"De los recuerdos"

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Dedicado a MarielisAvila5

De los recuerdo(prt 1)

Ella es Olivia, la chica que me enseñó "el amor" sin ni siquiera profesarmelo.

(SIN EDITAR)


Mario Padilla.

Golpes, sangre, palabras sin sentido, más golpes y más sangre.

¿Qué estaba pasando?

¿Acaso? Sí, James tuvo razón, sus palabras fueron claras, y los hechos que le precedieron aún más.

[...]

«–No sabes en lo que te metes hermano, sal de ahí por favor, aléjate un tiempo o mejor deja toda esta mierda. Ahora que puedes. Ya saben quién eres y eso no es bueno.– me habló con preocupación, el chico al que hacía 2 años llamaba "mejor amigo"

–¿Qué saben y qué tanto me afecta eso?– pregunté mientras esparcía al lado contrario, el humo del cigarro que fumaba.

–Saben que tienes dinero, que estás aquí porque quieres y no por necesidad, saben que eres...

–No digas lo último– lo corté antes de que dijera eso que le encantaba recordarme. –Sé quién soy y por eso mismo merezco un lugar aquí, él lo habría querido así.

–¿En serio crees que a Mariano le habría gustado que estuvieras aquí, ocupando su lugar?

–Si le hubiera gustado o no, no lo sé y de hecho nunca lo sabré porque ya no está y para nuestra desgracia no va a volver. Ellos tendrán que aguantar a otro Padilla aquí. –dí por terminado el tema, para evitar una discusión.

-Mario...

-Nada James, nada.

-Por si no te veo mañana, feliz cumpleaños, amigo.

-Gracias, idiota.»

Nada James, nada.

Esas fueron una de las últimas palabras que le dije a mi amigo esa tarde y las últimas que le diría en mucho tiempo. Si al menos le hubiera hecho caso, si me hubiera alejado un tiempo, tal vez...

No, tal vez nada, el hubiera no existe.

[...James Silva, 19 años, bala perdida, aún no se sabe si atravesó órganos internos, perdió mucha sangre y ahora está ingresado en el hospital Municipal de Badalona. Hasta ahora se cree que fue un ajuste de cuentas, con bandas clandestinas de la zona...]

Facebook y sus chismes, solo que esta vez decía algo cierto, y todo había sido por mi causa. James me había enseñado este lugar, pero nada de lo que pasó después fue su culpa, él no sabía quien yo era.

Esa tarde fui al hospital a visitar al tatuado. Los hospitales no son mi lugar favorito en el mundo, pero lo menos que podía hacer, era ir a verle. Vaya que se esmeraron con mi regalo de cumpleaños.

–Hola señorita– le guiñe un ojo a la enfermera que estaba en ¿el mostrador? O como sea que se llame eso. Debía llamar su atención o sino no podría entrar.

–Bue-buenos días, tardes señor– Ella me dijo "buenos días tardes" enserio. Al menos había funcionado mi método de intimidar-seducir.

–Mario Padilla, un gusto coincidir con una chica tan hermosa como tú, Lia– leí la identificación de su blusa. –Ohh espera, ¿Nos conocemos de algún lugar, cierto?

El Silencio Que Dejaste.(Proceso)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora