Capítulo 31: Expensive Girl.

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No estaba segura de cómo había ocurrido, pero de una u otra forma lo había conseguido.

El musculoso, y bien formado torso del moreno estaba brillando frente a ella, mientras el calor que salía de su piel parecía acunarla de cierta forma, las manos blancas de Mía contrastaban enormemente con el tono canela de la piel del rapero y se derretía con solo sentir su piel tocando la suya, la luz apenas alumbraba la habitación, pero los ojos de dragón del idol parecían consumirla.

Una de las grandes manos del chico tocó su rostro para acomodar uno de los mechones de cabello detrás de su oreja y sonreír, aun así, no podía creer que aquello fuera real, su corazón no latía, saltaba en su pecho, golpeándolo con violencia.




Las facciones del rapero eran perfectas y con cada vistazo parecían endulzarse aún más, los gruesos labios delineados en el borde, con aquel coqueto lunar bajo ellos, sus tupidas pestañas y la curva de su nariz le resultaban realmente hermosas a la ingeniera, pero lo que la tenía completamente perdida, eran aquellos ojos opiáceos.




Mía se encontraba completamente embobada cuando las manos del rapero la giraron despacio para apoyar su espalda contra su pecho. Los gruesos labios del chico buscaban sus hombros desnudos, una lencería semitransparente era lo único que cubría su cuerpo. No podía creer la suavidad con que la trataban aquellas grandes manos, de pronto una melodía conocida comenzó a escucharse alrededor de ambos y la voz gruesa de Namjoon capturó su atención.

La ingeniera sabía que conocía aquella canción, pero le costó varios segundos identificarla, mientras su cuerpo seguía el ritmo de la música, su corazón dio un salto y sintió como una sensación fría recorría su cuerpo.

"Expensive Girl"— susurraron de pronto los gruesos labios del chico justo en su oído a la vez que su ropa íntima caía al suelo arrastrándose por su piel, dejándola completamente desnuda frente a los ojos en llamas de Namjoon que parecía querer devorársela de un solo bocado.



La chica giro suavemente su cuerpo quedando frente a frente para ponerse de puntillas y besar los labios del chico, sin embargo, con una sonrisa coqueta fue levantada por los aires, aprovechando para entrelazar sus piernas a la cintura del chico y en un beso hambriento ambos se fundieron, entregándose al deseo y la desesperación, la boca dulce de Mía absorbió todo aquel sabor tan característico del líder de la banda a la vez que la lengua de Kim Namjoon buscaba y rebuscada en aquella cavidad demandando cada vez más de ella, una mordida al labio inferior de la chilena la hizo soltar un pequeño gemido de placer mientras tiraba maliciosamente del grueso pero suave cabello del idol.



La figura de la chica, nívea como la nieve parecía una pequeña muñeca en los brazos del rapero que la acomodaba a su antojo. Con fuerza casi desmedida apoyó la espalda de la chica en la fría pared y mientras sus manos sujetaban fuertemente las nalgas de la mujer la penetró de una sola embestida provocando un quejido que rayaba en el dolor.




Sentir el gran miembro de Nam dentro de ella le dio una sensación de satisfacción mezclada con algo de dolor, casi como si aquel gran monstruo entre las piernas del rapero fuera demasiado grande para la estrecha cavidad de la mujer. Sin embargo, no podía negar el placer que sentía, era casi como si tocara el cielo y de cierta forma el dolor le servía de recordatorio que seguía viva. No tuvo tiempo para acostumbrarse al tamaño del pene de Nam. El chico comenzó a bombear dentro de ella sin descanso de una forma que parecía querer atravesarla.

—Voy a darle a tu cuerpo como nunca has sentido antes— aquellas simples palabras cargadas de deseo hicieron que la columna vertebral de la chica vibrara —¿Te gusta así? — cuestionó de pronto el rapero con aquellos ojos de dragón fríos como el hielo y una expresión de desafío en la cara, casi como si esperara una negativa de respuesta, sin embargo, los primeros gemidos salían de la boca de la ingeniera —Claro que te gusta, después de todo te gusta que te den duro —las palabras eran duras y de a poco comenzaron a tornarse obscuras a medida que la misma habitación se hacía cada vez más obscura.

Satisfacción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora