[ᴄʰᵃᵖᵗᵉʳ sⁱˣᵗʸ-Ғⁱᵛᵉ]

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1922, Chicago.

1922, Chicago

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Las lágrimas empañaron su visión, impidiéndole ver con claridad mientras salía a trompicones del club, reteniendo el gemido que quería salir desesperadamente de sus labios

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Las lágrimas empañaron su visión, impidiéndole ver con claridad mientras salía a trompicones del club, reteniendo el gemido que quería salir desesperadamente de sus labios.

No podía creer la forma en que su marido le había hablado a Stefan, eso la llenó de emociones suficientes como para provocarle una migraña.

Había hablado como si estuvieran en el siglo X, como si ella fuera su propiedad y una posesión, su único deber era satisfacer sus placeres, estar a su disposición.

Pero éste no era el siglo X, el siglo en el que se habían casado. Era 1922, los tiempos cambiaban y el movimiento a favor de la mujer y la igualdad se hacía más prominente.

Ella misma había sido testigo de ello, durante la guerra mundial, en la que Marcel había luchado amablemente. Mientras muchos hombres estaban luchando, las mujeres se habían esforzado.

Habían hecho su trabajo, manteniendo el país en funcionamiento con orgullo. Había comenzado un movimiento que, estaba segura, continuaría a lo largo de los años.

Un escalofrío sacudió su pequeño cuerpo cuando el viento frío y quebradizo sopló con fuerza. Parecía incluso más frío que cuando llegaron al bar clandestino, y Astrid empezaba a lamentar no haber llevado chaqueta esa noche.

Ya no tenía la chaqueta del traje blanco de Nik alrededor de los hombros, que la protegía del duro clima de Chicago. Sin duda, la temperatura había bajado a menos, aunque eso no la diferenciaba.

Siguió caminando sin rumbo por la carretera, sin saber a dónde iba, pero dejando que sus pies la controlaran.

En ese momento sólo necesitaba escapar, alejarse del bar clandestino, alejarse de Nik, alejarse de la situación. No quería que él viera sus lágrimas, que le mostrara lo molesta que estaba realmente.

No quería darle la satisfacción de que, después de todos estos años, sus palabras siguieran teniendo un efecto tan grande en ella.

Niklaus había girado como un interruptor, pasando de ser un marido solidario a un cerdo machista. Tal vez fuera la influencia del joven y tonto vampiro, pero de nuevo Niklaus tenía novecientos años, no era un joven vampiro fácilmente influenciable.

(Pausada) wιcĸed gaмe ━━ 𝐊 . 𝐌𝐈𝐊𝐀𝐄𝐋𝐒𝐎𝐍  [ESPAÑOL]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora