Capítulo 4:Parecía un sueño, pero no, esto es real.

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No podía ser...

[...]

Mario con la vista fija en mí, un cartel en sus manos pidiéndome ser su novia, y yo frente a él pasmada sin saber que decir o hacer.

«–Dile que sí lenta– me pareció oir a Nikki, aunque esta vez fue causa de mi mente, pero juraría que en estos momentos la chica moría por decirme esas palabras»

Sinceramente no me lo esperaba, nada de esto, nunca, se me había pasado por la cabeza. Hice bien al no desayunar como me sugirió mi madre, porque segura estoy que mis nervios me fallarían y vomitar encima de Mario, no era opción.

Nicole también me miraba fijo, su vista me pesaba y aunque no decía nada, su mirada me transmitía lo mismo que mi mente hace un momento.

Esta situación se volvía ya algo incómoda, yo sabía lo que iba a responder estaba totalmente segura de mi "sí", pero en ese momento cuando las mariposas en mi estómago amenazaban con salir por todas las cavidades existentes en mi cuerpo, las palabras no salían, se quedaban atascada en mi garganta.

«–¿Lenta? Sabes que tienes al chico de tus sueños al frente de tí, pidiéndote que seas su novia y tú ni reaccionas.– Esta vez tampoco fue Nicole, mi mente me estaba jugando una jugada sucia y en el peor de los momentos.»

Solo se me ocurrió algo, en realidad no se me ocurrió, solo fluyó en el momento y fue lo que hice.

Con lágrimas en mis ojos, no sabía si de emoción, asombro alegría, o todas juntas. Eran de esas que yo las llamo "lágrimas buenas"; corrí la poca distancia que nos separaba y abrazé a Mario, lo abrazé con todas las fuerzas existentes en ese momento, puede susurrar un "Si, claro que si" y después ya estaba llorando en su regazo como pequeña.

¿Por qué lloraba?

No lo sé, y mucho menos Mario o Nikki lo sabían. Otras personas dirían que estaba loca, otras pocas les apenaría que la vieran llorar. Yo sí estaba un poco loca, pero no me sentí mal por llorar en frente de ellos, al final eran mi mejor amiga y mi ahora novio.

Después de unos segundos Mario me retiró de su pecho que por cierto me tapaba por completo, era alto y un poco fuerte, lograba que me viera minúscula en sus brazos, y con ambas manos me acunó el rostro para decirme :

–Feliz cumpleaños preciosa– luego me besó, fue nuestro primer beso, casto y fugaz, pero yo sentía que me derretía en los brazos que me aguantaban.

¿Mario Padilla, mi novio?

Esto parecía un sueño, pero no, era real, tan real como la fuerza que hace la tierra para mantenernos fijos al suelo. Quizás sea mejor hacer un viaje en el tiempo para que entender la historia hasta aquí, 6 años atrás, cuando lo conocí.

Seis años antes...

Cuando tienes 10 años ya quieres crecer, ser grande y tener una historia de amor como en las pelis, yo no era la excepción, soñaba con encontar a mi chico ideal, y vivir felices para siempre...

A los 15 años sabes que los finales felices son irreales, lo que se termina no siempre es feliz, y nada absolutamente nada, nunca dura para siempre, hay un momento en el que todo llega a un fin relativo, o eso es lo que te enseñan las frases motivacionales de instagam,  pero mientras llega ese momento, lo mejor son las ilusiones de los diez. No hay otro pensamiento existente en tu cabeza que no sea encontrar a tu "Edward Cullen"de The Twilight.

[...]

Era 31 de enero del año 2010, domingo en la tarde y Marina una amiga de la escuela me había invitado a su fiesta de cumpleaños. Sería en su casa, ya que esta tenía unas muy buenas condiciones, hasta piscina había; el horario fue en la tarde-noche pues ya estabamos grandecitos para las fiestas en la mañana o al menos eso creíamos. Era mi primera fiesta de "grandes".

–Vamos mamá date prisa, vamos a llegar tarde– le protesté a Margarita.

–Grecia por favor aún falta media hora para el horario acordado– en aquel momento mi madre no entendía lo importante que era ese tipo de fiestas para mí.

–Por favor mamita, te lo suplico ¿Si?

–Esta bien Wilson, eres tan...tan tú– al final logré convencerla y llegué a la fiesta 20 minutos antes de lo acordado.

[...]

Cuando me vine a dar cuenta ya casi estaba atardeciendo y me detuve a mirar a mi alrededor.

El ambiente estaba super, (claro para pequeños de diez años) organizaron el patio de la casa, habían muchas mesas alrededor de la piscina, algunos bocadillos en estas y en el centro un gran tonel de ¿cerverza?

¿Qué era esto apenas teníamos 10 años, qué tipo de padres tenía Marina?

Si es cierto eso de "la curiosidad mató al gato", pues yo iba directo a la fatídica muerte...

Me acerqué al centro donde estaba el barril, a su lado habían un grupo de chicos, se veían mayores, unos doce años más o menos tendrían, deberían ser los amigos de Carla la hermana mayor de Marina, los ignoré, el barril robaba toda mi atención, no podía parar de pensar en las consecuencias que traería si alguno de nosotros terminaba borracho a nuestra edad.

–No es cerveza tranquila– una voz me sacó inmediatamente de mis pensamientos, al levartar mi vista, ya que la figura de al frente era un poco más alto que yo...lo ví.

Esa fue la primera vez que ví a Mario. ¿Han oído del amor a primera vista? Sí, de ese flechazo instantáneo que se sienten en las películas y los libros, buena esa fue la sensación que sentí al ver a aquel rubio.

Sus grandes ojos miel, me cautivaron, tenían una profundidad inmensa te perdías en ellos, y yo me enamoré al instante o al menos eso creía, con solo cuatro palabras aquel chico unos pocos años mayor que yo me dejó embobada, no me ví pero sentí un calorcito en mis mejillas, que solo reafirmaba LO TONTA QUE SOY, XD QUE VERGÜENZA.

–Es solo coca-cola, simplemente que lo han metido ahí para llamar más la atención, mira que lo han conseguido, no eres la primera cría en acercarse asustada, esas son las deventajas de venir a fiestas de niños, joder–dijo esto último en un tono cortante. –¿Y este ahora, acaso no era un niño igual?– pregunté para mis adentros, pero ¿a quién quería engañar?

La realidad...

No me molestó su tono, apenas lo noté, todo él me tenía embelezada, se veía increíble ese día, llevaba unos shorts mezquilla y una camiseta azul prusia que decía algo en catalán, ni me fijé bien que ponía, solo sabía que con ese simple outfit lucía increíblemente guapo.

–Hey, te comió la lengua el gato–  volvió a sacarme de mis pensamientos(sobre él), era muy inocente pero creo que la inocencia se me quitó cuando empezé a mirarlo tan descaradamente.

Respiré...

Di un paso al frente y estire mi manita a modo de saludo:

–Hola soy Grecia, Grecia Wilson– Tal vez mi voz sonó nerviosa,(lo estaba) tuve miedo a su repuesta, a lo mejor se burlaría de mí, y era lo que esperaba, pero no.

–Mario, Mario Padilla– estiró su mano y sujetó la mía, y esa, esa fue la primera vez que sentí su tacto.

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Aiiiiii,(Ayyy*)

¿Coca-cola eh?jejeje que cabecita la de Grecia si solo tenía 10 años😅...

OS QUIERO...💘

Shell💘👋🏻

El Silencio Que Dejaste.(Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora