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Allí iba el pequeño George Dembrough, persiguiendo su barco de papel al lado izquierdo de Witcham Street. Corría deprisa, pero el agua le ganaba y su barco estaba sacando ventaja. Oyó un rugido y vio como cincuenta metros mas adelante, colina abajo, el agua se precipitaba en una boca de tormenta que aún continuaba abierta. Era un largo semicírculo abierto en el bordillo de la acera y mientras Georgie miraba, una rama desgarrada, con la corteza oscura y reluciente se hundió en aquellas fauces. Pendió por un momento y luego se deslizo hacia el interior. Hacia allí se encaminaba su barco

- Mierda – susurro horrorizado

Forzó el paso y, por un momento, pareció que iba a alcanzarlo. Pero George resbalo y cayo desparramado con un grito de dolor. Desde su nueva perspectiva, a la altura del pavimento, vio que el barco giraba en redondo dos veces, atrapado en otro remolina, antes dé desaparecer.

-¡No! ¡No! – chillo golpeando el pavimento con su puño, eso también le dolió, y se echo a sollozar. ¡que manera mas estúpida de perder su barco!

Se dirigió hacia la boca de tormenta y allí se dejo caer de rodillas, para mirar el interior. El agua hacia un ruido hueco al caer en la oscuridad. Ese sonido le daba escalofríos, hacia pensar en...

-¡Eh! – exclamo de pronto retrocediendo un poco

Allí dentro habían unos ojos amarillos. Ese tipo de ojos que el siempre imaginaba, sin verlos nunca, en la oscuridad del sótano. Se vio a si mismo levantándose y retrocediendo. Y fue entonces cuando una voz, una voz razonable y bastante simpática, le hablo desde dentro de la boca de tormenta.

-Hola George

George parpadeo y volvió a mirar. A penas daba crédito a lo que veía: era algo sacado de un cuento o de una película donde uno sabe que los animales hablan y bailan. Se encontraba un payaso. La luz era suficiente para que George Dembrough estuviese seguro de lo que veía. Era un payaso con su cara totalmente blanca: tenia cómicos mechones de pelo rojo a cada lado de la calva y una gran sonrisa pintada alrededor de la boca.

El payo sostenía en una mano un manojo de globos de colores, como tentadora fruta madura. En la otra, el barquito de papel de George

- ¿Quieres tu barquito, Georgie? – el payaso sonreía, George también lo hacia, sin poder evitarlo

- Si, lo quiero

El payaso se hecho a reír

- ¡Así me gusta! ¿y un globo? ¿quieres un globo?

- Bueno... si por supuesto – alargo la mano pero de inmediato la retiro dejando al payaso desconcertado – No debo coger nada que me ofrezca un desconocido. Lo dice mi papa

- Y tu papa tiene mucha razón – replico en payaso sonriendo. George podría jurar que hace unos segundos los ojos del payaso eran amarillos, pero ahora eran de un azul brillante como los de su mama y su hermano – Muchísima razón, ya lo creo. Por lo tanto, voy a presentarme. George soy Pennywise ¡el payaso bailarín! – saludo con una sonrisa y meneando su cabeza alegre provocando que unas campanillas sonaran – Pennywise, te presento a George Dembrough, George, te presento a Pennywise. Ahora ya nos conocemos. Ya no soy un desconocido y tu tampoco. ¿Correcto?

- Correcto – volvió a estirar la mano... y a retirarla - ¿Cómo te has metido ahí dentro?

- La tormenta me trajo volaaaando – contesto el Payaso – Se llevo todo el circo. ¿No sientes el olor a circo, George?

George se inclino un poco hacia adelante. Inhalo fuertemente sintiendo de pronto el olor a cacahuates ¡Cacahuate tostados! ¡Y vinagre blanco, del que se pone en las patatas fritas! ¡algodón de azúcar! Buñuelos y ¡palomitas de maíz!

- ¡Si lo huelo! – dijo el pequeño

- ¿Quieres tu barquito, George? – pregunto el payaso otra vez ensañándoselo – Lo pregunto de nuevo por que al parecer lo olvidaste, y no querrás que tu hermano se enoje

A Georgie no le pareció extraña la idea de que supiera que tenia hermano, nunca lo había dicho, por ahora solo pensaba en que de pronto su hermano se enojaría con el por haber botado el bote que con tanto anhelo le hizo junto a su hermana

- SI claro – dijo finalmente

- ¿Y un globo? Los tengo rojos, verdes, amarillos, azules

- ¿Flotan?

- ¿Qué si flotan? – la sonrisa del payaso se acentuó – Oh si, claro que si. ¡Flotan! – George estiro la mano

 ¡Flotan! – George estiro la mano

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BLIND LOVE (Ben Hanscom) IT 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora