La verdad es que Sam nunca ha visto a la Dra. Ruth Monroe. Pudo haberla buscado en el directorio online de la clínica o preguntarle a Axel. Pero dos cosas lo evitaron, la primera es que no quería hacerse ninguna idea previa antes de conocerla y la segunda que prefiere tener su propia opinión. Lo importante es que Daniel dijo que era la mejor y debe ser cierto, después de todo es la jefa.
Su consultorio está en el mismo piso que el de Daniel. El mismo camino de siempre pero para llegar a otra puerta. Si es muy honesta, esto la tiene muy nerviosa. Al pasar ve a Tyler y lo saluda desde el pasillo.
—¡Hola Robin!
—¡Hey!
Tyler sale de la sala de espera y la alcanza, ella se detiene. Por lo menos no va a extrañar al chico maravilla.
—Acaba de entrar a consulta pero dice que lo pases a ver cuándo termines.
—Vale.
—No estés nerviosa, Ruth es genial.
—Deséame suerte Robin.
—No la necesitas, tú puedes con todo.
Tyler regresa a su puesto y Sam llega al consultorio de la doctora. La diferencia es enorme. En la paredes color blanco hay pinturas de paisajes y se escucha una música como de elevador. Hay una señorita en un escritorio, debe ser su asistente.
— ¿Señorita Sandoval verdad?
—Sí, soy yo.
—Voy a tomar rápidamente unos datos básicos ¿está bien?
—Claro.
—¿Cuántos años tienes?
—24
—¿A qué te dedicas?
—Soy chef, trabajo en una repostería.
—¿Soltera o casada?
—Soltera.
—¿Tienes hijos?
—No.
—¿Padeces alguna enfermedad crónica?
—¿La gastritis cuenta?
—Creo que no—. La señorita medio sonríe y continua— ¿Tomas algún medicamento de forma regular?
—No.
—¿Bebes?
—En fiestas.
—¿Fumas?
—No, afecta las papilas gustativas.
—¿Has consumido o consumes alguna droga?
—No.
—Bien, sígueme por favor.
La señorita se levanta y abre la puerta del consultorio. Sam la sigue como ella dijo.
—Adelante, la doctora te espera.
Las paredes dentro también son blancas y también tienen paisajes. Lo único que hay aquí son dos sillones negros, un escritorio con dos sillas y un librero con libros muy grandes. La doctora se acerca a Sam.
—Buenas tardes, Samantha—. Le da la mano—. Soy la Dra. Ruth Monroe.
—Buenas tardes.
—Siéntate por favor.
Ambas toman asiento en los sillones. La doctora enciende su Tablet y su cronómetro.
—Sé que ya tienes una idea de cómo funciona porque fuiste paciente del Dr. Hale pero te voy a explicar rápidamente.
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El Recetario del Amor
Romance"Él está de pie frente a mí, una de sus manos está apoyada en la pared a lado de mi cabeza y la otra en mi cintura, sus ojos no dejan los míos ni por un segundo y casi puedo sentir su aliento acariciando mi piel. Es como si temiera que escape de él...