Capítulo 2: Sólo Sexo.

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Habían pasado apenas unas horas, cuando Mía recibió la llamada que esperaba e informo al agente sobre los deseos de Ali, así que coordinando todo citaron a ambas en una de las dependencias de la gran empresa para poder comenzar con los chequeos médicos y psicológicos necesarios.

Demás estaba decir que Ali le llevaba cierta ventaja a Mía por lo que la castaña estaba algo nerviosa haciendo que su amiga le dijera varias veces que aún estaban a tiempo de arrepentirse, sin embargo, la ojiverde se negó. Por fin, al finalizar los exámenes se dirigieron al departamento de la psicóloga donde continuaron su vida normal.

Había pasado algo más de una semana, Ali continuaba su vida normal mientras Mía había tomado un trabajo parcial en una pequeña construcción cerca de allí, y aunque no habían vuelto a tocar el tema la chica se sentía algo desilusionada al no recibir ninguna llamada de parte del equipo que se había comprometido a contactarlas, si bien no se lo diría a su amiga, la probabilidad de que no las llamaran cada vez le resultaba más y más grande.

Una noche, celebrando el nuevo empleo de Mía ambas decidieron emborracharse, después de todo al día siguiente sería sábado y ambas podrían dormir hasta tarde, por lo que decidieron comprar algo de comida, mucho alcohol y ver un par de doramas en la televisión.

- Realmente extrañaba emborracharme contigo- la ojiverde recarga su cabeza en el hombro de su amiga.

- Pues tú que siempre me decías que no, me alegro que hayas encontrado empleo, al menos nos sirvió de excusa para que bebieras- la morena sujeta firmemente un mojito mientras la chilena se aferra con su vida a una botella de tequila.

-Si, pero pues, de verdad estaba enfocada en encontrar algo, ya sabes que me gusta manejar mi dinero y ya no quería seguir sacando dinero de mis ahorros-

- Lo sé corazón, pero ya tienes algo ¿No?, además esto te servirá para las demás empresas, una vez contratada en una de ellas será mucho más fácil entrar a las otras- sonríe la psicóloga intentando tranquilizar a su amiga.

- Pues eso espero- responde la ojiverde dando un trago a la botella.

La noche continua entre risas, guerras de comida y algunas lágrimas por la muerte de uno de los protagonistas, viendo como ambas lloraban no podían evitar reír al mismo tiempo al notar lo ridículas que se veían.

- ¿Por qué estas llorando? - pregunta Ali medio limpiándose las lágrimas con el torso de su mano.

- Pues no sé- chilla Mía - ¿Por qué estas llorando tú? -

- Porque te veo llorar a ti y sabes que no puedo verte llorar-

- Pues yo estoy igual-respondía la castaña mientras de ambas brotaban gruesas lágrimas y pucheros interrumpidos por fuertes carcajadas.

No supieron cómo pasó, pero en algún momento de la noche ambas chicas se quedaron dormidas sobre el sillón cubiertas solo con una manta mientras la televisión seguía funcionando.

-Juro que voy a matar a quien sea que este llamando a esta hora-la voz de la ojiverde, aunque frustrada era muy suave debido al dolor de cabeza que sentía, pues no tenía una buena resaca después de tanto tiempo sin beber, mientras Ali seguía durmiendo en el sillón como si nada. - ¿Alo? - la voz rasposa por la boca seca le molestaba y la botella de tequila seguía aferrada a su mano como pegada con pegamento. Dio los últimos dos sorbos encogiéndose de hombros.

- Señorita Mía Foulon...-una voz amable la llamaba.

- Si, con ella, ¿Quién habla? -

- La llamamos para citarla, sus exámenes salieron bien, un auto negro pasará por usted a las siete en punto, será llevada hasta las dependencias con los ojos vendados por privacidad, luego se le entregará la vestimenta que debe llevar para dirigirla nuevamente con los ojos vendados a la habitación del joven asignado- el corazón de Mía se detuvo por un momento, sentía que aquello era mucha información y realmente ya había perdido las esperanzas -¿Señorita Mía?- insistió la voz masculina

Satisfacción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora