Capítulo 15: Noche del San Juan

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                  Nunca sabremos si los recuerdos nos matan o son los que nos mantienen vivos.
Tomás Wilde

Grecia Wilson

Con todo esto de el cumpleaños de Mario, olvidé por completo lo que se celebra el 23 de junio de cada año. En España y en otros países es tradición festejar la fiesta del San Juan.

Esta celebración consistente en ensalzar la llegada del solticio de verano, se dice que esta es la noche  más larga (en el hemisferio sur) o la mas corta (en el hemisferio norte).

En la antigüedad se celebraba tambien el nacimiento de San Juan Bautista por parte de la religión cristiana, aunque mis abuelas me inculcaban esta religión, yo solía solo esperar el solticio.

Entre tantos de los rituales que se celebran en esta fecha aquí en Badalona solo uno de ellos era el más importante. La hoguera. A media noche se encendía el fuego y muchas personas solían escribir notas para luego arrojarlas, otras tiraban objetos importantes y significativos para sí mismos.

Todo con el simple objetivo de desprenderse de lo que les ataba a su pasado, hoy era el día para que el fuego los ayudara a consumir y a olvidar los malos recuerdos, para que solo quedaran cenizas de estos.

De pequeña yo escribía notas con los nombres de los villanos de las pelis porque me asustaban mucho.

«–¿Qué quemas esta noche pequeña Wilson?– pregunta mi ahora difunto vecino Tomás. En aquel entonces yo tenía 6 años.

–Mire– le señalé la hoja con más de 10 nombres. –Estos son los villanos de las pelis que veo, son muy malos y hace que me den pesadillas.

–¿Por eso los quemas?

–Si, quiero olvidar lo malos que son.

–Pequeña Wilson, no siempre tienes que desprenderte de lo malo, muchas veces lo malo nos ayuda a recordar lo que no queremos o nos enseña a cuidar y amar más lo bueno.

–Pero yo no los quiero, me dan miedo.– repuse sin entender lo que me decía en idioma de grandes.

–¿Te vas a desprender siempre de tus miedos? ¿Ves esas personas que queman sus cosas? Ellas son fuertes muy fuertes, pero no lo saben porque por culpa de una superstición piensan que quemando sus recuerdos pueden seguir.

–Pero si funciona Tomás, mamá dice que si funciona.

–Todo está en nuestra mente querida Grecia. Nunca sabremos si los recuerdos nos matan o son los que nos mantienen vivos– me carga y me coloca en sus hombros. –Ven entrégame a tus villanos yo los quemaré por tí, pero me tienes que prometer que el próximo año no quemarás tus malos recuerdos, solo aprenderás a vivir sin que su maldad te afecte.

–Esta bien, lo prometo Tomás.– dije algo insegura por no entender muy bien sus palabras»

No hubo próximo año, Tomás Wilde murió en diciembre del 2006. Después de esto no quemé más nada en la hoguera del 23 de junio, tenía una promesa por cumplir, pero a pesar de eso siempre pasaba ese día junto a los míos.

Esta fecha era significativa para las millones de familias en España, incluso para la mía, hoy todos se reunirían en casa, y por primera vez en dieciséis años yo no estuve allí con ellos.

El Silencio Que Dejaste.(Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora