Libertad ||| «RAY x EMMA FANFIC» ||| {YNN} *WATTY'S 2019*

23

___RAY___

El sonido de las criaturas en el bosque hicieron que despertara de mi profundo sueño, bufé al percatarme de que aún seguía siendo de noche. Me incorporé para estirar un poco el cuerpo tras dormir en un lugar muy estrecho para mi cuerpo.

Pero era junto a Emma.

¿Cuándo tuve oportunidad de dormir a su lado? Ninguna. Desde que habíamos escapado de GraceField Gilda ha sido su compañera del sueño, siendo inseparables desde muy pequeñas y sobretodo, la pelinaranja dormía junto a ella para procurar que la chica de anteojos redondos no se sintiera sola al conciliar el sueño.

Al girar mi mirada hacia mi costado derecho, veía cómo estaba Emma durmiendo plácidamente como nunca antes y me detuve para analizar su expresión facial mientras dormía; sus cabellos anaranjados cubrían sus ojos cerrados, la linda nariz respingada y sus pequeños labios estaban algo resecos por la intemperie, unas mejillas que con el correr de los tiempos parecía enrojecerse un poco más por la exposición prolongada al sol, pero eso no le quitaba la linda y lisa piel que poseía.

Rocé dos dedos por su rostro para poder confirmar mi último pensamiento. Y en efecto, su piel seguía siendo tan fina como cuando éramos unos niños, se podía decir que aún sigue teniendo la piel tan suave como la de un bebé.

-¿Ray?-oí un susurro casi inaudible proveniente de los labios de Emma, me espanté un poco por la inesperada reacción de la pelinaranja.

-¿Q-Qué pasa?-pregunté absurdamente, ya que ella se había percatado de mi tacto y no tenía sentido que preguntara por algo tan obvio como eso.

-Tengo algo de frío.-dijo con una voz dulce mientras se cubría la mitad de la cara con el saco de dormir, hasta que comenzó a acurrucar su rostro sobre mi mano con la que la acariciaba, como si deseara aferrarse a ella.

Como bien dije antes, sus mejillas estaban coloradas de un rosa tenue por haberse expuesto al sol en estos dos años, pero el color en sus mofletes ahora estaban un poco más rosas, era algo que aceleraba el palpitar de mi corazón y lograba sacarme una sonrisa involuntaria.

Soy feliz junto a ella.

No se me ocurrió otra idea que volverme a recostar por dentro del saco de dormir y envolver a la linda chica de orbes esmeraldas con mis brazos, ella lograba acurrucarse en mí y comenzó a pegar su oreja sobre mi pecho.

-¿Qué estás haciendo?-hice la segunda pregunta estúpida de la noche, sin poner resistencia a su acercamiento.

-Estoy escuchando tu corazón.-dijo con una voz sumamente tierna y dulce, ahora mirándome a los ojos con un destellante brillo en ellos.-Suena muy fuerte.

-Es tu culpa.-dije colocando su cabeza por debajo de la mía, dejando sutiles y varios besos sobre esta.-Porque me gustas mucho.

Comencé a acariciar sus cortos pero sedosos cabellos anaranjados que me recordaba a una flor del mismo color llamada Bignonia grandiflora, una flor bellamente llamativa y cuyo color intenso radiaba alegría en todo su esplendor. Mientras acariciaba suavemente sus cabellos, besé su cabeza una última vez de forma para luego recargar mi cabeza en ella.

-Ray.-habló Emma en un tono sereno.-¿Qué va a ser de Norman ahora?

-Pues en unas horas iremos a reunirnos con él, vamos a salvarlo a toda costa.-respondí en el mismo tono de voz con el que ella me lo preguntó.