Como todas las mañanas, el sol golpeaba con calidez por mi ventana pero... no sentía esa calidez en mi cuerpo. Una sensación inconfortable me dominaba.
— ¿Qué me sucede? —
Tenía mi mano izquierda en mi cabeza mientras estaba acostada en la cama... mi cabeza da vueltas y no sé qué hacer.
*toc* *toc*
— Adelante —
Al dar mi aviso, María y Clara entraron y con ello ambas se dirigieron a mi lado.
— ¿Señorita se encuentra bien? —
Ambas habían hablado al mismo tiempo mientras me miraban preocupadas ¿tan mal me veo? Apenas pude dormir en pensar quienes podrían ir detrás de mí y con ello soluciones.
Debo saber que nobles se opusieron que la Emperatriz me haya traído a vivir a los Palacios Imperiales.
— No deseo usar un vestido, llevare pantalón y cambia los vestidos por pantalones —
— Pero señorita, esta ropa fue enviada por la Emperatriz —
— Yo hablare con ella, no te preocupes —
Clara asintió ante mis palabras y se dirigió al armario mientras que María me ayudaba a ponerme de pie.
— No posee muchos pantalones en el armario señorita, solo los que usa para entrenar —
— No importa —
Clara se acercaba a mí con la ropa que me pondría y con ello decidí salir hacia la Emperatriz para desayunar con ella. Al llegar, simplemente estábamos comiendo en silencio hasta que decidí romperlo... no me quedare callada más tiempo.
— El Duque Arcadia vendrá ¿seré convocada en la conferencia Majestad? —
— El Duque vendrá pero... deseo hablar solo con él, si necesito tu presencia te llamare —
Al escucharlo simplemente limpie mi boca y coloque la servilleta con delicadeza en mi regazo.
— El bosque Kascairy está bajo el mando del Duque, su Alteza y yo fuimos las victimas ya que su Alteza no se encuentra en condiciones para presentarse en la audiencia lo más lógico que yo esté presente, Majestad —
— Lo sé perfectamente Liz es por eso que, yo me are cargo de este asunto no debes de preocuparte. Además vi que rechazaste los vestidos que yo te envié ¿puedo saber la razón? —
¿Estaría bien dejarlo así?
...
No estoy segura de que hacer ¿no era yo alguien que podía compadecer el corazón de su Alteza? Como lo había dicho, cuando se enteró del trato que recibía de las antiguas sirvientas se despidieron del Palacio sin saber de ellas... no deseo saber que les sucedió.
— Liz no te preocupes, yo me encargare de esto no debes porque afligirte ¿no estás viviendo en mi territorio? Es más que obvio que soy responsable de ti, si alguien desea ponerte un dedo encima que comience a despedirse de su familia y del sol —
Mientras me encontraba perdida ella simplemente tomo la taza de té y con ello, una mirada retorcida se reflejó en sus ojos celestes... nunca había visto ese tipo de mirada en sus ojos.
— Ahora dime la razón por que no deseas los vestidos ¿no fueron de tu agrado? ¿Deseas otros más? ¿O es porque tu armario ya no cabe más vestidos? —
No... nada que ver con eso. Simplemente el utilizar vestidos también es agotador y con los pantalones siento que soy yo misma, inquieta como un pequeño colibrí.
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The secret of a Kingdom: Saga Beryl
FantasíaDespués de vivir dos largos años en los Palacios Imperiales mi vida se ha trastornado a color de rosa. Pero sin esperarlo, este se comenzó a corromper. - ¡Alex! - Una suave voz llama por mi nombre sin cesar, mientras que sin titubear habla sobre el...