Capítulo 12: No puedo dejar caer tu honor - Parte II

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Llegando a la entrada de mi habitación abrí la puerta para entrar, notaba que Alex se encontraba en otro lado... ¿ahora que perturba tus pensamientos? Su rostro estaba distraído que no notaba que pasaba a su alrededor.

— Gracias por cumplir mi deseo —

Al hablar, pude notar como su rostro se despejo, dirigió su mirada hacia mí para finalmente poner atención a su alrededor.

— No hay de que —

Sonriendo inclino su cabeza levemente hacia un lado, gracias al ver su mirada pude notar que sus emociones se habían relajado un poco ¿Qué paso que perdiste el control de tu alrededor?

Entrando a mi habitación me recosté en la puerta pensando el porqué de su extraña forma de actuar.

— Misha —

¿Acaso la conoce? Si la conoce ¿Por qué esa manera de reaccionar?

— Es extraño —

Dejando se estar recostada en la puerta me dirigía al tocador para quitar el peinado que llevaba. Hasta que vi la gota que me había regalado Alex en el estuche.

— Tuve que esconder lo más que pude el collar de mis padres —

Al decir eso, en mi mente vino algo... la mujer con el mismo collar en su mano.

Levantándome apresuradamente de la silla miraba el espejo, a lo cual solo se notaba mi reflejo alterado.

— No... ella no tiene eso —

Con ello, aquel dolor de mi cuerpo que pensé que había desaparecido había regresado, no intensamente como antes pero regreso.

— ¿Q-quien es ella? —

Sentándome al suelo apresuradamente agarraba mi cabeza intentando recordar pero, cuando intentaba seguir insistiendo un intenso dolor de cabeza me lo impidió.

— Relájate, relájate —

Levantándome del suelo, busque entre la ropa algo para ponerme, cuando vi la espada de Alex en el armario.

— Entrenando me relajare —

Cambiando mi vestido para ponerme algo para entrenar decidí salir de la habitación. Con ello la sirvienta de pecas estaba afuera de mi habitación.

— Señorita ¿A dónde va vestida de esta forma? —

Bajando la mirada, vio que empuñaba la espada de Alex y nuevamente dirigió su mirada hacia mí.

— Señorita, sé que no es de incumbencia pero, sería mejor que descansara su cuerpo ha estado muy débil —

Tenía algo en mi mente que daba vueltas y si no me distraía lo más pronto posible, mi ansiedad volvería.

— Estoy bien —

Dejándola atrás empecé a caminar para buscar un lugar en donde podría practicar un poco y olvidarme de aquel incidente.

— Señorita —

Aun no estaba muy lejos de la sirvienta de pecas cuando su voz resonó en mis oídos... deja de insistir.

— Vete —

Volteándola ver, note como su rostro se había palidecido levemente mientras que en su frente se notaba como sudaba de nervios... largo.

— S-si... c-como ordene —

Dando unos pasos hacia atrás, miraba como la sirvienta de pecas se alejaba de mí, para que así, yo siguiera con mi camino.

The secret of a Kingdom: Saga BerylDonde viven las historias. Descúbrelo ahora