Capítulo 14: Gusto por los Cigarrillos

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Este es el primer y hasta ahora único capítulo contado por el narrador omnisciente los demás contados por él serán extras(explicado al final), para los que no lo sepan esta figura es la persona que todo lo ve y todo lo sabe, observa omniscientemente el desarrollo de los acontecimientos, pero no participa de ellos.
Espero y les guste:))))))

"Nadie puede llevar mucho tiempo una máscara, lo que se fingue recupera rápido su naturaleza"
Séneca

Narrador omnisciente

Lauren estaba muy nerviosa, inmediatamente llamó a Roberto, el médico de la familia y junto con el jardinero y alguien del servicio llevaron al rubio desplomado e inconsiente por la paliza que le proporcionaron a su habitación.

La ojiverde estaba estática, su mente era un lío y por su cabeza pasaban demasiadas cosas que solo el chico sin conocimiento podía responder, o al menos así pensaba ella.

Habían mas personas que sabían que pasó esta noche, personas que nunca llegaron a la casa.

Estaba el tatuado, el cual estuvo presente en la golpiza, trató de impedirlo, pero salió igualmente golpeado por defender a su amigo, en su mundo nada era fácil, o pagabas a las buenas o se las desquitaban contigo a las malas.

Mario siempre supo el precio de lo que hacía, desde el inicio de todo: lo de las carreras, las apuestas, los juegos, la droga y el alcohol en desmesuradas medidas, este al principio no era su medio, pero igual le divertía la adrenalina que le proporcionaba.

Cuando tienes dinero, estos sitios abren las puertas a tí, te hace ver que tienes el control, cuando en realidad juegan todo el tiempo contigo, y la inexperiencia te juega en contrapartida.

Eso fue lo que paso esa noche, Mario debía y pagó, no de la mejor manera pero pagó, con esta gente no se juega y más cuando ya saben todo de ti.

Ese era secreto del rubio, su doble vida, sus dos mundos, donde él no se sentía completo si faltaba alguno de estos.

Todo esto comenzó a los 16 años, cuando conoció a James, el mismo estaba afuera del instituto disfrutando de su cigarrillo, el rubio curioso se le acerca y hasta el día de hoy ha sido una de las peores decisiones que ha tomado en la vida.

James lo observó con detenimiento, mira que tiene un aire de niño adinerado, pensando quizás y podría sacar algo de él, corromper su día a día y volverlo un clon de si mismo, su mirada destilaba mucha inocencia e incredubilidad, falta de maldad y de calle.

-Quieres- le ofrece el tatuado al chico de su al frente.

-No, no fumo- respondió Padilla.

-Error chico, no fumabas, te acercaste a mí para averiguar algo ¿no?- sin dejar a Mario responder siguió -Así que vas a averiguar si te gusta el cigarro- sentenció James.

-Es-esta bien- titubeó Padilla.

Le da una profunda calada al cigarrillo y esparce el humo de sus pulmones hacia afuera, llenando su burbuja personal de una humeada blanca, otras personas cuando fuman por primera vez, suelen tocer o hacer algunas muecas de desagrado, pero aquel chico disfrutó eso, disfrutó aquel cigarrillo como si lo hubieran hecho específicamente para él.

El Silencio Que Dejaste.(Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora