Bienvenidos sean todos a Derry
Te invito a flotar conmigo, aquí todos flotan... todos flotan
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El número 8 significa el comienzo. Simboliza la transición entre el cielo y la tierra, y escrito horizontalmente, representa el infin...
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AGOSTO
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" No olviden que ustedes también fueron niños "
Frase celebre y muy poderosa. El principal problema es que muchas veces los padres quieren convertir a sus hijos en adultos. Que crezcan y se preparen para afrontar el mundo desde su percepción como grandes. Olvidando que ellos también fueron niños alguna vez; que la infancia es la época más corta de la vida pero a la vez en la que se debe ser más feliz.
Los adultos siempre desean con todas sus fuerzas volver a la niñez, más que un antojo es una necesidad. Ser niño para vivir en esa especie de burbuja de condescendencia. Ser niño para disfrutar de las aventuras que nos sirve el día a día. Ser niño para no anquilosarme en la cruda realidad. Ser niño para perdonar y olvidar con rauda facilidad. Ser niño para examinar la belleza de los momentos, de las libélulas y de los narcisos en flor. Ser niño para soñar a pierna suelta, sin temer al ruidoso despertador. Y la más importante de las razones: ser niño para no sufrir los juegos de los adultos.
" La vida es simple para un niño, no conllevan responsabilidades y no cargan con el peso de salir huyendo por la rudeza de la vida, siempre tan felices por cosas simples e insignificantes y sin preocupaciones "
Los adultos siempre repiten la misma frase, o le cambian alguna variante pero que terminan en la misma conclusión, los niños tienes una vida muy sencilla. Estaban en lo correcto en un par de cosas, los niños no huyen en la vida por su tal rudeza y son felices con las cosas mas simples en la vida, como un dulce, una caída, una bandita con un diseño especial, su cereal favorito, etc. Lastimosamente, erraban en lo demás, las cosas simples no eran insignificantes, los niños viven de muchas mas preocupaciones y la mayoría por culpa de los adultos. Como el que decir con un adulto, el como actuar con un adulto... o como ahora, el escapar del grupo de Bravucones.
Durante todo aquel verano, Henry había estado vacilando al borde de un abismo mental, caminando por un puente cada vez más estrecho. Esa mañana al salir al patio, sin más ropa que los raídos calzoncillos amarillentos, había mirado el cielo. Allí estaba aún el espectro de la luna. Ante sus ojos, la luna se había convertido súbitamente en una cara esquelética y sonriente. Henry cayó de rodillas ante esa cara, exaltado de terror y júbilo. De la luna surgían voces fantasmales. Las voces cambiaban; a veces parecían fundirse en un suave parloteo, apenas comprensible... pero él presintió la verdad: todas esas voces eran una sola voz, una inteligencia. Y la voz le indicó que buscara a Belch y a Victor, que estuviese con ellos en los Vertederos, jugando a las mismas porquerías de siempre.
Así actuó, algo durativo y exasperado por saber la razón, pero todo tuvo sentido cuando pudo ver de reojo una melena corta en un pedazo de tabla andante, no dudo en subirse sus pantalones y fingir que se iría. Solo que camino por lo que parecieron minutos dando toda la vuelta, y así poder dar con la maldita heroína. Esperó oír la voz que debía decirle cómo actuar a continuación. La respuesta llegó mientras acortaba su distancia, pero la voz ya no llegaba desde la luna: surgía de la alcantarilla junto a la cual estaban pasando. Era baja, pero bien audible.