Capitulo 20: Sexo de Despedida.

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Sábado en la mañana y aunque la joven ingeniera no lo admitiera estaba emocionada por encontrarse con Nam nuevamente, ya que no lo había visto en toda la semana y comenzaba a preguntarse en qué momento se había acostumbrado tanto a la cercanía de uno de sus idol's favoritos. Sin embargo, agradecía el giro que había dado su vida.

Pasan las diez de la mañana cuando su celular suena.

­­— ¿Alo? —

— Hola Mía, ¿Cómo estás? — la voz de Nam al otro lado de la línea la hace estremecer. Aquella voz tan profunda y grave, pero suave a la vez le encantaba.

— Bien ¿Y tú? —

— Pues si bien, sabes quería disculparme contigo porque hoy no podré pasar por ahí — el ánimo de la ingeniera parece caer pues se queda en silencio. —¿Mía... Mía estas ahí? — pregunta la voz del otro lado.

— Si, si, lo siento—

— De verdad lo lamento, te lo recompensaré de alguna forma— ríe el chico — Pero con Kook debemos grabar una subunidad.

— ¡Wow! ¿Harán una subunidad juntos? ¡Que emoción! —

—Si... quizás no deberías decirlo en voz alta aun—murmura Nam del otro lado.

— Oh, si lo siento es cierto, bien, trabajo es trabajo — asume la castaña encogiéndose de hombros.

— Bien, que tengas un lindo día, nos vemos pronto—

— ¡Nos vemos! — concluye la chica para luego cortar y seguir con el trabajo.



Pasan las cuatro de la tarde cuando el estómago de Mía ruge y decide regresar al departamento, después de todo ha estado trabajando todo el día y esa noche nuevamente esta citada junto con Ali a la cita con los idol's.

Toma su bicicleta y le basta dar vuelta en la esquina para sentir aquellos ojos acechantes sobre ella nuevamente, como lo ha hecho toda la semana al salir del trabajo, a pesar de todo intenta mantener el mismo ritmo, sin evidenciar lo nerviosa que se siente. Sin embargo, la insistencia de sentirse asechada nuevamente la descontrola y le es inevitable voltear cada cierto tiempo a ver detrás de sí sin encontrar nada, en una aquellas ocasiones le fue inevitable chocar con un pequeño bache en la calle haciéndola caer.

— ¡Mierda! — chilla la mujer dejando caer la mochila y las carpetas de la canasta de la bicicleta junto a su celular y audífonos que se pierden entre la acera y los arbustos de la calle.

— ¡Mía! — chilla de pronto una voz que sabe que es conocida pero que su mente la distingue como peligrosa, entonces sin pensarlo se cubre con el brazo para gritar un fuerte.

— ¡NO! —

— ¡Mía! — chilla de nuevo aquella voz que se vuelve más dulce al sentir su tacto sobre su brazo, haciéndola volver en si — Dios Mía, ¿Estas bien? — cuestionan aquellos ojos almendrados que la observan con preocupación.

— ¿Hobi? — cuestiona la chica y sin pensarlo se tira a sus brazos para dejar caer algunas lágrimas.

—¿Estas bien? ... ¿Duele mucho? — insiste el castaño intentando ver de donde proviene el dolor de aquella chica que se aferra a él con sus brazos como si fuera su única salvación a tal punto que puede oír su corazón chocar en su cuello. — Todo, está bien, tranquila...— susurra el chico acariciando su cabello haciendo que la mujer respire profundo y se separe de él.

— Lo siento mucho Hoseok...— murmura por fin la ingeniera volviendo a sus cabales — pensé que eras alguien más — asume la chica dejando caer su rostro entre sus manos.

Satisfacción [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora