Capítulo 3: Regreso a la Rutina

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Luego de que los chicos se retiraran de la habitación, Ali y Mia, por separado se quedaron a ciegas, desnudas, cansadas y con una sensación de placer completamente nueva y misteriosa. El rubor rápidamente subió a las mejillas de ambas al recordar lo que acababan de hacer hasta que la voz de un hombre las sacó de sus ensimismamientos.

— Señorita, puede sacarse la venda si gusta para vestirse, cuando esté lista volverá a ponérsela y me llamará para llevarla a la habitación donde están sus cosas— Ali asintió rápidamente mientras se quitaba la venda y se volvía a calzar la ropa interior y el vestido negro.

Por su parte, Mía se había quedado observando la gran cama de tonos rojizos hecha girones, haciendo que un escalofrío volviera a recorrer su cuerpo haciéndolo temblar, luego de un momento volvió a ponerse la ropa para tapar sus ojos y esperar que fueran por ella.

Los idol's tenían el tiempo medido para casi todas las cosas, el sexo era una de ellas, les daban un máximo de dos horas cada vez con el fin de que pudieran descansar bien, no se sobre exigieran y porque hace poco una renombrada psicóloga había demostrado que los afectos se dan cuando la relación, cualquiera sea, sobrepasa las dos horas en un mismo tiempo.

Por lo general en la agencia nunca habían tenido problema con eso, excepto por Jeon Jungkook, quien siempre se pasaba del tiempo por lo que muchas veces había sido "penalizado" dándole solo una hora. Esta vez no había sido la excepción, todos los chicos, menos él ya se encontraban en sus distintas habitaciones dándose un baño y aunque las dos horas habían pasado apenas hace un par de minutos, el encargado del reclutamiento de las chicas, de nombre Lim Wang golpea la puerta del joven Kook por segunda vez.

— ¡Ya voy, ya voy! Me estoy terminando de vestir— reclama el más joven de la banda desde el otro lado mientras Lim parece ponerse de todos colores pues las chicas han comenzado a salir de sus habitaciones.

Cuando por fin sale, con una camisa negra aún a medio abotonar, sin zapatos y el cabello revuelto no puede más que sonreír al ver la cara de fastidio del agente mientras esté toma su espalda y lo dirige hasta el ascensor para evitar encontrarse con las chicas que son conducidas por las escalera.

— ¡Oye! — dice de pronto Kook que se ha quedado parado con la cabeza ladeada observando algo detrás de él— ¿Quién es ella? — pregunta indicando a una chica de pronunciadas curvas, tez morena y vestido negro que cae por su cintura.

— Sabes que no puedo decírtelo—regaña Lim.

— Lo sé, me refiero a que ... ¿Ella también hace... esto? — la timidez en la voz del chico es notable, pero no puede dejar de mirar a la bella mujer siendo dirigida a lo lejos por uno de los agentes a cargo.

— Sí—

— ¿Y fue pedida de nuevo? —insiste sin dejarlo siquiera pensar.

— No lo sé—

— Pues averígualo— la mirada marrón del chico se vuelve ferviente, si bien Jungkook es el menor de los siete chicos, resulta ser uno de los que más carácter demuestra en ciertas situaciones por lo que en ocasiones no era buena idea llevarle la contra.

Silbando y llamando la atención del agente encargado de la morena para luego de un intercambio de gestos que nadie más que ellos entendían asentir casi con pesar.

— No— es su respuesta ante el idol con ojos de ciervo.

— Entonces yo la quiero, dale el teléfono— una pequeña sonrisa de satisfacción se apoderó de los carnosos labios del chico.

Satisfacción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora