Atrapada en South Park.

Sr. Mouse.

Después de maquillar un poco mi rostro y de ponerme la ropa necesaria, saqué una peluca rubia corta. La acomodé, la peiné y mientras me ponía unas gafas de aviador negras, mi padre tocó la puerta.

—Adelante.

—Wow, de verdad pareces un hombre— Se burló mi padre.

—Ese era el punto— Dije mientras me ponía de pie. —¿Soy un hombre bonito?— Pregunté estirando los brazos.

—Nah, yo diría más bien que eres un macho— Respondió sarcastico —Todavía tienes tiempo, ¿Quieres venir conmigo a arreglar los últimos detalles ó puedes llegar sola?

—Vamos, no quiero tener que hacer filas.

Era Domingo y el primer día de la Comic-con. Brad me dió dinero suficiente como para rentar su departamento un mes y algunos pases VIP para un par de exposiciones, sin contar su ayuda con el cosplay que llevaba puesto.

Era increible, la segunda vez que me ví al espejo me asusté, en realidad parecía un hombre; podría hacer un golpe de estado y si fallaba comenzar mi vida en otro lugar sin preocuparme por la identidad física y el hecho de que ya tenía meses practicando con las voces fingidas, ayudaría aún más.

Cuando compramos maquillaje, ropa y fuimos a ponerle un estampado a una playera, Brad no preguntó nada, pero no duró mucho hasta que fuimos a comprar la peluca.

—¿Una peluca rubia para hombre? ¿Qué se supone que harás?

—Seré Dave, es un personaje de un webcómic.

Dentro del webcómic, es un chico genial e irónico por sobre todas las cosas. Calmado pero es un maestro con las katanas y aunque su historia está un poco enredada (al igual que el resto de los personajes de webcómic) no deja de parecerme una de las mejores dentro de la trama. A parte de que su vestimenta era sencilla.

Esta vez llegamos en autobús, lo cual resultó un poco incómodo para mí ya que las chicas que estaban a bordo no dejaban de mirarme; sin embargo, mantuve mi papel en todo momento, debía honrar la irónica genialidad de Dave.

La mayoría del tiempo dentro de la convención me la pasé bastante bien, compré algunos DVD's, comics, entré a las conferencias y expocisiones a las que Brad me dió acceso, quedé en segundo lugar en un concurso, y terminado todo eso, empecé a dar vueltas por el lugar, buscando algo en que gastarme el dinero que gané en el concurso.

Llegué a una parte extraña del lugar dónde vendían prendas de cosplays extraños y atrevidos, y algunas armas blancas; por instinto me alejé de los cosplays extraños y terminé frente al puesto de armas blancas, haciendome recordar que me faltaba una pieza importante en mi cosplay: una katana.

Me fijé en una en específico y después de verla, ví su precio. 500 dólares.

—¿Te gustó algo chico?— Preguntó una voz detrás de mí. Volteé y ví al rival más grande de David Strider; su hermano mayor. El tipo y yo nos miramos unos segundos, analizando el cosplay del otro.

—La katana de ahí— dije señalandola. El tipo sonrió de lado.

—¿Tienes el dinero?— Preguntó incredulo.

—Si, pero me gustaría saber si podemos regatear— Respondí con ambas manos dentro de los bolsillos de mi pantalón.

—Fingiré que no eres menor de edad y te haré un descuento por el cosplay, pero no le bajaré más de 70 dólares.

430 dólares, ya estamos negociando.

—¿Y qué tengo que hacer para que le agreges más números al descuento?