Después de salir Liz de la habitación, se sentó en el sofá mientras observaba la ventana la cual había sido cerrada por él hace unos momentos.
— Otoño —
Murmurando levemente seguía observando, para otras personas esta fecha del año era muy hermosa, pero para él simplemente era muy dolorosa.
— "Alex ¿no crees que los árboles son hermosos en otoño?" —
Como si se tratase de un rayo, un profundo dolor de cabeza lo estaba atacando ¿Cuándo dejaría de sufrir por ella?
Siempre que recordaba aquella pequeña niña su cabeza comenzaba a doler espontáneamente... era muy frustrante.
Recordar a esa niña de cabellos rubios rebeldes como un caballo en libertad lo hacía desesperar.
— ¿Cuándo más seguirás atormentándome? —
Era gracioso, a pesar que la había conocido hace 9 años atrás no podía olvidarla. Siempre que tenía oportunidad aparecía en forma de alucinación enfrente de él.
— ¡Desaparece! ¡Ya estas muerta! —
Levantándose del sofá quería dirigirse a su escritorio... tenía la esperanza que aun hubiese medicina entre los cajones.
Cuando estaba a unos centímetros de tocar su escritorio, sus piernas se doblegaron, provocando que perdiera fuerza y sus rodillas tocaran el suelo.
— ¡Alex! —
Para su suerte, Marks ya se encontraba de regreso. Al verlo en el suelo corrió rápidamente hacia él.
— ¿¡Otra vez el dolor de cabeza!? —
— S-si —
Agarraba su cabeza con desesperación... una parte de él deseaba olvidarla, pero otra le decía que la mantuviera viva... era una estúpida lucha contra él mismo.
Aunque se enojara con Marks o discutieran... era la única persona en quien podía confiar.
— ¿La volviste a recordar? —
— No puedo evitarlo —
Solo él sabía que su Alteza sufría de intensos dolores de cabeza y con ello, que aquella chiquilla se le aparecía en forma de alucinación.
— Ya no hay medicina, resiste aquí mientras yo voy por más —
Ayudando a sentarlo, Marks rápidamente salió corriendo hacia las clínicas imperiales... apreciaba mucho su amistad.
Otoño... el último día en que pude ver su rostro angelical.
— "¿También vendrás mañana?" —
— ¡Por supuesto! Le diré a papá que me traiga —
Risas, juegos, alegrías y sonrisas... eran recuerdos vagos que siempre venían a su mente, chocaban como torbellino y desaparecían como las olas del mar.
Esa fue la última conversación con ella, apenas se asomaba el día siguiente cuando en la casa había un completo caos. Tanto su papá como su madre abandonaron la casa... una guerra había empezado de la nada.
Entre la oscuridad de la habitación, él y su hermana se encontraban cubriéndose con una manta abrazándose con miedo... solo se trataba de un niño de 6 años y una niña de 8.
— Tengo miedo Milan —
— Todo va a estar bien Alejandro ¿o prefieres que te llame como lo hace la Princesa? —
— ¡N-no sé de qué hablas! —
— Papá me dijo que la Princesa te llamaba Alex, creo que es un bonito nombre—
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The secret of a Kingdom: Saga Beryl
FantasíaDespués de vivir dos largos años en los Palacios Imperiales mi vida se ha trastornado a color de rosa. Pero sin esperarlo, este se comenzó a corromper. - ¡Alex! - Una suave voz llama por mi nombre sin cesar, mientras que sin titubear habla sobre el...