Christophe regresaba con su manada de personas de vuelta al túnel que los llevaría de regreso a la guarida. Y sólo le quedaba esperar que el estúpido rubio no cometiera alguna mamada que hiciera que lo maten.

No podía pedir más. Muy probablemente iba a tardar un par de días en volver, y aún más probablemente iba a volver herido. Como ya era costumbre.

La misión era una que ya habían hecho al menos unas cien veces: sacar a unas cuántas personas del pueblo. Los que estuvieran dispuestos a afrontar los riesgos, los que estaban hartos de vivir ahí.

Era más común para ellos emboscar camiones de víveres o municiones.

Y como siempre, hacían equipo con los súper héroes locales. La gran mayoría de las veces, era Mysterion el que se encargaba del trabajo sucio; Deshacerse de los guardias de turno sin ser detectado por las alarmas de seguridad.

Al principio había sido algo sencillo. Dejar inconscientes a los guardias de la entrada y desactivar la alarma de emergencias, para después tranquilizar las llamadas del jefe. Después de unas cuantas veces, se había vuelto más difícil. El panel con el que controlaban la alarma funcionaba con internet, y había varios anuncios publicitarios que, eventualmente, hicieron casi imposible desactivar la alarma, así que ya no podían usar la entrada principal del domo.

Eso les había costado a un par de inocentes; algo que Gregory no se ha logrado perdonar.

Así que ahora debían deshacerse de la seguridad de los alrededores, y el topo tenía que hacer un nuevo túnel para cada nuevo escape, solo para volverlo a cubrir para no dejar cabos sueltos.

Está vez, sin embargo, era difícil saber qué había salido mal. ¿Tal vez Mysterion no se había hecho cargo de los guardias como correspondía? Sería la primera vez que comete un error así de estúpido, lo cuál hacía que la opción fuera prácticamente imposible. Cualquiera que haya sido el maldito error de McCormick, ya se las vería con el topo en cuánto se reagruparan en la guarida.

Al menos ese era el plan a corto plazo, hasta que, poco después de llegar al túnel y que todos hayan entrado, Christophe escuchó algo que lo detuvo de entrar por el túnel y poner el piso falso. Se asomó por encima del arbusto que los escondía, y vió que una de las personas se había atrasado.

Chasqueando la lengua, el castaño se fijó que no hubiera nadie más por los alrededores, y se abrió paso por el arbusto para alcanzar el brazo de aquella chica.

-¡Vamos, apresúrate!- gritó en un susurro mientras jalaba a la chica hacia él, para después hacerla entrar por el túnel.

Lo siguiente fué, de nuevo, algo que ya había hecho miles de veces antes. Tuvo que empujar a la chica para que entrara al túnel, pero una vez ella calló dentro, él también saltó dentro, puso el piso falso y junto al resto de las personas, comenzaron a arrastrarse dentro del túnel de regreso a la guarida.

Atrapada en South Park.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora