Capítulo 29: Iré por ti - Parte I

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Volteándome ligeramente mire a Bruno, quien por su parte me miraba anonadado por mi actitud.

— ¿Puedo secar tus lagrimas? —

Después de quedarse en silencio hablo ¿en qué momento comencé a llorar? ¿Era por la frustración que tenia o simplemente por mi ignorancia?

Acercándose a mí, saco un pañuelo de su traje para dar leves toques en mis ojos.

— Tus manos —

Su mirada rápidamente se había dirigido a mi manos a los cuales, él tomo para limpiarlas con su pañuelo, no... se manchara de sangre.

— A pesar que todos están buscando a su Alteza, tu corazón aun no puede saciarse —

Lo miraba en silencio mientras que el continuaba limpiando mis manos. No deseo que me mire como una chillona.

— Esta no es una buena forma de despejar la mente mi lady... —

— Ya lo sé —

Intencionalmente había respondido sin que el terminara de hablar, pero ya estaba cansada que todo mundo me dijera lo mismo, Liz no seas apresurada, Liz debes controlarte, Liz esto, Liz lo otro... después de tanto era desesperante.

Además, no estaba preparada académicamente como a la vez mentalmente para estar resolviendo trabajo que era especial para el Príncipe Heredero.

¿Qué rayos te pasa Liz?

Mientras que mi mente se expandía muchas cosas venían a mi... es todo lo que he estado soportando.

— Si ya lo sabes ¿Por qué sigues insistiendo? —

— Él me dijo que regresara a ese carruaje y ahora, él está desaparecido por mi culpa ¿tengo que seguir explicando? —

Al dar mi respuesta, el rostro de Bruno cambio y con ello, termino de amarrar su pañuelo en mi mano.

— No soy un ignorante, por si no te has dado cuenta —

— No hablamos de ti —

— Ya basta Liz —

De poco a poco empezábamos una discusión cuando en ese instante, el hablo algo fuerte deteniéndome. Él ya no había pronunciado mi nombre, cuando éramos pequeños me llamaba por mi nombre cuando realmente estaba molesto conmigo.

— ¿Cuándo será el momento en que lo entiendas? —

— ¿¡Entender que!? —

En el momento de hablar, Bruno comenzó a morder su labio con enojo y con ello, su mirada había cambiado.

— Odio decir esto, pero para su Alteza eres alguien importante —

Lo miraba en silencio mientras miraba a Bruno tranquilizarse. Cuando menos me lo espere señalo una rosa y con la misma, sus ojos grises me miraban fijamente ¿Qué tiene en mente ahora?

— Para su Alteza tú eres esta rosa. Crees que por poseer espinas nadie podrá lastimarte, crees que eres fuerte por el simple hecho de tener espinas. Tus enemigos, son las hormigas y las plagas que sin darte cuenta ellos atravesaran las espinas sin dificultad —

¿Te enojas conmigo y ahora vienes a darme una clase de moral? ¿Qué rayos te pasa?

— Su Alteza es el jardinero, al ver su bella rosa que está siendo atacado decide arrancarla para colocarla en otro lugar mucho más seguro y alejado de las amenazas. En ese proceso, la rosa se debilita, ya que el jardinero desapareció en donde la dejo, con la intención de hacer desaparecer las amenazas que por poco la alcanzaban, pero con el tiempo vuelve a renacer mucho más grande y hermosa. —

The secret of a Kingdom: Saga BerylDonde viven las historias. Descúbrelo ahora