22| Especie de crush 🧠

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Hoseok entró a la habitación, cerrando la puerta tras de si y observando a su amigo que estaba tendido en la cama, abrazando una almohada blanca y mirando al infinito —¿Necesitas algo, hyung?— le preguntó mientras se quitaba la remera sin pudor y se colocaba su camisa de dormir —¿Hielo para tu hombro? Puedo traerlo.

—No, no es necesario— Yoongi sorbió su nariz y dejó la almohada a un lado del catre. Metió su mano distraídamente bajo las sábanas y le tendió el pantalón de pijama.

Luego de dejar su ropa tirada en una esquina de la habitación, el pelirrojo se recostó al lado de su mayor y abrió los brazos para que él se refugiara en ellos el tiempo que necesitara —No dije eso de Jimin con una mala intención, Yoonie— susurró Hoseok mientras los tapaba a ambos con la manta —Lo siento.

—Lo sé. Pero dolió más de lo que esperaba— en medio de la oscuridad de su habitación, pasó su dedo índice por las clavículas de Hoseok y sonrió melancólico, recordando que días atrás había deseado hacer lo mismo con las de Jimin, tocarlas y acariciarlas hasta quedarse dormido, lástima que sólo quedó en un anhelo imposible de su mente —Ni siquiera me importa la reputación de su familia...sólo me duele el haber tenido que enterarme por ti y no por él. Pensar que tantas veces le pedí que me contara...

Hoseok pensó por un momento, realmente le hubiera gustado no abrir la boca, pero el desastre ya estaba hecho —Deberías preguntarle el porqué no te lo dijo antes— le aconsejó. Yoongi sabía que su amigo tenía los ojos abiertos y sentía su tristeza como si fuera la de él. Se conocían hace tanto tiempo que aprendieron a convivir juntos y entender los sentimientos del otro casi sin tener que decir una palabra.

—¿Tú crees?— su amigo emitió un sonido de asentimiento y subió una de sus mano hasta la cabeza de Yoongi para hacerle cariño en su cabello. Quizás tuviera razón, no perdía nada con escuchar, e incluso podría disculparse por lo hijo de puta que fue, Jimin no merecía ese trato de su parte, mucho menos si no son nada, con suerte amigos.

—Sí, siempre es mejor hablar las cosas y escuchar las explicaciones— el pelirrojo le beso la coronilla y continuó con su caricia, sabiendo lo mucho que eso relajaba a Yoongi —Tú lo sabes mejor que nadie.

—Tienes razón— el pálido rodeó a su amigo con los brazos, respirando el suave olor a restos de perfume que aún estaba impregnado en su hombro —Me hubiera gustado que mi mamá me contara lo que estaba sintiendo, quizás no habría podido ayudarla mucho, pero es mejor saber a que te dejen con la duda.

—¿Ves? No le hagas lo mismo a Jimin, si él está dispuesto a hablar, escúchalo. No repitas el mismo error de tu madre, no huyas de algo que no has conversado aún.

Yoongi meditó las palabras de Hoseok por un largo tiempo, buscando cuál sería la mejor forma de abordar esa conversación con su menor, no quería parecer un intruso de su vida personal, tampoco quería obligarlo a contarle algo que quizás Jimin aún no estaba dispuesto a hablar, mucho menos si recién se estaban conociendo. Incluso pensó en actuar como si nunca hubiera pasado nada, pero hacerse el desentendido y huir de los problemas jamás era considerado una buena opción, porque tarde o temprano tendría que enfrentarlos.

—Hyung— lo llamó Hoseok —¿Te has dormido?

Yoongi sonrió enternecido, dejando escapar un leve suspiro —No. Sólo pensaba.

—¿En qué?

—En varias cosas— recordó nuevamente el día en que Jimin vio el nombre de la Universidad Bighit escrito en una hoja de cálculos de su amigo —Antes del escándalo de su familia...¿conocías a Jimin?— le preguntó con cautela.

Hoseok se quedó un momento en silencio, sintiendo la suavidad del cabello de Yoongi en su mentón —No, pero Seokjin hyung sí. Se lo había topado una que otra vez en el pasillo de la Universidad, Jimin era una especie de crush para él, siempre dijo que lo encontraba muy apuesto.

—En eso no se equivoca— susurró Yoongi sonriendo. Jimin realmente era alguien muy atractivo, desde su comportamiento amable hasta la imágen sexy que proyectaba —¿En qué periódicos salió el escándalo?

Su amigo bostezó y lo abrazó aún más, el pelinegro sabía que eso significaba que el sueño lo estaba dominando poco a poco —En los nacionales, creo que también salió en la televisión. Los padres de Jimin eran socios comerciales de una farmacéutica muy conocida, por eso es que tuvo una gran cobertura ese escándalo. También salió en el periódico de nuestra Universidad.

—¿Cómo fue que no me enteré?— inquirió Yoongi un tanto sorprendido.

—Hyung...tú no ves noticias, ni siquiera en las redes sociales — murmuro Hoseok divertido —Y en ese tiempo tenías como cinco trabajos a la vez, nosotros casi ni conversábamos, entonces no se me pasó por la cabeza contártelo— su amigo se encogió de hombros, restándole importancia al asunto.

El pelinegro suspiró, prometiéndose que mañana por la mañana buscaría a su menor y le pediría que hablaran, realmente no quería tirar a la basura lo que sea que habían logrado construir —Luego de desaparecer...¿no volvieron a saber nada de él? ¿Que pasó con sus padres?

—Hyung...— dijo Hoseok en voz baja, casi reprendiéndolo por preguntar demasiadas cosas —No me corresponde a mi decirte todo esto, a ti mismo te hubiera gustado enterarte por Jimin— Yoongi cerró los ojos —Guarda todas las preguntas que tengas para él.

—Bien...— murmuró poco convencido.

El menor bajó su mano hasta el hombro derecho del pelinegro, recorriendo suavemente con la yema de sus dedos la parte adolorida —No seas gruñón— lo regañó con una sonrisa adormecida. En ese momento se dio cuenta de que arquitectura le estaba pasando la cuenta, tener en su cabeza números y planos de construcción a cada hora del día lo estaba volviendo loco —Olvidé decirte que hace un rato vino un chico.

—¿Taehyung?— le preguntó en susurros, disfrutando del cariño que estaba recibiendo su hombro.

—Sí, por fin pude conocerlo, aunque me hubiera gustado que fuera en otra ocasión.

Yoongi dejó que Hoseok colara una de sus piernas entre las suyas, misteriosamente esa era una posición muy cómoda para dormir —Creo que Tae sabía todo lo que ocultaba Jimin.

—Yo también lo creo. Dijo algo...— comentó Hoseok antes de que un bostezo le robara el aliento por segunda vez consecutiva — Algo de que Jimin estaría muertísimo, no sé.

—Ya no sigas hablando o terminaré con una culpa más grande de la que ya tengo— murmuró Yoongi haciendo un puchero y cerrando los ojos para tratar de dormir. Su amigo guardó silencio, y al cabo de unos segundos las caricias en su hombro se detuvieron, indicándole que Hoseok había cedido ante el sueño que lo venía persiguiendo desde hace rato.

Si seguía la vieja regla de su madre -la misma que le escribió en la carta- nunca es tarde para arreglar las cosas ¿verdad? Nunca es tarde cuando el error fue pequeño.

¡Hey, cerebrito! || JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora