Bienvenidos sean todos a Derry
Te invito a flotar conmigo, aquí todos flotan... todos flotan
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El número 8 significa el comienzo. Simboliza la transición entre el cielo y la tierra, y escrito horizontalmente, representa el infin...
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ALBUM SANGRIENTO
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Unos minutos luego de volver a su casa sin que lo descubrieran logro sonreír encantado ¡Lo había logrado! Había logrado dejar el regalo para la chica que había robado su corazón desde muy pequeño. Le había entrado un miedo fugaz al pensar que tal vez Alvin Marsh se daría cuenta, si eso ocurría pasarían cosas horribles, el podría terminar lastimado o peor aun, Beverly podría salir lastimada. Cuando se enteraron de lo que el padre de la chica le hacia, entendió rápidamente la Empatía casi instantánea que tuvo con su Hermana Nathalia Monspet. ¿Por que los padres tenían que ser tan bastardos a ratos?
Sus padres estaban abajo, viendo la tele, casi sin hablar, sentados en los extremos del sofá como si fueran sujeta-libros. En otros tiempos, ese comedor había estado lleno de risas y charlas, a veces a tal punto que no se podía ver la tele. Otras veces, el padre contaba un chiste y todos reían. George no entendía todos los chistes, pero reía porque los otros lo hacían. En aquellos tiempos, sus padres eran también sujeta-libros en los extremos del sofá, pero él y George eran los libros. Tras la desaparición de George, Bill había tratado de oficiar de libro entre ellos, mientras veían la tele, pero era un trabajo muy frío. Ellos emanaban frío en ambas direcciones y el calentador de Bill no alcanzaba para tanto.
El cuarto de George seguía tal como estaba en el día de su desaparición. Aunque sus padres dos semanas después se rindieron según Bill e hicieron un funeral con lo único que quedo de el, su brazo derecho, enterraron también el guante de beisbol y su pelota. Ambos hermanos adoraban jugar Beisbol mientras Nathalia Monspet bromeaba de ellos o simplemente leía libros como solía hacer. Dos semanas después del entierro, Zack había puesto unos cuantos de sus juguetes en una caja de cartón para entregarlos al Ejército de Salvación. Sharon Denbrough lo había visto salir con la caja en los brazos y se había desquiciado. Bill, al verla, cayó contra la pared, con las piernas súbitamente flojas. Su madre parecía tan loca como Elsa Lanchester en La novia de Frankenstein
- "¡No te atrevas a tocar sus cosas!" – chilló. Zack, encogiendo el cuerpo, llevó la caja de juguetes al cuarto de George, sin decir palabra. Incluso puso cada cosa en el mismo sitio en que se encontraba. Bill, al entrar, vio a su padre arrodillado junto a la cama de George (cuyas sábanas la madre seguía cambiando, aunque sólo una vez por semana, en vez de dos), con la cabeza entre los brazos musculosos y peludos. Su padre estaba llorando, y eso aumentó su terror. De pronto se le ocurría una espantosa posibilidad: quizá, a veces, las cosas no salían mal una sola vez; quizá, a veces, seguían cada vez peor y peor, hasta que todo estaba completamente arruinado
