Abonos semanales.

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Después de esa patetica excusa de funeral (La cual consistió en cubrir con mas tierra el lugar donde estuvo la hoguera), todos volvieron a sus casas. Excepto yo.

Me quedó más cerca y segura la guarida de Là résistance que mi casa así que de nuevo, Gregory me acompañó. Se ofreció a quedarse conmigo hasta que el asunto acabara oficialmente y pudiera volver a casa, pero le dije que se podía ir al carajo.

Jajaja, esa estuvo buena.

Se escuchaba cool, lo sé, pero en su lugar, le dije que estaba bien, y que lo único que me hacía cosquillas era faltar a la escuela, pero concluimos en que me haría bien alejarme de todos.

Me pasé tres semanas y media ahí. La mayoría del tiempo me la pasé limpiando y tratando que el lugar se viera más decente, pero ¿Una resistencia debería lucir cómo una hermosa casa donde viven personas que pagan impuestos?

¿Por qué no?

—No tienes qué hacerlo, Rose— Decía Gregory cuando llegaba y me encontraba arreglando las patas de los bancos y sillas rotas.

—Deja que se divierta, Yardale— Le respondía Christophe las veces que estuvo presente.

Algunas veces Gregory se ofrecía a pasarme la tarea y jugabamos dominó con Christophe. Una vez dijo que era la mejor jugadora de dominó que había visto en su miserable vida.

—Cómo crees.

—¿Sabías que le dicen "El juego de los mudos"?

—¿Y eso a mi qué?

—Que siempre que jugamos no dices una palabra.

Nunca digo nada cuando juego algo. Le respondía mentalmente. Pero cuando teniamos esa conversación chasqueaba la lengua o rodaba los ojos con fastidio, él elogiaba mi horrible actitud, y seguíamos jugando. También conversaba con Gregory, pero eran más triviales y parecía incomodarle, así que casi siempre terminábamos practicando esgrima.

Kenny fué a visitarme el primer Miércoles. Me contó que Stan y Wendy pelearon por quién sabe que pendejada, que Kyle le gritó a Eric que era un pedazo de mierda andante en educación fisica y que él estaba que cagaba piedras por vengarse de mí, me contó algunas de sus muertes, las aventuras de Mysterion como pistolero solitario, que castigaron a Butters por que llegó 3 minutos tarde a casa y que Garrison estaba dejando tarea como un maldito urgido.

Yo le conté sobre mis jugadas a muerte de dominó con Christophe, sobre las prácticas de esgrima, sobre las enriquecedoras pero cortas conversaciones con Gregory y sobre un ratón gris que alimenté y después bautizé Hamlet.

—¿Entonces Hamlet es tu mascota?

—No lo sé. Nunca tuve una mascota.

—¿Cómo? ¿Ni si quiera un perico, ó algo?

—Mi hermano tenía un perro… Pero lo atropeyaron… Creo.

Entonces Kenny empezó a reír.

—¿Qué?

—No es nada. Me parece raro que no hayas tenido una mascota.

—No tengo tiempo para encargarme de otro ser vivo a parte de mí.

Más bien… No quiero.

Por suerte, Kenny no pudo quedarse mucho tiempo. Llegó tarde y dijo que se tenía que ir por que a esa hora su padre llegaba borracho y tenía que cuidar a su hermanita. Después de eso copié la tarea de matematicas, y apilé el cuaderno junto con las demás cosas que Christophe logró rescatar, incluyendo la mochila que llevaba el día que me arrestaron. Cuando ví que el arma seguía dentro de su bulto de papel, me dieron ganas de tomarla y apuntarme a la garganta por que olvidé preguntarle una cosa más a Kenny. Ese Miércoles Gregory llegó temprano.

Atrapada en South Park.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora