Rosa

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Rosa era una artista de la Ópera muy famosa en el reino de Flora, esta cantaba en los lugares más prestigiosos de la corona y era aclamada por todos. Pero tenía un lugar especial adonde le gustaba ir completamente sola: el bosque mágico.

Allí la artista se regocijaba cantando sólo para ese lugar. Èsta simplemente se disfrazaba sin lucros, ni joyas, ni nada que la pudiera delatar y se escabullía entre la gente con su propio corcel blanco y cuando ya estaba en el bosque, se quitaba su capa y disfrutaba de las maravillas del bosque encantado.

Casi siempre iba a un lugar donde florecían todo tipo de rosas y de todos los colores. Estaban las clásicas como rojas, blancas y amarillas, pero también las encontrabas mixtas, azules, negras, doradas, plateadas, o incluso de arcoíris.

Estas rosas crecían en enormes rosales fantásticos, y aunque tenía que cuidarse de las espinas, ella las disfrutaba como si fueran lo más grande para ella.

Era cuando se sentía inspirada y comenzaba a cantar, entonces notaba que las plantas cobraban un verde peculiar, incluso cuando llevaba rato cantando de pie en un tronco o piedra, podía ver cómo las plantes se inclinaban hacia ella, como si las señalaran, y es que su canto especial las atraía como un imán, las ponían felices y florecían más hermosas y especiales.

Solo que fueron tantas veces las que asistió a ese lugar que la algunos reconocieron su canto, y comenzaron a darse cuenta cuándo ella lo visitaba, así que cuando notaron que una dama misteriosa en un corcel blanco se acercaba al gran rosal del bosque mágico, los aldeanos se avisaban unos a otros y así a escondidas, se acercaban al lugar y podían disfrutar de la voz magnífica de la cantante famosa.

Un día algo divertido y extraño pasó, Rosa notó que cuando comenzaba a cantar, habían algunas exclamaciones como ¡Ahí! o ¡Ahhhh!, o ¡Waoooo!, o incluso risas traviesas, pues estaban todos escondidos detrás de los árboles, tirados en el césped y cosas así.

Entonces la artista paraba el canto intentando escuchar aquello que llamaba su atención, incluso continuó cantando y mientras lo hacía la gente le daba hasta la vuelta a un árbol para que no la vieran, pero ya habían tanta gente hiendo a verla que era casi imposible no tropezarse las unas con las otras y de este modo, Rosa terminó descubriendo a una pareja que intentò disimular al ser descubiertos.
- ¿Desde cuándo están ahí?- preguntaba Rosa.
- Desde hace un rato…… no queríamos interrumpirla- decía la mujer mirando a su compañero e inventando un cuento para disimular.
- Bueno……- yo estaba ensayando pero….- paró al escuchar algunos risas lejanas.

Rosa dejó de conversar con los aldeanos y siguió caminando intrigada por las risas. Entonces la pareja la trajo hacia sí diciendo:
- ¿No le importa si nos quedamos a escucharla?
- Pero es que me gusta ensayar sola, precisamente para rectificar mis errores y todo eso.
- Bueno, la hemos estado escuchando y usted es….. maravillosa- decía la mujer que no disimulaba su admiración por la cantante.
- ¡!!!Si, si!!! – la apoyaba su esposo- … por favor cante….

Rosa comenzó a cantar y la pareja se sentó en una piedra a escuchar, no podían creer su suerte, la cantante más famosa del reino cantaba prácticamente para ellos.

Entonces, cuando la artista terminó, casi se cae para atrás, cuando vio cómo una masa de personas se alzaba aplaudiendo despavoridos de todas partes, gritando y alabando como locos.

De esta forma se delataban y el lugar secreto de la cantante se terminaba. A ella la llenaron de rosas del lugar, cosa que no le gustó mucho pues las prefería siguiéndolas como un imán, pero bueno, veía a las personas felices y orgullosas de ella, y era feliz.

Todos le pidieron que volviera a cantar y la pudieron en una gran roca para que todos pudieron escucharla. Ella los complació y fue cuando los rosales comenzaron a atraerse hacia ella, la gente lo notaba y se maravillaba, parecía que la escuchaban y tras terminar de cantar, Rosa pidió que la dejaran ir a su casa, que tenía un estreno.

Entonces algunos la ayudaron a subirse a su corcel y la llevaron hasta el pueblo donde siguió su camino.

Como ya no era secreto el lugar, la artista no fue más a cantar al rosal, y pasaron dos meses, cuando tuvo una visita misteriosa.

Ella estaba en su jardín y se acercó a su rosal favorito, entonces notó que una flor roja se movía como si tuviera vida o algo dentro de ella. Se acercó y la tomó, y la flor comenzó a volar, incluso tenía rostro y le sonreía.

Rosa se asustó y gritando como si hubiera visto un bicho o una abeja se echó para atrás, pero la siguió con la vista y sin dejar de hacerlo siguió a la rosa roja que volaba hacia otra parte de su jardín. Allí estaba la hechicera.

- Espero que no te moleste el que me haya colado en tu jardín.
- ¿Usted es….?
- ¿La hechicera del bosque mágico? También me conocen como el Hada Madrina, pero mi nombre…. al menos el actual…. es Flora.

Rosa se quedó sin palabras, sólo la observaba entre sorprendida y encantada. Pues había escuchado hablar de la bruja blanca del bosque mágico pero para ella sería como un cuento de hadas, una leyenda.
- Estoy aquí- continuó Flora- porque ….. tengo una petición que hacerte….. verás, el rosal que solías visitar se ha quedado destruido.
- ¿Destruido?
- Si…. Al parecer se acostumbraron a que fueras a cantarles y ahora es como si ….. te extrañaran…. Créeme he intentado revivirlas, pero ellas vuelven a secarse, están …. tristes.
- El rosal….. mi hermoso rosal… quiero decir, yo sé que es tuyo… pero…
- En realidad es de todos, la magia que hay allí yo la esparcí pero es para todos. ¿Irás a verlos?.... al menos a ver si se componen un poco.
- Sí, claro…. Lo haré.
- Gracias, te lo agradezco mucho.

De esta forma Rosa volvió a visitar el Gran Rosal, y tan solo caminaba por sus flores estas parecían que cobraban vida. Y cuando comenzó a cantar, las flores reaccionaron como si les hubieran dando la vida misma, floreciendo y abriendo sus pétalos, incluso creciendo y cuando terminó de cantar pudo ver de nuevo que estaban todas giradas completamente hacia ellas, como si Rosa fuera el centro de todo su mundo. 

Cuentos del Hada MadrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora