Una suave pero insistente melodía hizo que Jimin se levantara de su lugar en la mesa y fuera por su celular que había quedado olvidado en el interior del dormitorio de Yoongi. Volvió con el aparato pegado al oído derecho, teniendo el ceño levemente fruncido y los labios abultados, al parecer la persona al otro lado de la línea no le estaba colocando las cosas sencillas, ni tampoco lo estaba dejando hablar. Yoongi sonrió divertido cuando lo vio pasarse la mano por el rostro en señal de exasperación.
—Sí, mamá, lo sé— murmuró por lo bajo, dándole un leve empujón al pelinegro para que dejara de reírse. La cadena se movió en su cuello con elegancia, había calzado perfecto con la hermosa tonalidad un poco más oscura de su piel —No te preocupes, yo arreglaré eso. Ahora mismo voy para allá.
—¿Todo bien?— le preguntó el pelinegro apenas vio que la llamada terminaba, luego de la historia que le conto su menor ayer por la noche, oírlo mencionar a su madre o a su padre lo preocupaba de sobre manera, temía que algo se pudiera descontrolar mas de lo que ya estaba.
Jimin asintió —Solo estaba preocupada por un tema de la compañia— levantó los platos en los que estuvo comiendo el desayuno y los dejó en el lavavajillas —Y...tengo que ir a ver eso— Yoongi alzó los brazos como un niño a la espera de un abrazo, sabía que lo iba a ver mañana en la universidad, pero eso no significaba que no extrañaría el calor de su menor por la noche.
—Me llamas si pasa algo...sabes a lo que me refiero— el pecho de Jimin ronroneó al soltar una suave risa, le asustaba lo mucho que lo estaba queriendo, ya no le gustaba dejarlo solo por temor a verlo triste.
—Sí, no te preocupes, hyung— Yoongi sintió la nariz de Jimin recorrer su cabello juguetonamente —Te llamaré si pasa algo.
Se inclinó a su altura y le dejó un beso en su mejilla, luego otro en sus labios, Yoongi se podría acostumbrar a recibir esas bonitas muestras de amor por el resto de su vida, todas las mañanas cuando Jimin se fuera a trabajar, y por las noches cuando él llegara a dormir. Lo vio tomar su bolso y salir por la puerta del departamento en dirección al hogar que compartía con su madre.
¿Esperar que todo estuviera bien sería demasiado? tal vez.
—Santo dios, hyung, ¿te acostaste con una sanguijuela o algo así?— lo saludó Hoseok cuando ingreso al departamento, bolso en mano y más ojeras que rostro.
Yoongi rodó los ojos, divertido, estaba pensando seriamente en bajar a comprarse una base de maquillaje si su amigo seguía molestándolo —Me lo dice la persona que parece un mapache— murmuró en respuesta, pero no obtuvo ni siquiera una media sonrisa a cambio, en ese momento se dio cuenta de que Hoseok había llegado demasiado extraño —¿Qué tanto hiciste anoche?
El pelirrojo simplemente cruzó la sala como un zombie y depositó su bolso sobre el gran sillón que adornaba el lugar —¿Qué tienes, Hobi?— preguntó Yoongi al verlo decaído y con la mirada perdida. Su amigo caminó hacia él para tenderse sobre su espalda, sin atreverse a mirarlo a los ojos.
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¡Hey, cerebrito! || JIMSU
Fanfic-Cada vez que sientas que no le importas a nadie...recuerda que tan solo en un mililitro de sangre tienes alrededor de 11 millones de leucocitos que darían la vida con tal de protegerte de cualquier enfermedad. Donde Park Jimin es un joven erudito...