Capítulo 19: Amor perdido

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          ¿Pero qué haces?  Grita mi subconsciente. Me quedo perpleja durante unos segundos y vuelve a gritarme.  Sigue,  vamos sigue.

Me duele la mano, puede que le haya dado muy fuerte. Mentira.  Pero cada vez que le veo la cara me dan ganas de seguir, como me dice mi cabeza todo el rato. Ves como tenía razón, nunca me haces caso.

Solo puedo sentir como me hierve la sangre y pensar ¿por qué Electra? La misma que me intentó hundir, y dejarme aislada desde el primer momento. ¿Por qué?

Ella es muy guapa y si no fuera por la peca que tiene en la frente y en el cuello tendría la piel perfecta. Pero no tiene mucha cabeza. ¿En verdad le gustan ese tipo de chicas a Pterseo?

– ¿ Y eso?  ¿Qué te pasa?– me grita Pterseo todavía con la mano en su mejilla rojiza. – ¿Por qué me has pegado?–

Odio cuando me mira así,  como si yo fuera la culpable. ¡No! No me va a dejar como la mala de la historia; él es el que debería pedirme perdón,  no yo.

– Tú sabes el porqué.

Pterseo me mira anonadado y niega con la cabeza.

– No se de qué me hablas. – contesta furioso. ¡ Ah no! Tú no puedes ponerte furioso,  esa soy yo; y con un buen motivo. ¡Pelea de caras!

– Díselo a Electra,  ella lo sabe todo.– y le pongo mi peor cara. ¡Nadie me gana!

– ¿Electra?  ¿A qué te refieres? – pregunta con una voz más tranquila pero con inquietud.

– ¡Salistes con Electra!– exaspero.

– Sí.

Al principio me quedo en silencio, una parte de mi esperaba que lo negara. Pero lo ha dicho tan rápido,  aceptándolo sin más... Eso es lo que querías, la verdad.

Rápidamente me vuelvo a recomponer,  no quiero que piense que estoy sufriendo.  Aunque dentro de mí, estoy rompiendo todo lo que hay a mi alrededor.

– O sea que me has engañado.– vuelvo a gritarle pero esta vez con un sentimiento de aceptación.

–¡No!– exclama consternado. –¿Quién te ha dicho eso?–

– No importa quién.  Solo sé que me has mentido.

– Mi relación,  si eso se llama una relación,  fue muy corta.

– ¿La querías?– salto con los ojos vidriosos, no sé si quiero oír la respuesta. Menos mal que si ocurre lo impensable , no me verá las lágrimas.

– No.

Al instante mi corazón,  se hincha y vuelve a latir con fuerza.  ¡No la quería! Pero tengo que llegar al final de esto.

– ¡Pero estuviste con ella, cuando estabas conmigo! – concluyo relajando la voz.

– No, la dije que ya no podíamos estar juntos porque me había enamorado.

¿Le creo, no le creo? Mi corazón brinca de la alegría,  esa sensación rara que había tenido hace unos minutos había desaparecido. ¿Eran celos?

Al momento me doy cuenta de lo que he hecho y acerco delicadamente mi mano a la mejilla de Pterseo.

– ¿Estás bien?– le pregunto con dulzura. Pero antes de que puedo rozarle, se aleja de mí. Está muy enfadado.

– ¡No me toques! Esto no se ha acabado. – exclama mirándome intensamente. – No me puedo creer que no confíes en mi.– me acusa.

Quiero pedirle perdón,  es tan dulce; "dejó" a Electra porque me quería. Pero odio que me griten, así que estallo al unísono que él.

– Y yo no me puedo creer que no me hayas dicho la verdad desde el principio. Has estado con Electra,  ¿con quién más has estado? ¿Con Lydia? ¿Con Jimena? –

Solo de pensar a mi mejor amiga con Pterseo,  me da un escalofrío. 

– Estás furiosa, celosa y no sabes lo que dices.

– No, no, quiero saberlo. ¿Con cuántas?

– Con miles. Contenta. – dice con un tono cortante.  Sé que no es cierto lo que ha dicho,  pero me duele. 

Durante ese silencio, me doy cuenta de que todos los adolescentes del colegio nos están mirando.  Todos se han quedado en silencio,  escuchando y mirando nuestra escena con suma atención.

– Melanie.– suspira Pterseo profundamente. Nunca me había llamado así. – Esto no funciona.  Tú no confías en mí y yo te doy todo. Una relación se basa en la confianza,  una cosa que parece que no tenemos. –

– Pterseo... – tartamudeo.

– Será mejor que lo dejemos antes de hacernos más daño.– me da un beso en la mejilla y entra en el colegio.

Justo cuando se gira, mi corazón se viene abajo. ¿Qué ha pasado? Ha sido todo tan rápido. ¿Cómo ha ocurrido esto? Todo lo que había formado con Pterseo, lo he perdido. ¿Ha sido por mis celos? Nunca me había sentido así,  hundida. Tampoco había sentido celos ya que esa palabra me asusta.

¿Pero qué puedo hacer? Ojalá alguien me pudiera ayudar y decime lo que hacer en este momento. Sólo quiero pedirle perdón por todo; por no confiar en él, por gritarte, por darle una torta... Quiero volver a abrazarle, darle aunque sea mi último beso.

Eterno Poder © #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora