Capítulo 38: Maya Valdés.

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Lym estaba almorzando un contundente ramen debido al frio que asolaba las calles de Seúl, se había pasado el día por las calles buscando nuevas chicas para los idols que aun parecían no conformarse con nada.

Sentado en el restaurante disfrutaba cada bocado acompañado de un pocillo con kimchi y soju, después de todo se lo merecía, durante los últimos meses había estado haciendo un estupendo trabajo de captación, con decir que dos de los chicos que nunca se repetían ya no le eran problema y creía fielmente que el joven maknae de BTS podía encontrar consuelo en algún otro cuerpo escultural.

De pronto algo en el televisor justo en diagonal a él llamo su atención, parecía que mágicamente hubieran dicho su nombre, el trago de soju casi le salió por la nariz justo en el momento en que dos figuras conocidas aparecían en la gran pantalla del televisor junto al logo de BTS.

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Nam había llegado conteniendo gruesas lágrimas que pujaban por salirse de sus ojos cuando se cruzó con Jimin y Jungkook que terminaban de cenar.

Sin ningún otro atisbo que pesar absoluto se limitó a contarles lo que había sucedido luego del beso con la chica, sin decir que aquel contacto de labios había sucedido y aunque Jimin ya sabía de que iba la historia lo escuchó en silencio, asintiendo de vez en cuando a la vez que JK daba pequeñas palmaditas en el hombro del líder.

Era verdad, en ocasiones habían visto a Namjoon mal, estresado, sin dormir, casi al punto del agotamiento máximo físico y mental. Recordaban otras veces en que también lo habían visto llorar, pero nada se comparaba a eso, esta vez aquella tristeza reprimida parecía doler mucho más e incluso amenazaba con quebrar al joven idol.

—Todo estará bien, ahora debemos preocuparnos de los paparazzis, asegurarnos que las fotografías sean desechadas— musita Jimin— estoy seguro de que Mía estará bien, solo debe procesarlo, me imagino que tuvo que haberse llevado una gran impresión—

—No entiendes— murmura Nam— no es solo una gran impresión, pude verlo en su mirada, parecía tan lejana, tan convencida de que aquello no estaba bien que tengo miedo de que no vuelva a hablarme—

—Por favor RM no seas tan dramático— la voz suave del maknae del grupo interrumpió.

—¿Dramático? ¡No tienes idea...!—

—Namjoon— una voz profunda los interrumpe.

Los tres pares de ojos lo miran atentamente mientras el chico de cabellos oscuros los mira como evaluando la situación.

—Ahora tenemos algo más grave de que preocuparnos de si Mía se aleja o no—

—¿A qué te refieres? — Jimin es el primero en levantarse hasta ponerse junto a él mirando el celular en sus manos— No puede ser...—

No faltó más, al mismo tiempo JK y RM se acercan al par de chicos para ver reflejado en la pantalla las fotografías de Namjoon junto a Mía, una secuencia que para cualquiera hubiera sido normal.

Namjoon caminando junto a la chica, se podía decir que hasta casi riendo, ambos saliendo de un café, luego uno frente a otro, una segunda mujer que los miraba algo de lejos, dos hombres con cámaras fotográficas y finalmente un plano casi completo de la mujer, enfrente de Namjoon en una clara posición defensiva.

—Debemos hacer algo ahora— la voz de Tae resuena como un eco— Si no lo hacemos nosotros la agencia lo hará y dudo que tú quieras que eso suceda— definitivamente el chico se dirigía a Namjoon.

Satisfacción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora