Bad Boy ➡ Jos Canela

Veintinueve

Por la noche estaba cenando con mi mamá y mi hermana, mi mamá estaba feliz de verme, cuando llegue me abrazo y me lleno de besos.

Solo dejaba que mi madre lo hiciera, porque no era de besos, desde que pasó lo que pasó.

- ¿estuvo divertido? - me pregunta mi mamá emocionada.

- digamos que sí - respondí.

- me da gusto que te hayas divertido, te hacía falta.

- sí, creo que sí - bebí agua.

- Jos, estos días a venido una chava llamada Azul- me dijo Fernanda.

Cuando escuche que dijo Azul escupí el agua.

- perdón, ¿y que dijo? - me limpie.

- que cuando llegues vallas a verla.

Con todo esto se me había olvidado Azul, de seguro está enojada.

- me tengo que ir-me puse de pie.

- ¿iras ahorita? - me pregunta mi mamá.

- sí, ya tiene que no la veo, así que tengo que ir - salí de mi casa con dirección a la casa de Azul.

Cuando llegue estaba un carro, de seguro estaban sus papás, toque el timbre y me abrió el mayordomo.

- vengo a buscar a Azul.

Me dejó pasar y cuando vi, ella ya venía hacia mí.

- José - me abraza y correspondo al abrazo - te extrañe tanto - me es un beso.

- igual te extrañe - la aleje un poco de mí.

- por cierto, están mis papás y vamos a cenar - me agarra la mano y me lleva hacia el comedor.

- me hubieras avisado para ponerme algo elegante.

- no hace falta, así te vez guapo, los vas a impresionar.

- eso espero.

Entramos al comedor y ahí estaban sus papás se veían tan finos. Su madre una señora de piel blanca, ojos azules y cabello color oro, mientras que el papá piel blanca, pelón y un poco obeso, me agradaba la mamá, el papá no mucho.

- papis, aquí está mi novio José - me presenta.

- buenas noches, un gusto.

- con que es él, está muy guapo hija- habla su mamá.

- habla por ti - dice su papá.

- ay papá, no seas así, te debería de dar gusto.

- pero por favor, siéntete, acompañanos a cenar - dice la mamá.

- sería un gusto - me senté a lado de Azul.

Aunque casi no tenía hambre, pero lo tenía que hacer. Nos sirvieron de cenar, casi no hablaba, hablaba más ella con su papá, pero, su voz me empezaba a irritar, se comportaba como una niña mimada, aunque eso era.

- José habla no mordemos - escuche a su mamá.

- lo que pasa no se que decir, son unas excelentes personas que de verdad me aterra decir algo que no les parezca - fui todo lo que pude decir.

-¿cuáles son las intenciones con mi hija? - lo digo el papá.

No quería responder eso, la verdad ya me estaba hartando, de tan solo escucharla me ponía de malas, tenia que mentir.

- pues son buenas, cuidarla y protegerla - sonreí.

- ¿y ya? - tenía el mismo carácter que yo.