Capitulo 39: El Infierno Comienza.

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Mía ha regresado al acogedor departamento seguida por Choi de cerca, quien se despide de ella sin irse realmente del lugar y vigilando que todo vaya en orden.

La chilena intenta poner la llave en la cerradura sin lograrlo, el estrés, la presión de una nueva identidad, el dolor que le producía asumir que quizás nunca volvería a tener aquella cercanía con Nam, la tristeza en el rostro de Hoseok y la culpa por su forma de ser tan egoísta para con Axel aprovechándose de su amor la tenían al límite.

Su corazón latía pesadamente como si en cada latido dejara un pedacito de sí atrás, sabía que sería momentáneo, que sería lo suficientemente fuerte para enfrentar aquello y seguir adelante, pero en ese momento solo quería cerrar los ojos y dejar todo atrás, avanzar hasta el tiempo en que ya nadie recordara nada de ella ni como Maya Valdés ni como la chica de la fotografía, y aunque ni siquiera llevaba un día como Maya, ya quería volver a ser la misma Mía de siempre.

No supo bien si las primeras lágrimas cayeron de frustración o por la incomodidad producida por las lentillas que parecían raspar cierta parte de su ojo. Tampoco supo si Ali la había oído por los sollozos que con todas sus fuerzas intento acallar o por el golpeteo de las llaves contra la puerta.

Cuando la vio parada en frente de ella a la pequeña mujer de tersas mejillas y ojos redondos lo único que pudo hacer fue echársele a los brazos a sollozar mientras lentamente era guiada hasta el sillón donde ambas se sentaron y estuvieron en silencio por un largo rato, solo escuchando el llanto de Mía, a la vez que Ali pasaba suavemente su mano por el cabello de la ingeniera.

—Todo estará bien corazón— susurraba de cuando en vez intentando calmarla, aunque sabía que sería difícil.

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Los medios habían anunciado la llegada de BTS a Los Ángeles con bombos y platillos, una vez más se esperaba que su gran fandom lo apoyara aun al otro extremo del mundo, además ahora estaban envueltos en un velo de misterio, que si bien no alcanzaba a ser una gran revelación había conseguido alzar las dudas de ARMY que se había devanado los sesos buscando respuesta que se les eran negadas. Incluso BigHit en persona había sacado un comunicado aclarando los rumores que habían entorno a ciertas fotografías de dudosa procedencia, por lo que las suponía falsas y pedía a las fieles ARMYS que no se dejaran llevar por rumores inventados y mal intencionados, además pedía también respeto por las demás personas que pudieran haber llegado a estar involucradas, ya que responderían por las victimas que pudieran haber de la misma forma como si se tratara de uno de los chicos puesto que no estaban dispuestos a sacrificar a personas inocentes por el mal comportamiento de algunos.

Habían pasado apenas un par de días y aunque parecía que la vida de Mia estaba en medio de una pausa obligada, muy pronto se vio absorta en el trabajo con tal de no seguir pensando más en ello.

Pronto sus redes sociales fueron quedando en el olvido, al igual que las noticias y solo se concentró en escuchar música, beber café y trabajar.

Se había enterado por Ali que las cosas en Los Ángeles para los chicos habían salido bien. Aunque le habían pasado un teléfono con un nuevo número, la chilena se negaba a dejar de lado para siempre su propio celular, cosa que la hacía sentirse aún más miserable al no contestar las llamadas de J-Hope, Nam, ni Jimin, y es que, aunque no había sido una instrucción directa de los que ahora resultaban ser sus superiores, se sentía mal del solo hecho de pensar en mezclarlos en algún lio por su culpa, hasta que simplemente dejaron de llamar y su corazón inconscientemente se rompía con la espera.

Era pasado el mediodía cuando el timbre de uno de los teléfonos sonó.

—Choi te entregará tu uniforme— una voz muy familiar sonaba desde el otro lado. Nunca había recibido llamadas a ese teléfono así que suponía que debía ser alguien de la agencia, sin embargo, le extrañaba la familiaridad con que era tratada. — Llegaré cerca de las 4 pm, pero debes preparar todo para mi llegada y pasar con Choi por mí al aeropuerto, saldré el ala C de nacionales— continua sin dejarla aun procesar la información— Espero que estés anotando, este es tu primer día de trabajo, adiós— concluye el hombre desde el otro lado para dejar a la chilena solo con el tono de marcado.

Satisfacción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora