Libertad ||| «RAY x EMMA FANFIC» ||| {YNN} *WATTY'S 2019*

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21/08/2045

Los gritos de los niños hicieron que me aturdiera de mi descanso y me levantara de mala gana, me senté en la cama y me até los zapatos y me dirigí al baño a lavarme la cara y aprecié unas ojeras más oscuras se lo normal, las toqué con las yemas de mis dedos y suspiré.

—Debería descansar más.—me dije a mí mismo, de modo que nadie me escuchara ni se percatara de ello.

Y sí, mis descansos ya no han sido los mismos, además de que se acerca la fecha de "adopción" de uno de los niños, se acerca también el cumpleaños de Emma, y no había dejado de pensar en que si lo que hicimos mamá y yo le gustara, realmente no esperaba que ella me saldría con la misma idea que tuvo Emma para mi cumpleaños. Cómo quisiese algo para retratar a la perfección su alegre y pura sonrisa.

Quizás debería pedir una cámara como recompensa, de todos modos es la pieza que me falta para hacer el desactivador de los transmisores.

Me enjuagé la boca y expulsé el agua hacia el lavamanos, encaminándome hacia el comedor, unos pasos acelerados se escuchan tras mío, no hago caso a ello hasta que oigo una voz consigo.

—¡Raaaaaay!—dijo cuando un peso en mi espalda se hizo presente, por instinto mío contuve el peso de modo que evite que nos caigamos, unas piernas rodean mi cintura y al reconocer la voz, trato de voltearla a ver, pero siento unas manos en mi mentón que hace que doble mi cuello hacia arriba, mirando el rostro risueño de Emma a la inversa.

Adorable.

—¡Emma, ya te he dicho que debes tener cuidado!—me quejé, sintiendo mis mejillas calientes y con deseos de que Emma no sospechase de mis sentimientos por mis reacciones fisiológicas.

—¡Si te agarro por sorpresa es mejor!—dijo esta sonriente, sosteniendo mis mejillas levemente enrojecidas con sus manos.—Por cierto, buenos días.

Jodidamente adorable.

—Buenos días.—respondí, con mis brazos sostenía sus piernas y el resto del cuerpo de Emma lo llevaba sobre mi espalda cuando me percaté de las miradas asesinas de dos personas a lo lejos; Norman y Anna.

Mierda.

—¿Sabes qué? Ya me cansé.—dije mientras bajaba poco a poco a Emma de mí.—¿Qué tal si me dejas descansar?

No quiero problemas.

Norman, no me mates.

—¡Pero si tu me cargabas siempre un día antes de mi cumpleaños!—dijo haciendo un puchero infantil.—Estás raro el día de hoy y el resto de la semana también.—dijo ahora tomando mi mano.—¿Estás seguro de que todo está bien?

Claro que no, Emma.

—Ya te he dicho que sí.—aparté bruscamente mi mano al seguir percatando las miradas de los dos chicos, no quiero que piensen algo fuera de contexto.

No puedo decírtelo.

—No lo creo.—insistía la pelinaranja.—Tienes el rostro algo colorado y caliente, no estás bien.

Por más que quiera, no.

—¡Sí lo estoy!—le grité, sin querer llamé la atención de todos los presentes en el comedor y creando algo de terror en Emma, su mirada se hallaba asustada y estremecedora para mí, cosa que no quería provocar, mucho menos a Emma.