Capítulo 37

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Al día siguiente Ana se levantó más tarde que de costumbre, había estado viendo películas hasta tarde y las horas de sueño se mantenían constantes a pesar de que cambiara la hora de dormir. Se había acostumbrado a dormir 9 horas y si dormía menos, parecía que le había pasado un tren por delante cuando se levantaba.

Como siempre hacía, se dirigió al baño en primer lugar para espabilarse algo más y después se vistió con ropa cómoda sin saber qué le esperaba el día. Mientras bajaba a desayunar, activó las notificaciones del móvil que llevaba sin ver desde la noche anterior, justo antes de empezar la maratón con Chris.

Su móvil empezó a vibrar acusadamente en la mesa del salón de tantos mensajes que tenía hasta tal punto que se deslizó por el borde del cristal de la mesa cayendo menos de un metro y estampándose en el suelo.

-Joder. - se quejó la chica posando el café en la mesa y agachándose para ver si había sufrido algún daño aquel aparato.

Al analizarlo bien, notó cómo una pequeña grieta se deslizaba a través del cristal protector de la pantalla pero era un daño menor. Desbloqueó su móvil para ver todas los mensajes que tenía y se fijó que aparte de mensajes tenía varias llamadas perdidas de Riele.

Lo primero que hizo al ver aquello fue llamarla de vuelta por si había pasado algo. La chica escuchó algo desesperada tres tonos de llamada hasta que su amiga descolgó tan enérgica como siempre.

-Hola!!

-¿Riele? ¿Ha pasado algo?

-¿Algo de qué?

-No sé... tengo como 500 llamadas perdid...- Riele no dejó que Ana terminara la frase.

-Ah, no te preocupes, era para ver si querías venirte a ver una peli o a cenar con nosotros anoche, pero tenías el móvil desconectado...- la chica se quedó callada unos momentos a través de la línea.- también te llamé esta mañana para dar un paseo matutino y puesto que te has levantado ahora... Por cierto, se te nota en la voz de camionera.- rio poco disimulada a lo que se unió Ana.

-Puf... es verano tía, no esperes que madrugue todos los días a partir de ahora.- contestó Ana acordándose de todo lo pasado el día anterior.- Si quieres podemos ir ahora.

-Mmm... ¿vamos a la piscina del pueblo? .- propuso Riele, a esas horas no le apetecía sudar como un pollo mientras andaban.

-¿Está abierta?

-Creo que sí. Es un buen plan.- Ana asintió a lo que dijo su amiga a pesar de que no pudiera verla.

-Vale, pues me pongo el bikini y hago un poco de pasta y vamos, ¿no?

-Deja que haga yo la pasta, somos 3 personas en casa y no te vamos a cargar a ti con la comida, si quieres tráete algo para picar.

Las chicas se despidieron y Ana se tomó su taza de café rápido para preparar las cosas lo más rápido posible e ir a casa de su amiga, sobre todo para contarle lo que pasó con Jace, a pesar de que se intuía que el chico ya se lo habría contado.

Cuando cerró la puerta de casa se acordó de Chris, quizá el chico querría acompañarlos por lo que metió la llave en la cerradura y volvió a entrar para avisarle.

Tardó 5 minutos en comentarle el plan y convencerlo para que los acompañara ya que el chico estaba algo reacio a salir de la casa y enfrentarse a la ola de calor que visitaba el pueblo en aquella semana.

No hizo falta que llamara a la puerta de la casa de sus amigos, ésta se encontraba entornada a la espera de que la chica pasara a través de ella y a pesar de que tenía miedo, sobre todo por la incertidumbre que había con Jace, entró con decisión a la casa.

Al no escuchar a nadie cerca, asomó la cabeza por la puerta del salón pero no había nadie. Decidió subir las escaleras llamando en voz alta a su amiga para evitar que se encontrara con algo desagradable a la vista.

-Hola!.- gritó Riele de la emoción mientras salía de su habitación. -Te estaba esperando, ¿cuál prefieres?. - dijo alzando dos bikinis, uno de ellos era rojo básico con la parte de arriba atada al cuello, y el otro era azul eléctrico, un color que le encantaba a Ana.

-El azul sin duda.- dijo Ana algo nerviosa, de un momento a otro intuía que el chico que aceleraba tanto su corazón saldría y ella no tenía ni idea de cómo actuar.

Riele echó a su novio de la habitación y cerró la puerta tras pasar las dos dentro. Algo de intimidad que Ana necesitaba sin falta.

-Cuéntame TODO. - habló Riele entonando la última palabra y sentándose en el borde de la cama.

Ana soltó un suspiro nervioso, estaba segurísima de que él ya lo había hecho pero, sin embargo, empezó a contarle detalladamente todo lo que pasó. Sus recuerdos fluían a través de su mente como si fuera una película, y ella era la protagonista. Al cabo de media hora, terminó de contárselo y empezó a hacerle algunas preguntas para que la aconsejara, ¿cómo debía actuar cuando lo viera esa mañana? ¿Le dirige ella la palabra primero o es mejor darle su espacio para que él empiece a ganarse su confianza de nuevo? A pesar de todo, Ana seguía sintiendose igual con Jace y la confianza que habían forjado entre ellos las últimas semanas seguía presente, aunque quizá él no lo sabía y ella debería mostrarselo pero, ¿cómo?

-Relájate chica.- sonrió Riele gesticulando con las manos que se sentara a su lado, Ana había estado paseándose de un lado a otro de la habitación mientras le contaba la historia inconscientemente.- Deja que todo fluya, sé cómo se sentía él y sé que el paso que ha dado para hablar contigo le ha costado bastante.- soltó una carcajada sarcástica al recordar las discusiones que habían tenido a causa de todo aquello.- le ha costado mucho, pero creo que ahora seguirá igual que antes o incluso mejor. Tú solo déjate llevar por lo que sientas y quieras hacer, como siempre has hecho cuando has estado con él.

El mejor consejo que le habían dado en mucho tiempo, 'dejarse llevar'. Ana era una chica muy organizada, le gustaba tenerlo todo ordenado en su cabeza, los planes, las horas para dedicarle a cada asignatura... Sin embargo, desde que empezó el verano y empezó a juntarse con los chicos apenas había organizado nada, excepto el cumpleaños de Riele que era una sorpresa. 

Suspiró hondo y asintió mientras exhalaba el aire, 'dejarse llevar, dejarse llevar...' decía la chica en su cabeza para concienciarse de ello.

Ambas salieron de la habitación cuando Riele se puso el bikini y preparó la bolsa para llevarse a la piscina, y en el pequeño pasillo que conectaban las 2 habitaciones y el baño se encontró con ambos chicos parados en la puerta de Jace hablando.

Ana se quedó petrificada, no se había mentalizado de que aquel momento le llegaría tan pronto, pensaba que quizá se lo encontraba en la cocina mientras preparaban las cosas o en el salón, ¿pero justo al salir de la habitación de su amiga a la cual le acababa de contar lo que le había pasado con él? ¿y si estaban escuchando?

Jace al ver a Ana se le iluminó la mirada, y a pesar de que no quería parecer demasiado ilusionado, no lo intentó ocultar. Se le quedó mirando desde su posición con una sonrisa sincera, dándole a entender que se alegraba de verla. Ana se relajó al ver su mirada y su sonrisa, ahí empezó a darse cuenta de lo que significaban las palabras de su amiga, 'que todo fluya'

Reality - Jace NormanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora