32| El alcohol como una solución 🧠

1.4K 193 64
                                    

Maratón 2/4

Cerca de las 3:00 a.m, Jung Hoseok era el único sobrio. 

Taehyung estaba apoyado en el hombro de Jimin, tenía los ojos cerrados y la boca semi abierta, un pequeño hilillo de baba salía por ahí, recorriendo su mentón hasta caer al pantalón de su amigo, delatando el profundo sueño en el que había caído luego de beber como si esta fuera su última salida. Yoongi se llevo su vaso a la boca y tragó el liquido transparente, disfrutando del leve y placentero ardor que dejaba en su garganta al descender por ella. 

—Y entonces, conoció a la mugrosa esa— Jin sorbió su nariz escandalosamente y se secó las lágrimas con un pañuelo que le tendió Yongsun —Me dijo que yo le gustaba, pero a la semana siguiente llegó con ella de la mano, y me terminó ahí, frente a t-toda mi familia— tomó su botella y antes de que las lágrimas comenzaran a fluir por su rostro, se la llevo a los labios para beber la mitad de ella. Jin por fin les estaba contando qué fue lo que paso con el chico de nombre Namjoon, solo necesitó un poco de alcohol en las venas para que soltara la lengua. Ellos se esperaban una historia mucho más concreta -sobre todo Hoseok y Yongsun-, pero la verdad es que eso no sería posible, porque en boca de Jin, todo había sucedido tan rápido, que ni siquiera él mismo lo entendía. 

—Jin hyung, por favor no sigas tomando— pidió Hoseok preocupado al ver que su mayor no bajaba la botella —Dios, el alcohol no es una solución para tus problemas. 

—¡Pero me dejó!— lloriqueó Jin alargando la o. —Y no entiendo...como sucedió todo t-tan rápido. Un día e-estabamos bien, y al siguiente me terminó.

—Quien diga que el alcohol no es una solución, no sabe nada de química*— escupió Jimin con la botella en la mano, sacando a Taehyung de su adormecimiento y pasando a llevar la mesa con su pie. 

Hoseok lo miró con una mezcla de diversión e indignación —¡Pero claro que no sé nada de química! Soy arquitecto, no farmacéutico.

—Es increíble que aún estando ebrio piense en esas cosas— dijo Yongsun, ella conocía el nivel de sabiduría que podía alcanzar Jimin, en la universidad Bighit él era uno de los estudiantes que año tras año se desatacaba en su área debido a las altas calificaciones que solía obtener y a la corta edad con la que logró ingresar a la facultad.

—Y eso que no has escuchado el chiste del anión— murmuró Taehyung cuando logró entender de qué hablaban. La música del ambiente había pasado de ser bulliciosa y bailable a ser lenta y relajada, dándole un breve descanso a quienes habían estado moviendo su cuerpo desde que llegaron. Yoongi agradecía que con eso logró qué Jimin se sentara y dejara de bailar.

—¿El chiste del qué?— preguntó confundida, tenía todo el labial corrido, dándole un aspecto gracioso.

—El chiste de nada— intervino el pelinegro, percatándose de que él también arrastraba las palabras al hablar. —Creo que será mejor que nos vayamos, antes de terminar peor, digo yo.

Hoseok asintió con la cabeza —Yoongi hyung tiene razón. Nos vamos a nuestro departamento y mañana cada uno se va al suyo propio— comenzó a ordenar sus cosas bajo los infantiles murmullos de Taehyung sobre que él quería dormir en su cama. Al parecer Yoongi ni siquiera había tenido la necesidad de hablar con su amigo para que Jimin pasara la noche con ellos, porque la actitud protectora de Hoseok salió a flote al darse cuenta de lo tarde que era, haciendo que literalmente los obligara a pasar la noche en el depercatándo qué quedaba más cerca.

—No molesten— gruñó mientras dejaba que Jin se apoyara en su hombro y pudiera andar sin caerse —Sólo queda a cinco minutos caminando.

Jimin se levantó de la silla en la que estaba sentado y accidentalmente derrumbó la torre de vasos plásticos que había acumulado Taehyung a lo largo de la noche, miró a Yoongi con rostro culpable y él solo pudo agradecer internamente de que eso no llamó la atención de la multitud, ya tenía suficiente con haber sido gran parte del centro de atención en la entrega de medallas. Le tendió su mano para que Jimin se afirmara en ella y lo ayudó a salir del enredo de sillas, los ojos castaños de su menor estaban cada vez más pequeños debido al cansancio y a lo ebrio que se encontraba, pero seguían sin perder esa mirada traviesa y juguetona, la sonrisa no se había ido en toda la noche, y Yoongi estaba más que feliz por eso.

¡Hey, cerebrito! || JIMSUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora