Libertad ||| «RAY x EMMA FANFIC» ||| {YNN} *WATTY'S 2019*

14

OCTUBRE 2047:

—¿Cómo está Chris?—preguntó Emma después de haber encontrado medicamentos para el pequeño pelinegro, estaba muy herido por la batalla que tuvimos en Goldy Pond y durante el escape de ese espeluznante lugar.

Anna había sido quien trató las heridas del pequeño Chris, me había puesto a recordar que ella y yo cada vez que estábamos en la biblioteca de Grace Field siempre leía libros de medicina o de primeros auxilios. La admiraba en ese aspecto.

—¡Bien hecho Anna!—le felicitaba Gilda.—Y es hora de que tomes tu descanso, Emma.

—¡Si, ve a dormir con Ray!—dijo Don detrás de la chica de anteojos redondos.

—Pero yo no estoy cansado.—bufé un poco sonrojado.—Voy a tomar el turno de guardia ahora.

—Ni hablar Ray, vamos a descansar tú y yo y todos los demás, mañana nos vamos a primera hora.

Emma se veía muy cansada aunque ella lo negara, y cuando Gilda le insistió en que descansara, Emma aceptó, ya hizo mucho por todos. Ella es la que cuida de todos sin importar qué. La pelinaranja se sentó a un lado mío, en ese momento mi corazón latió fuertemente, debido a que la cálida mano de Emma estaba sobre la mía.

La miré y me percaté de que ella ya me estaba mirando, tomó mi mano y la cubrió con sus manos.

—Estás muy frío.—dijo mientras un vapor salía de su boca, el clima se ponía algo frío debido a las fechas cercanas al otoño.

—¿Enserio?—pregunté crédulo.—No me di cuenta.

—Vamos Ray, mejor duerme conmigo para que no tengas frío.

A este nivel ya llego a malinterpretarle.

Cielos no debí de haber tomado ese maldito "libro prohibido" que mamá me decía que no tomara.

Sacamos la típica bolsa de dormir y como era bastante amplia fácilmente podíamos caber ambos. Emma fue la primers que se zambulló al saco, me miró y jugaba escondiéndose dentro de este.

—Entra.—dijo en un susurro.

Obedecí y me adentré en el saco, realmente tenía mucho frío y al estar a lado de Emma es como si estuviera frente a los rayos de sol, tan cálidos y abrigadores. Y a veces molestos.

—Que descanses Emma.—le dije y me volteé dándole la espalda.—Mañana saldremos a primera hora.

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—Ray.—una tierna voz susurró en mi oído, al abrir mis ojos vi que era Emma. La miré preocupado.

—¿Qué tienes?

—No puedo dormir.

—¿Por qué?—pregunté, la expresión de Emma me tenía algo angustiado. Parecía que había tenido un mal sueño.
Decidí preguntarle.—¿Tuviste una pesadilla?—Emma asintió.—Cuéntame que fue.

Las manos de la ojiverde estaban temblando, ella miraba a los lados, evitando tener contacto visual conmigo, suspiró y se dispuso a hablar.