Capítulo 38: Lo que he pensado de ti durante dos años - Parte III

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Encontrándose sentado en su escritorio observaba toda la papelería amontonada... no era un esclavo para trabajar sin descanso, pero si en verdad deseaba ayudar a su hermana mayor, no podía dejarla sola con tanta tarea... pero hoy no era ese día.

Viendo al alrededor vio que Marks se encontraba cerca de la puerta con un pilar de libros cerca de él... deseaba escapar de este lugar. Levantándose cuidadosamente de su asiento se dirigía a la ventana para escapar por allí.

*toc* *toc*

Ya con medio cuerpo afuera por la ventana, alguien tocaba a su puerta... ¿era en serio? Al ver, Marks había dirigido su mirada hacia Alex, quien estaba confundido y a la vez sorprendido.

— ¿En qué momento tu...? Olvídalo voy a abrir —

Sabía que Marks era muy despistado que nunca se daba cuenta cuando huía, o tal vez ¿era porque Alex era demasiado astuto para escaparse? Pero si no fuera que buscaban no lo hubiera notado... otra victoria más, en su lista de escapes.

— ¿Padre? —

Al ver en la puerta, se trataba del primer Ministro de defensa... Peter Becker ¿Qué sucedía para que él viniera? Su mente se lo preguntaba mientras guardaba silencio viendo... algo no parecía estar normal el día de hoy.

— La Emperatriz desea desayunar hoy con su Alteza —

Madre... ella nunca había sido cariñosa con ellos y era extremadamente raro que ellos comieran juntos... algo grave a de haber pasado para que lo haya llamado.

— Iré enseguida, gracias por venir Lord Peter —

Saliendo Peter del despacho ambos, Marks y él se miraban fijamente sin entender que sucedía.

— Es raro que la Emperatriz te llame a comer —

— Lo sé, algo ha de haber sucedido —

Saliendo en el camino acomodaba su ropa... la etiqueta era algo indispensable en su madre. Al llegar sus ojos se dilataron, viendo a una señorita de ojos celestes sentada a un lado de su madre... ¿Qué asunto tan grave habrá sucedido? Pensaba mientras observaba el contexto... llamar a ambos a comer algo demasiado grave estaba sucediendo.

— Gloria y bendición a la madre de todos y la única luna del Imperio —

Inclinándose colocaba su puño sobre su corazón... la etiqueta nunca debes olvidar.

— Toma asiento —

Milan sonreía tan tiernamente al ver todos en sentados en la misma mesa, a veces se preguntaba si su hermana era muy ingenua para no notar las acciones de su madre, pero aun así seguía a su lado para que la notara en lo más mínimo.

— Alex ¿no crees que es un hermoso día? —

Su hermana mayor sonreía tan puramente mientras dirigía esa agradable sonrisa a su hermano menor, al verla simplemente asintió con una leve sonrisa.

— Es cierto, es un día hermoso —

— Madre ¿usted también piensa lo mismo? —

Tenía miedo... su madre llegaba a ser demasiado estricta con ella... "No serás la heredera, así que compórtate para ser una Princesa digna de este Imperio. No tolerare ninguna estupidez de tu parte" ¿Una madre podía hablarle de esa manera a una hija? No lo sabía, pero su papá era todo lo contrario a ella... él era una persona muy cariñosa con ellos.

— Si —

Su madre simplemente había respondido con un simple "si" ella no toleraba que Milan se comportara como una niña... ya hizo su debut y ahora ya tiene 16 años, ya era momento que se comportara como una adulta.

The secret of a Kingdom: Saga BerylDonde viven las historias. Descúbrelo ahora