Capítulo 11:Amigos por la "A"

270 57 115
                                    

Este es mi capítulo favorito.
_________________________________________

"No hay que mirar qué bien nos ha hecho el amigo, sino solamente el deseo que él tiene de hacérnoslo."

Madeline Desouvré

Nos alejamos cada vez más de mi condominio, solo se veían las aceras llenas de personas transitando; desde pequeñita mi papá me enseñaba las calles de Barcelona en las revistas y pues desde los cinco años dominaba la provincia entera.

No era de genios para darnos cuenta que estabamos en la calle Santander, era un calle un poco transitada, pero justo a esa hora no había tráfico porque no era horario pico y además tampoco era fin de semana.

Doblamos y entramos por varias avenidas hasta llegar al sitio de nuestra cita, a ese lugar que visité tantas veces cuando niña. Mis padres solían traerme aquí los fines de semana, según ellos, llenaba de muy buenas vibras.

El bosque de los árboles olvidados, un parque público en la ciudad de Badalona; se aprecia una flora eclipsante, muchos de los árboles aquí plantados llevaban siglos en el área.

De niña solía creer en una leyenda que mi madre contaba cada vez que veníamos, nunca supe si era verdad o una mentira piadosa de mamá, pero creo que gracias a esa historia hoy soy mejor persona.

«Las personas malas, con mucho odio en su interior, sin corazón, ni amor por los demás terminarán sus almas en uno de esos árboles sembrados; estos árboles han sido el ejemplo de que cuando haces mal terminas mal, ellos quedaron excluidos e ignorados gran parte del tiempo de su existencia, hasta que alguien con un inmeso corazón se le ocurrió convertirlo en un parque público para el disfrute de las demás personas, estos árboles estuvieron mucho tiempo en el olvido y hoy quizás son observados más que antes pero en su corteza, hay grietas, rasguños de animales, agujeros y marcas que cobraron todo lo hecho en vida; lo malo no dura siempre pero mientras dura es de lo peor, así que si no querés terminar en uno de estos árboles que un día fue olvidado, deberás ser una persona buena. "Has bien y no mires a quien".»

Esas exactamente eran las palabras de mamá decía cada vez que visitábamos el lugar.

–Llegamos– la voz de Mario me sacó de mi transe de recuerdos.

–Es muy lindo este lugar.– expresé sinceramente.

–Sígueme, veremos algo aún mas lindo.

Tomó mi mano y llegamos a un árbol muy, muy grande, gigante diría yo. Aunque con mi tamaño es difícil no ver algo gigante, ese árbol lucía imponente junto a los que estaban a su alrededor.

No estaba en sus mejores condiciones, tenía varios hoyos de nido de carpinteros o algún otro tipo de ave y además millones de nombres tallados en su tronco.

–Lo van a tumbar hoy, dicen que opaca la calidez y paz que brinda este parque a sus visitantes.

–No es justo.

«Pero quizas ya sea el momento de irse, lleva mucho años seguro allí sembrado, quizás este árbol fue un alma, un alma mala que ya por fin podrá descansar en paz, ya sufrió su karma»

Esa fue mi conciencia.

–¿Sabes qué? Es cierto, pobre seguro ya ha sufrido mucho estando ahí y para ser despreciado y seguir siendo dañado es mejor desaparecer.

–Sabía que pensarías así y me alegra.

–¿Para qué me has traído aquí? hay algo más que un árbol a punto de ser tumbado ¿cierto?

–Muy inteligente mi amiga.– Nadie imaginaba lo que sentía cada vez que me llamaba así, me corría una corriente eléctrica desde la punta de la cabeza hasta la planta del pie cada vez que lo decía.

El Silencio Que Dejaste.(Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora