Atrapada en South Park.

Antes.

No entendía nada.

Hace menos de 20 minutos Rose estaba cagando leches, esperando por una respuesta por parte de su novio; Gregory la torturó involuntariamente al decir "No tengo palabras", y ella lo había empujado agresivamente contra una de las paredes, tomandolo por el cuello de su camisa.

¿No tengo palabras? ¿Qué se supone que significaba eso? ¿Era esa su manera de decir "Terminamos"? ¿Acaso era una forma cruel, elegante y sutil de burlarse de ella? ¿Planeaba romper su promesa y hecharse a reír?; Rose no pudo pensar mucho en eso, ya que antes de que ella pudiera seguir sacudiendolo, él se adelantó a besarla.

Ella forcejeó al principio, pero al darse cuenta de que repentinamente era ella quién estaba acorralada contra la pared contraria, dejó de forcejear, aunque sus labios seguían rígidos; A Gregory, sin embargo, apenas le importaba eso, y lo demostró tomando las dos manos de Rose, entrelazó sus dedos con los de ella y las puso a la altura de las orejas de esta, mientras comenzaba a rosar suavemente los labios de ella con la punta de su lengua. Rose por fin se rindió, y ladeó un poco la cabeza hacia atrás, dejando que el beso se profundizara un poquito.

—¿¡QUE CARAJOS!?— El fuerte acento francés desapareció para convertirse en un extraño grito agudizado. Rose se separó. 'Carajos' se convirtió mágicamente en 'Caggajos', pero antes de que ella pudiera si quiera pensar en reírse, recordó que ante los ojos de Christophe, Gregory Yardale se estaba besando con alguien más a espaldas de Rose, y el problema aumentaba cuando se dió cuenta de que ese alguien seguía siendo un chico.

Christophe traía una pala en la mano y no perdió el tiempo para utilizarla; Corrió hacia Gregory mientras levantaba la pala y este instintivamente retrocedió.

—¿¡QUE CAGGAJOS CREES QUE HACES, YARDALE!?— Gritaba mientras intentaba golpearlo con su pala. —¡¡TÚ NO PIENSAS CON LA VEGGA!!

—¡Topo! ¡Espera! ¡No es lo que crees!— Rose estuvo a punto de detenerlo, cuando Gregory se tropezó con uno de los maniquís que estaban tirados; por fortuna, Gregory pudo alcanzar una espada y se defendió antes de que la pala pudiera tocarlo, y entonces, Rose intervino. Se quitó la peluca, hizo que Christophe volteara y lo bofeteó.

—¡SOY YO, PEDAZO DE ANIMAL!— Le gritó mientras su mano chocaba con su rostro.

Ahora, los tres chicos estaban sentados en una mesa de la planta baja, en silencio, con tres latas de refresco de lima sin abrir y la peluca rubia sobre la mesa. Christophe estaba sentado con las piernas cruzadas mientras acariciaba sus sienes, Gregory estaba en la misma posición que el, pero estaba escondiendo su rostro con una de sus manos; Y Rose… Ella estaba cruzada de brazos, en silencio, mirando fijamente a Christophe y esperando a que se dignara a decir algo.

—Entonces, ¿Fuiste tú la que jodió a Mickey Mouse mientras estabas disfrazda para ir a rescatar a tu padre biólogico?— Preguntó Christophe, sin dejar de acariciar sus sienes.

—Sí— Confesó Rose.

—¿Y por qué mierda te disfrazaste de hombre?

¿Y por qué mierda se estaban besando cuando todavía eras un hombre?

Rose podía responder la primera pregunta con un simple y sencillo "Por que me dió la gana", pero el problema recaía en lo del beso por que no fué ella la que lo comenzó. Tendría que aclarar ese asuntito después.

—Se llama pubertad, tener curiosidad no es malo— La defendió Gregory.

¿Qué?

El incómodo silencio regresó. Christophe dejó sus sienes para revisar la hora en su reloj de pulsera.