18| Eso no pasará 🧠

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El ambiente estaba muy tenso dentro del equipo, Yoongi se encontraba sentado junto a Taehyung en el medio de la cancha, observando a sus demás compañeros conversar en la banca o bajo el aro, todos en espera de que el entrenador llegara para decirles contra que universidad les toca competir. Los panfletos anunciando la competencia volaban por todas partes -cortesía del centro estudiantil de la universidad- y en cualquier momento las gradas se llenarían con estudiantes de todas las carreras, a la espera de que comience el partido tan anhelado.

Es temprano por la mañana y a cada integrante del equipo se les anularon las clases para que pudieran rendir como corresponde en la competencia, luego podrían recuperar los contenidos en el tiempo extra que les darían los maestros para colocarse al día. El prestigio deportivo de la universidad si ellos ganaban subiría hasta las nubes, y eso era sumamente importante para el directorio.

—¿Cuándo va a llegar?— preguntó Taehyung, restregándose un ojo con el dorso de la mano para espantar el sueño que sentía —Aún no nos dice contra quién jugamos.

—No tengo idea— le respondió Yoongi, igual de cansado que él. Giró su cabeza hacia las gradas buscando con la vista entre todos los estudiantes la esbelta figura de Jimin, pero sin encontrarla. Hoseok no había podido asistir porque mientras él estaría compitiendo, su amigo de toda la vida se estaría jugando su acceso a la pasantía con ese proyecto de madera que armó durante un mes con sus mayores —Jimin tampoco aparece.

Taehyung lo miró con una sonrisa traviesa —Jimin hyung debe estar en química experimental, la profesora no los soltará hasta que pase la lección por completo.

Yoongi se recostó en el suelo y cerró los ojos, pero en menos de tres segundos tuvo que volver a levantarse de un salto al escuchar el grito atronador que emitió Choi Daeyong desde el otro extremo de la cancha. Taehyung se habia puesto rígido como una estatua al lado suyo y sus demás compañeros se iban acercando al centro, igual de atontados que el pelinegro producto del grito, por más tiempo que pasara sus pobres oídos no lograban acostumbrarse.

—Buenos días, chicos— los saludó llegando con una carpeta verde entre sus manos y un bolso negro en su hombro —¿Cómo están para la competencia?— el cuerpo fornido del entrenador era intimidante, lleno de masa muscular y con la remera deportiva a punto de explotar.

—Estaríamos mucho mejor si nos dijera contra quién jugamos— mencionó Yoongi, mirándolo a los ojos por unos segundos y luego desviando la vista, como capitán del equipo le correspondía hablar por sus compañeros y defenderlos si era necesario, pero la mirada de Daeyong era tremendamente amenazadora.

Subió la carpeta hasta su rostro y levantó las cejas —A eso he venido— sacó un papel y se lo tendió, pero antes de que Yoongi pudiera recibirlo, ya tenía a todos sus compañeros sobre él, intentando leer la información —Van a jugar contra la universidad Hanyang. Ellos llegan dentro de una hora.

Oyó al ex capitán del equipo, Dongho, soltar una exclamación llena de rabia —Pensé que no habría una revancha— le dijo mirando con desagrado al entrenador —Después de todo lo que nos hicieron ¿Competiremos otra vez contra ellos?

Yoongi miró interrogativo a Daeyong exigiendo una explicación a lo dicho por su compañero —¿Qué les hicieron?— recordó que Dongho llevaba casi cuatro años en el equipo y él solo dos, probablemente era algo que sucedió mucho antes de que Yoongi entrara.

El entrenador le restó importancia con un ademán de mano —Hace tres años hubo una competencia...

—La peor de todas— murmuró por lo bajo Bangchan, interrumpiendo a Daeyeong en su explicación.

—Como decía...— retomó el entrenador, mirando al chico de sonrisa filosa en modo de advertencia. Le quitó la hoja a Yoongi de las manos y volvió a guardarla en la carpeta —Hace tres años hubo una competencia donde la universidad de Hanyang rompió todas las reglas del juego, eran las finales y sólo tenían en mente que ellos debían ser los ganadores. Dongho quedó con muletas por dos meses, Minki tuvo que abandonar el juego y otro chico que terminó su carrera el año pasado albergó moretones como por una semana.

¡Hey, cerebrito! || JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora