Terminando de desayunar con Lucia y Bruno caminaba sin rumbo pensando en esa extraña sensación... es mejor ignorarla y no darle mucha atención.
— ¿A dónde vamos ahora? Mi lady —
La voz de Bruno había resonado por el pasillo y al dame cuenta... me estaba dirigiendo al despacho de Alex.
No puede ser.
Siempre que caminaba sin rumbo pensando en otras cosas terminaba llegando aquí... como la última vez. Me había escondido detrás de Marks para evitar toparme con Alex, eso fue gracioso.
Termine acercándome a la puerta mientras la miraba fijamente, aunque toque el no estará ahí para hablar.
"Llámame por mi nombre, Alejandro"
Aún recuerdo eso, no estaba segura que una plebeya llamara al Príncipe por su nombre tan casualmente... nuestra relación avanzo demasiado.
— Este es el despacho de Alex —
— Entiendo —
Ligeramente había colocado mi mano izquierda sobre la gran puerta mientras la seguía viendo... espero que estés bien.
— ¡Ojitos! —
La voz de Marks había resonado en el pasillo a lo cual dirigí mi mirada hacia aquellos cabellos castaños despeinados y aquella sonrisa alegre.
— Marks —
— No esperaba verte por aquí —
Verlo cargando una gran cantidad de libros me daba la esperanza que él estuviera adentro llenando papelería pero... solo me ilusionaría.
— ¿Quieres que te ayude? —
Acercándome a él, tome unos libros entre mis manos lo cuales, Bruno rápidamente los tomo de mis manos.
— No es necesario, no son pesados —
— No quiero que fuerces tu cuerpo, mi lady —
Cuando me di cuenta, Marks le tiraba miradas aterradoras a Bruno mientras que él hacía lo mismo ¿otra vez con lo mismo?
— ¿Quieres entrar ojitos? Te traeré té y una rebana de tarta de frutas —
— Si me permites ayudarte con todo el trabajo —
— No es necesario pero lo aceptare —
Entrando rápidamente mis ojos se dirigieron hacia aquel enorme escritorio de madera el cual, donde Alex siempre se encontraba trabajando.
No estás ahí.
Sonriendo melancólicamente desvié mi mirada y con ello, vi el suelo lleno de papeles y libros.
— Fue la mejor opción de dejaras de enseñarme esgrima, Marks —
— ¡No ojitos! Todo este trabajo me está ahogando y al practicar contigo me relajaba demasiado —
Mirándolo sonreí ante su respuesta ¿es eso así?
— Entonces a cambio, déjame ayudarte para que no estés tan estresado —
— ¡N-no te preocupes ojitos! —
Rascando su cuello, vi su rostro avergonzado a lo cual, reacciono para quitar todos los libros del sofá para así, tomar asiento con Bruno. Al ladear mi rostro miraba un documento, tomándolo entre mis manos lo empecé a hojear.
Asuntos internacionales con el Imperio de Aristia.
— Veo que tienes demasiadas ocupaciones —
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The secret of a Kingdom: Saga Beryl
FantasíaDespués de vivir dos largos años en los Palacios Imperiales mi vida se ha trastornado a color de rosa. Pero sin esperarlo, este se comenzó a corromper. - ¡Alex! - Una suave voz llama por mi nombre sin cesar, mientras que sin titubear habla sobre el...