El resto del día fué tan aburrido y monotono como el resto de los días que he tenido en mi corta vida. Hasta que las clases terminaron.
Como Wendy lo prometió, me devolvió el libro y esta vez tuve que regresar en el autobús escolar. Cuidando de no llamar mucho la atención, le escribí un mensaje de texto a mi mamá, avisandole que llegaría tarde.
Después de eso, solo me quedé mirando por la ventana, como siempre hago cuando estoy en un transporte; sin darme cuenta, ya habiamos llegado a la parada de autobús más cerca de la casa de Kyle.
—Rose, parece que ya llegaron a su destino— De nuevo, una voz segura me sacó de mis pensamientos.
—…Tu debes ser Gregory— Dije mientras me levantaba de mi asiento, y ambos nos dirigiamos a la salida del autobús.
—Así es, es un placer— Respondió extendiendome la mano derecha, la cual acepté un poco dudosa.
—¿Y bien? ¿Cómo quieres que te pague por haberme "salvado"?—
—Puedes hacer mi tarea de matemáticas, aquí tienes mi mochila—
—Bien, te la entregaré mañana a primera hora—
…Si, eso sería mucho más fácil.
—…Gracias… Por lo de hace rato— Dije mirando hacia otro lado, evitando hacer contacto con las miradas reprobatorias por parte del resto de los chicos.
—No me agradezcas, era mi deber— Respondió sonriendome amablemente. Me quedé callada unos segundos más, pensando en algo que decir.
—¡Rose! ¡La casa de Kyle es por aquí!— Me llamó Stan, a lo cual respondí con una seña; lo que causó que todos se cruzaran de brazos, impacientes.
—Parece que aún no les agrado. ¡Bueno! ¡No se puede tener contento a todo el mundo!— Dijo Gregory sonriendo, ganandose una risa sarcastica de mi parte. —¡Al fin ries!— Dijo haciendome ruborizar por dejar que me viera en una faceta que no dejaba que cualquiera conociera facilmente.
—No quisiera distraerte más, suerte con esos chicos— Añadió, dejandome sin nada más que decir. Ambos nos despedimos con la mano, mientras nos ibamos por caminos opuestos.
¿Suerte?
Entre discusiones de Kyle y Eric –Que de vez en cuando me hacían reír– me fuí dando cuenta de varias cosas más que seguro debía anotar a mi lista de curiosidades de South Park.
Como que Craig no sigue sus propios consejos.
En fin. Llegamos a la casa de Kyle y comenzamos con el trabajo; Después de que Eric y Kyle dejaron de discutir, claro.
Esta vez, no cometí el mismo error que cometí con las chicas, y no dejé que nadie aparte de mí leyera. Leía unas cuantas páginas, respondía preguntas que alguien tuviera, y volvía a leer. Algunas veces las preguntas que me hacian me colmaban la paciencia.
Como las de Butters o las de Jimmy. Las preguntas de Butters parecían venir del niño más pendejo que he conocido (titulo que le pertenece a Eric Cartman, obviamente) y por el tartamudeo de Jimmy; No podía quejarme, así que me limitaba a suspirar, y esperar que entendieran rápidamente.
Estaba a punto de llegar a la parte del primer personaje muerto, cuando la puerta de la casa de Kyle se abrió.
Una mujer peliroja con traje de noche llegó con un niño de preescolar en brazos.
—Kyle… ¿Que hacen todos aquí?— Preguntó en cuanto notó que casi media clase estaba en su sala de estar.
—Tarea— Respondió Kyle. La señora Broflovski bajó al niño el cual por alguna razón fué corriendo hacia mí.
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Atrapada en South Park.
FanfictionUna chica nueva llega a South Park, y esta chica debe sobrevivir a todas las cosas que le esperan al lado del grupo de amigos del cual nadie quiere estar cerca.