BLIND LOVE (Ben Hanscom) IT 1

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NARRADORA

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Derry, Mayo del 86

Nathalia Monspet había salido a escondidas de su casa, su padre se encontraba trabajando y ella sabia cuanto tiempo duraría afuera así que era su oportunidad perfecta; había planeado y estudiado esto por semanas. No lo aguantaba más, hubiera preferido irse con su tía que la usaría como su mucama personal, a que estar con su estúpido padre. A estar aquí en un pueblo en donde no conoce a nadie, en donde es molestada por los brabucones de la escuela y abusada por su padre. Camino bajo la lluvia fría por horas, su cuerpo temblaba y de su boca salía un pequeño hilo de humo caliente; la pequeña camino hasta llegar al puente que daba a la feria, debajo de este estaba el lago, de seguro si caía a esa gran altura moriría, y era lo que quería.

Habían muy pocos pasando por ahí, si veía 3 personas por hora era mucho, así que no le preocupaba que la salvaran de su decisión, además estaba segura que nadie lo haría, Derry estaba compuesto por gente que ella creía se drogaba o andaban en trance, pasaban cosas malas a su alrededor y ellos por ni enterado, o si lo hacían, no era que importara mucho.

Trepó con cautela por los pequeños pedazos de roca que sobre salían de la estructura, camino con lentitud y buen equilibrio hasta estar en todo el medio. Lloro deseando que su vida mejorara, deseaba que su padre recordara que ella era su hija, su única hija, su pequeña... deseaba tener al menos algo por el cual seguir adelante. Y de seguro, esto era un pensamiento muy frio y maduro para una pequeña niña, pero vivir cosas traumantes te hacia crecer mentalmente.

- ¡no... no lo ha... hagas! – gritaron a su espalda, giro temblorosa su cabeza encontrándose con 4 niños que reconoció rápidamente a pesar de la lluvia - 

- Ven, te ayudaremos – hablo el mas pequeño

- No pueden hacer nada – aseguro la de mirada verde regresando su vista al oscuro lago 

- Tal vez si – escucho a sus espaldas 

- ¡Váyanse! 

- No, no lo haremos 

- Déjenme – rogo llorando – por favor, déjenme 

- Ven con no... no... nosotros – vio como una delgada mano se asomaba al lado de su pierna de seguro por la altura, giro de nuevo su rostro regresando a ver a los chicos – Po... podemos ha... blar – tartamudeo de nuevo 

- Solo si tu quieres chica nueva – burlo el de lentes gigantes 

- Pero si lo vas a hacer, hazlo rápido. Los puentes suelen contener muchos virus y enfermedades – hablo rápido Edward Kasprah, el asmático no demoro en tomar su inhalador y usarlo, era un grupo simpático de amigos, el otro chico quien conocía por ser el judío de la escuela se mantenía en silencio viendo la escena 

- So... somos ve... vecinos por si no... no lo sa... sabias – la chica solo asintió con su cabeza afirmando que lo sabia – To... tómala – elevo un poco más su mano temblando un poco, no quería ver como la pobre chica moría frente a sus ojos. La chica giro su cuerpo lentamente hasta poder ver a los chicos completamente, sin dudar salto al suelo raspando su rodilla en la caída, pero no le importaba, los chicos la miraban interrogantes, la distinguían muy poco, era nueva, rara, reservada, no hablaba con nadie y no salía de casa - ¿Estas bien? – pregunto el tartamudo posando su mano sobre el hombro de la chica haciendo que esta retrocediera de golpe, devolvió su mano preocupado – lo si... siento 

- Si que eres rara chica – afirmo el de lentes ganando un zape de su amigo más pequeño

- Perdónalo, es algo tonto y bocón – la chica negó con su cabeza - ¿Qué no hablas? ¿eres muda? 

- No – musito por lo bajo pero todos alcanzaron a oír – 

- Entonces hablas poco – la chica asintió – Me gustan las calladas

- Bip Bip Richie – regaño el Judío 

- No eres de mi gusto Búho – bromeó la chica con su cabeza gacha, los chicos rieron por el buen chiste

- Soy Wi... W

- William Dembrough, lo se. Se quienes son todos ustedes, son el grupito favorito de Bowers

- Exacto, y tu eres su chica favorita hasta el momento, eso te hace uno de nosotros

- ¿Una de ustedes? – cuestiono alzando su rostro confundida, sus ojos estaban algo hinchados y rojos pero eso hacia que el verde resaltara mas, Stanley Uris trago saliva, la chica era lo más lindo que sus ojos habían visto, aún le sorprendía el hecho de haberla encontrado en esa horrenda situación. 

- Una Perdedora – afirmo el de lentes son una sonrisa, la chica asintió de acuerdo