Atrapando almas

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Flora dormía plácidamente una tarde ante de ir a visitar a sus ahijados, cuando una pesadilla la despertó.

Este mal sueño comenzaba con un pago real plateado, el cual resplandecía como la plata y se pavoneaba por donde quiera luciendo su resplandor. Y se veía tan espléndido que quedabas atrapado mirando, hasta que en vez de mirarlo a él, veías un paisaje. Y solo podías hacer eso, como si formaras parte de su plumaje.

La hechicera de despertó de un brinco, se quedó pensativa y preocupada. ¿Había sido solo un sueño o era una premonición?

Miró hacia el lago y vio que ya estaba anocheciendo. Luego entró en sus aguas cristalinas y llamando la brisa se envolvió en ella, para salir vestida y peinada con un vestido blanco y azul.

Al anochecer, su hogar se iluminó con las luces de las hadas que revoloteaban alrededor del lago, y luego el de la luna, que iluminaba todo la laguna como una esfera de plata.

Al llegar su hora, utilizó esa misma luz y se transformó en la brisa plateada de todas las noches hasta llegar a la habitación de sus ahijados.

Al entrar en el cuarto notó muchísimo silencio, nada usual, más bien parecía que no había nadie. Flora se alarmó pensando que algo malo había sucedido.
- Hada Madrina- susurró una pequeña voz.
- ¿Sí?.... ¿Qué está pasando? - ¿Están todos bien?- preguntó la hechicera preocupada.
- Sí, pero tenemos mucho miedo.
- ¿Por qué?
- Hay rumores de almas perdidas en el pueblo, un ser diabólico atrapa las almas de sus víctimas en su cuerpo……. Ya nos pasó eso ¿Recuerdas? Tenemos miedo.
- Ya lo sé mis niños. Pero no deben tener miedo. ¿Confían en mi poder verdad?
- Sí, claro. Eres la bruja más poderosa que hemos conocido.
- Bueno ¿Recuerdan mi promesa?
- Si
- ¿La cuál decía?
- Bueno, ¿Cuál de ellas exactamente?
- ¿Tantas he hecho?...... bueno, ¿Recuerdan cuando les prometí que mientras yo estuviera con vida los defendería a toda costa? Yo les prometí que mientras yo existiera nada ni nadie los lastimaría, pues siempre estaré atenta a ustedes mis niños. Y la única forma que existe de que algo malo les ocurriera, fuese derrotándome.

Diciendo esto, el cuarto que estaba completamente oscuro, comenzó a iluminarse, vela por vela hasta que se pudieron ver a todos los niños que estaban escondidos en varios lugares.

Esto conmovió mucho a la hechicera, los niños habían sufrido muchísimo con la bruja de la que Flora los había salvado.

Esa noche les contó un cuento para reanimarlos un poco, logrando que se durmieran más tranquilos, y hasta que no estuvo cada uno rendido, no se fue.
Y tan solo llegó a su lago, invocó un hechizo.

Todo lo veo, todo lo miro
Porque es mi deseo y así lo digo
Revélame y muéstrame ya
Aquello que quiero yo encontrar

Diciendo esto el lago se convirtió en un enorme espejo y así se pudo ver al pavo real blanco de su pesadilla. Se trataba de un espíritu oscuro que atrapaba a sus víctimas en su plumaje, pues de esta manera iba cobrando color. Así, cada ojo multicolor de su plumaje, era una persona encarcelada.

La intensión de Flora no solo era saber quién invadía su bosque mágico, sino también dónde estaba para enfrentarlo. Pero no tuvo que ir muy lejos, pues al observar al ave desde su espejo, este la logró hechizar y fue capturada por el mismo, cumpliéndose su pesadilla.

Aunque no por mucho tiempo, pues al percatarse del truco reaccionó inmediatamente y salió en un instante del ave blanco. El cual relucía en la oscuridad con una luz plateada cegadora, que se iluminaba cada vez más al abrir todo su plumaje.

Flora tuvo que cerrar sus ojos por la luz, y en ese instante el animal aprovechó para atacarla, lanzándose hacia ella, quien desapareció y a pareció detrás suyo.
- ¿Quién eres?- le preguntaba Flora, pero este sólo arremetía contra ella- no necesitas tomar las vidas de otras personas para llenarte de color; yo puedo ayudarte.

El ave se quedó quieta por un instante, pero sus ojos se pusieron negros y perversos, entonces Flora vio la magia oscura que había en él, y se dio cuenta de que no podía hacer nada.

Nuevamente el pavo real comenzó a brillar, pero esta vez Flora también lo hizo, fue una luz blanca y poderosa que se expandió como una onda cada vez más reluciente, llenando todo el lugar como una súper nova.

El ave se hinchó gritando,  era la voz de una bruja, y acto seguido se transformó en un remolino oscuro que luego se esparció por el lugar, dejando cosas negativas por su energía negra, como serpientes, cuervos oscuros, arañas y esas cosas. Y después de que terminara todo, se pudo ver a varias personas tendidas en el suelo.

Esa noche Flora no durmió, pues las personas estaban inconscientes, y la hechicera prefirió velar su sueño. Y con el amanecer, todos comenzaron a despertar de su pesadilla.

Algunos lloraban, otros seguían quietos, otros llamaban a sus familiares o pedían ayuda, estaban desorientados.
- Ya están a salvo- dijo la hechicera- ahora los guiaré por el bosque hasta llegar al pueblo donde podrán ir a sus hogares.
- Gracias hechicera.
- ¡Gracias, gracias!

Las personas apenas sabían qué había ocurrido, sólo tenían vagos recuerdos de ellos mirando el césped, el paisaje, un pico, y por último,  recordaban lanzarse sobre Flora con gran velocidad, su brillo y sus palabras. 

Fue un camino largo hacia el pueblo, la bruja los llevó a todos caminando. Por el camino se quedaron a comer y beber en un riachuelo, hasta que por fin vieron las pequeñas casas y comenzaron a correr. Flora se les quedó mirando en el límite del bosque mágico, y se asustó muchísimo a ver una cola larga plateada.

Se acercó con mucho cuidado, y se sobresaltó al ver salir el animal. Un pavo real avestruz plateado, como los que ella había creado durante la noche.

Así respiró aliviada, miró hacia el pueblo y se quedó mirando de reojo a las hermosas aves.








Cuentos del Hada MadrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora