Capítulo 25: Tus mentiras son asquerosas

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Mis piernas se habían echado a correr sin control, sin rumbo, sin descanso ¿ahora que are? Por mi culpa Alex no había regresado, en estos cuatro días pensé que se encontraba descansando en el Esmeralda ¿Cuándo iba a ser el día en que ellos me dijeran la verdad? Solo me vieron como un juguete para divertirse ¿Alex también es así como ellos?

...

No... no te confundas, lo has visto en sus ojos, él nunca te trataría como un juguete.... Él es diferente.

Finalmente mis piernas se habían detenido y con ello, pude notar que me encontraba en aquel jardín de rosas. Aquí fue en donde hablamos por primera vez, sin intenciones ocultas, sin mentiras.

¿Por qué todo tuvo que mancharse de azul? ¿En qué momento el color rosa se corrompió?

Apretaba mi pecho con firmeza con ambas manos contemplando el jardín de aquel rojo intenso de las rosas.

¿Dónde estás? Ya no quiero seguir jugando a las escondidas, sal ahora y vallamos a comer juntos pasteles o un té rojo, ya que es tu preferido.

¿Acaso... ya no quieres aparecer?

Rápidamente mi pecho deseaba dejar de sufrir y con ello decidí esconderme entre los rosales... así nadie podrá ver mis lágrimas.

No sé qué dolía más, el haberme mentido de tu regreso o saber que todo este tiempo no has estado aquí... al final ambas van de la mano.

Escondía mi rostro entre mis piernas para seguir desahogándome como a la vez mis brazos rodeándolas.

— A-Alex —

¿Este era el castigo que estaba pagando por mi desobediencia? No quiero que tu sufras por mi culpa ¡Yo debo de pagar por mis pecados, no tú!

Las lágrimas se deslizaban por mis mejillas con gran facilidad mientras que mis manos temblaban... deja de llorar ¿acaso eres tan débil?

No soy débil...simplemente aprendí a sentir empatía por las demás personas.

Pero esa empatía no sirvió de nada antes ¿no fui lo demasiado ingrata de no darme cuenta de lo que sufría al verme postrada en una cama? ¿No era capaz de ver en sus ojos aquel sentimiento de frustración y dolor? Soy una completa ignorante.

— ¿E-estarás bien? —

A pesar que utilicé lo más que podía mi poder curativo, no fue lo suficiente para ayudarte en regresar a mí, ni para eso soy de ayuda.

¿Acaso no lo acompañaría al banquete para ser su soporte? Al final él fue mi soporte y yo un estorbo más.

— ¡Mi lady! —

¿No soy lo demasiado capaz de consolarme yo misma? Ahora la voz de Bruno resonaba por el jardín con gran preocupación.... Todo esto es tan inútil.

— Mi lady —

Sus manos intentaban separarme de mis rodillas pero no deseo que mires mi rostro mojado, no quiero que tengas en tus memorias esta escena.

— Está bien, me quedare aquí a tu lado —

Levante levemente el rostro cuando uno de sus dedos agarro el mío dando leves caricias ¿intentas consolarme como cuando éramos niños?

— Bruno dime —

Mi voz sonaba quebrantada. Si no fueras tú, nunca te mostraría este sufrimiento.

— ¿Por qué hago todo mal? —

— Mi lady eso no... —

— Es la verdad, la razón por la que su Alteza no ha regresado es por mi culpa ¿en verdad soy un monstruo como dicen ellos? ¿En verdad solo existo para traer desgracia a todos lo que me rodean? —

The secret of a Kingdom: Saga BerylDonde viven las historias. Descúbrelo ahora