En la puerta...
Allí estaba Mario,
mi Mario esperandome al otro lado de mi puerta, sentía que el corazón amenazaba por salir del pecho.Pero justo cuando lo ví allí me dí cuenta de algo, que había estado ignorando; aquel chico estaba esperando por mí pero...no eramos nada, solo amigos, eso ya era mucho, pero en el fondo quería algo más, mientras que mi mente se encargaba de aclararme a cada rato, el hecho de que "Amistad" , era todo.
Mario me sacó de ese conflicto entre mis adentros.
-Greess, buenos días, puedo...
-Si, si pasa lo siento, buenos días para tí también- logré disculparme, aunque todavía estuviera en bronca con mis órganos, (cerebro-corazón) tenía que sonar lo más normal posible.
El chico que esperaba por mí se veía increíble incluso con una vestimenta tan simple como la que llevaba; unos shorts beiges, una camisa blanca, con los primeros de los botones desabrochados y unas zapatillas muy parecidas a las mías, su cabello no estaba perfectamente peinado, y su aire de descuido lo hacia lucir tan bien...
«Eso me recordó a mi mamá, ella solía decir que nosotros los jóvenes dañamos nuestros atuendos con las zapatillas, pero es que son tan cómodas, yo por lo menos las veo perfectas con todo.»
Mi cerebro parecía no querer dejarme tranquila, aún, seguía con sus contradicciones...
Al ver aquel rubio entrar por la puerta, todavía no me parecía real; mi madre estaba en la sala de estar esperando por el chico, ya saben para hacer el típico interrogatorio ¿cuáles son tus intenciones con mi hija?, eso normalmente era tarea del padre, pero como papá no solía estar, mi mamá se autoproclamó esa tarea.
Mario tuvo una pequeña conversación con ella, se veía muy seguro hablando con mi doña Margarita, recé para que a esta no se le fuera a escapar alguna información sobre mi obsesión (mejor llamarlo crush, ¿cierto? eso de obsesión suena a psicopatía)
Diez minutos más tarde, justo cuando terminó el interrogatorio de mi mamá, nos despedimos de ella y de la recién levantada Lucía y cruzamos la puerta hacia nuestro destino.
Ibamos caminando a...no sabía donde exactamente, mi mente en ese momento no procesaba las casas que pasabamos, sería cerca pues no trajó su auto, además ayer había dicho algo de un helado, a lo mejor íbamos al parque, justo al frente había una heladería.
Mientras caminábamos había una sola cosa que nos separaba "el silencio"; yo era extrovertida pero con Mario todo cambiaba, todas las palabras y las posibles conversaciones se quedaban atrapadas en mi garganta...entonces para mi sorpresa(¡Mario siempre me sorprendía!) y mi satisfacción en cierto punto"mi amigo" rompió el silencio que ya me empezaba a agobiar.
-Ya habíamos hablado de la desaparición de tu lengua ¿verdad?- me dijo, y yo no puede evitar soltar un risita por lo bajo, quizás me puse roja(quizassssss), solo asentí.
-Y entonces...háblame Grees, somos amigos o ¿no?
-No, no somos amigos, nunca lo hemos sido, y si no hablo cuando estoy contigo es porque desde aquella noche en la fiesta hace 6 años me gustas, me gustas mucho y cuando tu estás cerca a mis pulmones se les atasca el aire impidiéndome pronunciar palabra.
«Y eso hubiera dicho si no fueras una total y completa cobarde, hubiera dicho esto pero NO lo hice, nunca»
-¿A donde vamos?
A modo de defensa el ser humano tiende a evadir las preguntas con otras cuando se siente amenazado.
-A un lugar que me gusta mucho, ayer te dije que íbamos a tomar helado.
-Lo sé, solo que ya pasamos la heladería del parque.
-¿Quién dijo que solo hay helado en la heladería del parque?, Grees tienes que salir más a menudo.
-Yo conozco Badalona, y sí salgo solo, no contigo, y si dices comer helado lo más acertado es pensar en la heladería.
-Lo siento Grees, pero como mi amiga deberías saber que muy pocas cosas en mí, son acertadas o predecibles.
-Oh ok señor Padilla, ya lo voy conociendo
-Eso suena muy bien señorita Wilson ahh y observa ya llegamos.
Mis ojos se dirigieron al lugar al que habíamos llegado, era mi sitio favorito en toda Badalona El Boulevard "Calle de mar" solo que no había reconocido el lugar porque habíamos ido en sentido contrario, entramos a la avenida justo por la salida.
Cambiamos unas cuántas calles hasta llegar a un callejón donde estaba un kiosco muy sencillo que afuera decía "Helado a la mar", ni idea sabía yo de la existencia de ese lugar, solo sé que inmediatamente me transmitió una oleada de seguridad, me sentía muy cómoda allí.
Nos sentamos en unas pequeñas mesitas que habían adentro y miramos la carta, millones de sabores y combinaciones que ni sabía que existian; me decidí por una copa de helado de fresa con piña y moras granuladas con crema batida de vainilla, ni yo sabía lo que pedía, solo quería pobrar tal combinación ya que todos esos sabores me gustaban por separados, vería que tal juntos; Mario tomó algo, digamos raro: helado de crema de mani, con trozos de kiwi y sirope de coca-cola, fue extraño no sabía que existía un sirope con ese sabor.
Mientras esperabamos comenzamos a hablar de diversos temas que salían al azar, tales como la escuela, nuestros gustos musicales, hubo una pequeña discusión con esa temática porque yo decía que el mejor cantante español era David Bisbal y él que era Melendi y pues en eso nos discordiamos un poco, luego vino el tema de las pelis, yo amo el thriller y las románticas (lo sé ambos extremos pero a mi me gustan) , mientras Mario es más de comedias y de acción, luego pasamos al tema deportes, yo odio todos los deportes, mientras él era aficionado al fútbol; y así nos mantuvimos hablando varias horas sentados en las mesitas del kiosquito.
Todo fue de maravilla como si nos conociéramos de siempre, no coincidíamos en casi nada, pero respondiendo con física "la de ley de los polos opuestos"; no nos apartabamos la mirada y escuchabamos al otro sin importar lo que sucediera alrededor (o por lo menos yo me sentía así) fue un momento demasiado agradable el que compartimos juntos.
Al terminar nuestra larga y extensa charla de cosas sin sentido, caminamos por "Calle de Mar" hasta el principio de su avenida, ya que habíamos entrado por la salida; iba mirando las tiendas y los lugares de aquel boulevard hasta que Mario me sacó de mi mundo(como siempre).
-Ves amiga, así me caes mejor cuando eres tu misma y te das el placer de hablar conmigo.
-Gracioso, solo no puedo mentir me la pasé muy bien hoy, Padilla.
-Que te parece si mañana salimos de nuevo, tengo algo que enseñarte.
-Supongo que si.
-Perfecto, paso por ti en la tarde.
Seguimos caminando hasta llegar a mi casa, en la puerta Mario me abrazó de lado y besó mi mejilla y sentí su cálido contacto contra mi cara...
-Gracias por la cita amiga, hasta mañana ahh y por cierto hoy te veías preciosa.
Y diciendo esto desapareció en la calle... dejándome ahí con mis pulmones con escaso oxígeno y las piernas temblando, me había dicho preciosa.
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Preciosaaaa😩😩!!!!
Quizás esperaban una cita mas interesante pero recuerden algo "son solo amigos" así que tengale paciencia a estos amigos y disfruten sus momentos juntos, además justo después de la primera cita empieza la segunda, así que eso es un muy bien avance ¡que quede claro David Bisbal es mejor que Melendi si!!
Ok no, enserio ambos son increíbles, todos tenemos nuestras preferencias y gustos, amigos y ya ven no siempre se puede encajar con la persona por mucho que te guste y eso no quita que no sea el/la correcto/a
La próxima cita promete😼, los amo muchísimo 😩💘, gracias por su apoyo.
Pregunta del final:
¿Qué creen que le pasó a Grecia para que terminara como terminó en el primer cap?
Shell💘👋🏻
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El Silencio Que Dejaste.(Proceso)
Teen FictionGrecia calla muchas cosas que siente y eso hace que pierda mucho en el intento, pero ¿Por qué decide callar? ¿Será que sus motivos no son suficientes para luchar? [...] "La cura existe, si al principio hubo herida" Borrador(faltas de ortografía) C...